La hora de la
voluntad
LATINOAMÉRICA
PARAGUAY: OTRO TRIUNFO DE LA "VÍA
HONDUREÑA” Así fue que otra vez la derecha se quedó con el gobierno, y
abrió las puertas a un fascista "liberal auténtico" como Federico Franco,
quien no dudó recientemente en declarar que la muerte de Hugo Chávez era
un milagro para Latinoamérica.
*CRUZADA
TRANSGÉNICA CONTRA LOS HAMBRIENTOS* La Cruzada Nacional contra el
Hambre, programa insignia del gobierno mexicano, no tiene nada que ver con
terminar el hambre, ni atender o modificar sus causas, pero sí tiene mucho
de cruzada.
HAITÍ: LOS DESALOJOS FORZOSOS
EMPEORAN LA YA GRAVE SITUACIÓN DE LAS PERSONAS SIN HOGAR TRAS EL TERREMOTO
Los desalojos forzosos están empeorando en Haití la ya desesperada
situación de los millares de personas que siguen viviendo en campamentos
para desplazados más de tres años después del devastador terremoto de
enero de 2010, ha explicado Amnistía Internacional
COLOMBIA: LA HORA DE LA VOLUNTAD No habrá paz sin una
comunidad que la apoye y la exija, que la vigile y la acompañe. Y no será
pequeña recompensa la posibilidad de dejar atrás el país mezquino que
sacrifica sus jóvenes y gasta todos sus recursos en una guerra sin
horizontes, y que mientras tanto tiene las carreteras de hace 50 años, los
puertos de hace 80, los puentes de hace 100, y las ideas de hace más de
200.
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Latinoamèrica
‘REINVENTAR LA POLÍTICA Y EL
MUNDO
Entrevista a Ignacio
Ramonet
Manuel
Fernández-Cuesta
Ignacio Ramonet
(Redondela, 1943), es uno de los pensadores más lúcidos de los últimos
tiempos. Instalado en París desde 1972, sociólogo y semiólogo,
especialista en geopolítica, profesor de Teoría de la Comunicación, sagaz
periodista, su forma de mirar e interpretar la modernidad y, por
extensión, la globalización, hace de sus ideas un punto de inflexión
necesario contra el pensamiento dominante. Diario Kafka ha hablado con él
sobre la actualidad política, la crisis y los emergentes movimientos
sociales, Europa y el porvenir.
Diario Kafka: ¿Asistimos a un renacimiento de
los movimientos de protesta ciudadana?
Ignacio Ramonet: Desde que estalló la actual
crisis financiero-económica, en 2008, estamos asistiendo a una
multiplicación de los movimientos de protesta ciudadana. En primer lugar,
en los países más afectados (Irlanda, Grecia, Portugal, España), los
ciudadanos –cívicamente– apostaron por apoyar, con sus votos, a la
oposición, pensando que esta aportaría un cambio de política tendente a
menos austeridad y menos ajuste. Pero cuando todos estos países cambiaron
de Gobierno, pasando de la izquierda o centro-izquierda a la derecha o
centro-derecha, la estupefacción fue completa, ya que los nuevos Gobiernos
conservadores radicalizaron aún más las políticas restrictivas y exigieron
más sacrificios, más sangre y más lagrimas a los ciudadanos. Ahí es cuando
empiezan las protestas. Sobre todo porque los ciudadanos tienen ante sus
ojos los ejemplos de dos protestas con éxito: la del pueblo unido en
Islandia y la de los contestatarios que tumban las dictaduras en Túnez y
Egipto. Además, destaca el hecho de que las redes sociales están
facilitando formas de la organización espontánea de las masas sin
necesidad de líder, de organización política, ni de programa. Todo está
listo entonces para que surjan, en mayo de 2011, los indignados españoles,
y que su ejemplo se imite de un modo u otro en toda la Europa del
sur.
DK: ¿Por qué los partidos políticos de la
izquierda son mal comprendidos por estos
movimientos?
IR: Porque lo que los medios califican de
"partidos políticos de la izquierda" tienen, en opinión de esos
movimientos y de las mayorías exasperadas, muy poco de izquierda. No hay
que olvidar, además, que estos partidos están comprometidos con esta misma
política conservadora que ellos fueron los primeros en aplicar, sin
anestesia. Recuérdese lo que ocurrió en España cuando, de pronto, en mayo
de 2011, Rodríguez Zapatero, sin avisar ni explicar, decidió aplicar un
brutal plan de ajuste ultraliberal que era exactamente lo contrario del
ADN del socialismo.
DK. ¿Cuál fue el pecado original de Mayo del
68? ¿Son los movimientos de hoy hijos tardíos del 68? ¿Cree que pueden
realmente construir contrapoder político, alternativa real de Gobierno, o
son más bien movimientos emocionales?
IR: No se pueden comparar las dos épocas. Mayo del
68 era una crisis contra un país en expansión (nacimiento de la sociedad
de consumo, crecimiento alto, pleno empleo), que seguía siendo
profundamente conservador y hasta arcaico en materia de costumbres. Hoy
sabemos que fue menos una crisis política que una crisis cultural. El
movimiento del 15M, sin embargo, es el reflejo del derrumbe general de
todas las instituciones (Corona, justicia, Gobierno, oposición, Iglesia,
autonomías...). En ese sentido, es lo más positivo que ha ocurrido en la
política española desde el final del franquismo. Lo más fresco e
innovador. Aunque no se ha traducido en movimiento político con
perspectivas de conquistar el poder, revela un sentimiento profundo de
hartura de la sociedad española golpeada por la crisis y por las brutales
medidas de austeridad del Gobierno de Mariano Rajoy. Se podría decir que
los movimientos de protesta son una buena noticia ya que demuestran que
las sociedades europeas, y en particular su juventud tan castigada por la
crisis social, está expresando su descontento general hacia la situación
que se está viviendo y hacia el tipo de solución neoliberal que los
Gobiernos y la Unión Europea están aplicando contra la crisis. Es más,
estos movimientos rechazan la adopción de medidas de austeridad
extremadamente serias, de ajuste económico, en una Europa del sur donde
más del 20% de los jóvenes menores de treinta años se encuentra en paro.
Curiosamente, esta juventud se expresa de una manera pacífica, no
violenta, inspirándose en varios movimientos generales.
DK: ¿Qué otros efectos está produciendo esta
crisis en Europa?
IR: La crisis se está traduciendo también en un
aumento del miedo y del resentimiento. La gente vive en estado de ansiedad
y de incertidumbre. Vuelven los grandes pánicos ante amenazas
indeterminadas como pueden ser la pérdida del empleo, los choques
tecnológicos, las biotecnologías, las catástrofes naturales, la
inseguridad generalizada. Todo ello es un desafío para las democracias,
porque ese "terror difuso" se transforma a veces en odio y repudio. En
varios países europeos, ese odio se dirige hoy contra el extranjero, el
inmigrante, el diferente, los otros (musulmanes, gitanos, subsaharianos,
sin papeles...) y crecen los partidos xenófobos, racistas y de extrema
derecha.
DK: ¿Son los movimientos sociales y políticos
actuales, culminando en el 15M, capaces superar a los partidos políticos
tradicionales de la izquierda?
IR: No sabemos hacer política sin partidos
políticos. Lo que reclaman los contestatarios, los indignados en casi toda
Europa del sur, es cambiar las reglas del juego: desmontar el truco.
Nuevas reglas supondrían, por ejemplo en España, una nueva Constitución
como reclama un número cada vez mayor de ciudadanos. Una Constitución que
dé más poder a los ciudadanos, que garantice más justicia social y que
sancione a los responsables del actual naufragio. Un naufragio que no
puede sorprender a nadie. El escándalo de las hipotecas basura era sabido
por todos. Igual que el exceso de liquidez orientado a la especulación, y
la explosión delirante de los precios de la vivienda. Nadie se inmutaba,
porque el crimen beneficiaba a muchos. Y se siguió afirmando que la
empresa privada y el mercado lo arreglaban todo. En la historia larga de
la economía, el Estado ha sido siempre un actor central. Solo desde hace
treinta años –o sea, nada en una historia de siglos–, el mercado ha
querido expulsar al Estado del campo de la economía. Hay que volver al
sentido común, a un keynesianismo razonable: tanto Estado como sea
necesario y tanto mercado como sea indispensable. La prueba evidente del
fracaso del sistema neoliberal actual son los ajustes y rescates que
demuestran que los mercados no son capaces de regularse por sí mismos. Se
han autodestruido por su propia voracidad. Además, se confirma una ley del
cinismo neoliberal: se privatizan los beneficios pero se socializan las
pérdidas. Se hace ahora pagar a los pobres las excentricidades
irracionales de los banqueros, y se les amenaza, en caso de que se nieguen
a pagar, ¡con empobrecerlos aún más! ¿Se producirá un incendio social? No
es imposible. Las repercusiones sociales del cataclismo económico son de
una brutalidad inédita: 23 millones de parados en la Unión Europea y más
de 80 millones de pobres. Los jóvenes aparecen como las víctimas
principales. Por eso, de Madrid a Londres y Atenas, de Nicosia a Roma, una
ola de indignación levanta a la juventud. Añádase, además, que en la
actualidad, las clases medias también están asustadas porque el modelo
neoliberal de crecimiento las está abandonando al borde del camino. En
España, una parte se unió a los jóvenes para rechazar el integrismo
ultraliberal de la Unión Europea y del Gobierno. "No nos representan”,
dijeron todos los indignados.
DK: ¿Cómo ve Europa y el proyecto común europeo
dominado, estos años, por Alemania y su política de
austeridad?
IR: El curso de la globalización parece como
suspendido. Se habla cada vez más de desglobalización, de descrecimiento.
El péndulo había ido demasiado lejos en la dirección neoliberal y ahora
podría ir en la dirección contraria. Ha llegado la hora de reinventar la
política y el mundo. Todas las sociedades del sur de Europa se han vuelto
furiosamente anti alemanas puesto que Alemania, sin que nadie le haya
otorgado ese derecho, se ha erigido en jefe –autoproclamado – de la Unión
Europea enarbolando un programa de sadismo económico. Europa es ahora,
para millones de ciudadanos, sinónimo de castigo y sufrimiento: una utopía
negativa.
DK: ¿Hay alternativas frente al abandono del
campo de batalla de la socialdemocracia tradicional?
IR: La socialdemocracia ha fracasado porque ella
misma ha participado en la liquidación del Estado de bienestar, que era su
principal conquista y su gran seña de identidad. De ahí el desarraigo de
muchos ciudadanos que pasan de la política absteniéndose, limitándose a
protestar o votando por Beppe Grillo (que es una manera de preferir un
payaso auténtico en lugar de sus hipócritas copias). Otros han decidido
votar a la extrema derecha, que sube espectacularmente en todas partes, o
en menor grado, optar por la izquierda de la izquierda que encarna hoy el
único discurso progresista audible. Así estaban también en América Latina
hace poco más de un decenio, cuando las protestas derrocaban Gobiernos
democráticamente elegidos (en Argentina, Bolivia, Ecuador, Perú...), que
aplicaban con saña los ajustes dictados por el FMI. Hasta que los
movimientos sociales de protesta convergieron con una generación de nuevos
líderes políticos (Chávez, Morales, Correa, Kirchner, Lula, Lugo...) que
canalizaron la poderosa energía transformadora y la condujeron a votar en
las urnas programas de refundación política (constituyente), de
reconquista económica (nacionalizaciones, keynesianismo) y de regeneración
social. En ese sentido, se observa cómo a una Europa desorientada y
grogui, América Latina le está indicando el camino.
Diario Kafka - Adital
PARA CORTARLE ALAS AL GOLPISMO HAY QUE SALIR
DEL EXTRACTIVISMO
Raúl Zibechi
"El
extractivismo es mucho más que un modelo productivo y de acumulación de
capital. En rigor, forma parte del complejo especulativo-financiero que
hoy domina el mundo. En nuestros países tiene efectos depredadores: está
creando un nuevo bloque de poder, corruptor políticamente, polarizador y
excluyente socialmente y depredador del medio ambiente."
Esta semana quedó en evidencia la estrategia de la
tensión y el caos que promueven las agencias estadunidenses para
desestabilizar gobiernos. Si tomamos en cuenta las experiencias más
recientes, incluyendo la primavera árabe, podemos concluir que los golpes
de Estado son apenas uno de varios caminos posibles para desalojar
gobiernos molestos. Ni el Pentágono ni la Casa Blanca apuestan por una
sola estrategia para conseguir sus fines, sino que ponen en marcha un
abanico de acciones convergentes y complementarias.
La crisis económica global y la necesaria
contención de los gastos militares (al parecer el Comando Sur vio su
presupuesto reducido en 26 por ciento, pero puede haber partidas ocultas)
otorgan prioridad al poder suave, o sea mecanismos no tan ostensibles como
los tanques y los bombardeos de palacios de gobierno. Los medios de
comunicación, la acción legal y la semilegal, incluyendo las masas en las
calles, que siempre sirven para legitimar proyectos innombrables, son
algunas de las herramientas en uso.
En el caso de Venezuela y la escalada
desestabilizadora que se escenificó horas después de la publicación de los
resultados electorales, emergen un conjunto de mensajes que el tiempo
permitirá develar completamente, pero que muestran la aparición de nuevas
y más refinadas estrategias. Para mostrar no sólo los aspectos negativos
de la coyuntura, habría que mencionar que la casi unanimidad de los
miembros de la Unasur mostraron su apoyo a Nicolás Maduro, incluyendo un
rápido reconocimiento por parte del presidente de Colombia, Juan Manuel
Santos.
Sólo el Paraguay de Federico Franco, a quien le
queda poco tiempo en el cargo, se alineó con Estados Unidos en la región
sudamericana. Esto es relevante porque muestra el aislamiento de
Washington y la creciente autonomización de gobiernos como el de
PARAGUAY: OTRO TRIUNFO DE LA "VÍA
HONDUREÑA"
Carlos Aznarez
Horacio Cartes, festeja triunfo colorado Es
muy particular lo que viene sucediendo con las "nuevas" dictaduras
latinoamericanas. Sólo basta recordar el caso hondureño, donde después de
un año de resistencia en las calles, peleando a brazo partido contra los
usurpadores del poder, el campo popular terminó contabilizando numerosos
muertos debido a las acciones represivas de policías y militares. Además,
un dictador le pasó la posta al otro, y para ello utilizó la tan ponderada
"vía electoral", para facilitarle su acceso al gobierno. Así, se produjo
el recambio entre Roberto Micheletti y Porfirio Lobo.
Hasta ese momento, los países de la
región, capitaneados por UNASUR, habían boicoteado, ejemplarmente, al
gobierno de facto. Sin embargo, cuando entraron a jugar los votos, en una
elección amañada por las proscripciones y el fraude, se produjo el
"milagro" de un súbito cambio en el perfil de los asesinos. De buenas a
primeras, se levantaron las sanciones, y otra vez ingresaron al redil de
la OEA, de donde habían sido separados por atentar contra la democracia.
La "casa volvió a estar en orden", y las muertes selectivas de militantes
populares continuaron en un lento pero doloroso goteo.
Ahora, en Paraguay, la historia vuelve a repetirse. Tras la
masacre de campesinos en Curuguaty, sobrevino el derrocamiento de Fernando
Lugo, un gobernante que durante todo su mandato no estuvo a la altura de
los reclamos de los sectores empobrecidos que lo habían acompañado con su
voto. Cayó sin pena ni gloria ni lucha, porque él mismo impuso esa
impronta vergonzosa.
Así fue que otra vez la
derecha se quedó con el gobierno, y abrió las puertas a un fascista
"liberal auténtico" como Federico Franco, quien no dudó recientemente en
declarar que la muerte de Hugo Chávez era un milagro para Latinoamérica.
El mismo Franco preparó las condiciones (en eso la partidocracia es
especialista) para muy pronto convalidar el arrebato ilegal por medio de
comicios. En estos ardides, se luce desde siempre el partido Colorado, el
mismo del fallecido dictador Adolfo Stroessner, que gobernó con mano dura
durante más de 60 años. El candidato para blanquear la dictadura de
Franco, se llama Horacio Cartes, empresario, banquero, propietario de un
club de fútbol y con influencia notoria en los medios de comunicación,
denunciado por relaciones con el narcotráfico y otros delitos varios, que
le han hecho ganar el alias del "Berlusconi guaraní".
Durante toda la campaña electoral, los dos partidos en que se
dividió la izquierda (el Frente Guasú, de Aníbal Carrillo, y Avanza País,
de Mario Ferreiro) se cansaron en denunciar maniobras proscriptivas y
fraudulentas de colorados y liberales, sin embargo la farsa electoral ya
estaba "atada y bien atada", como diría el otro Franco, dictador español
"por la gracia de Dios".
Ahora, como era
previsible, la derecha colorada festeja el triunfo de Cartes con un 45% de
votos frente a casi un 37% de liberales auténticos y poco menos del 5% de
Avanza País. En medio del estallido de cohetes y bengalas, se consuma una
vez más la "vía hondureña" para blanquear procesos dictatoriales y de esta
manera asegurar la impunidad por los crímenes cometidos contra los que
siempre ponen los muertos: los de abajo, sean obreros, campesinos o
estudiantes. Pero lo que más llama la atención es el apuro que han
demostrado ciertos presidentes y presidentas de la región para festejar la
victoria del banquero Cartes, y convocarlo a que vuelva al Mercosur. Se
acabaron las escasas sanciones aplicadas, y se olvidaron pronto los
insultos proferidos por la derecha paraguaya contra sus pares
latinoamericanos. Más aún, quedó en el pasado, casi como si no hubiera
existido, el permanente boicot derechista a que Venezuela ingresara en el
Mercosur. Ahora todas son caricias, franeleos y besitos al ganador. De los
muertos de Curuguaty, de los presos y presas campesinas que sufren todo
tipo de malos tratos en las cárceles-tumba paraguayas, ya nadie se acuerda
en las cúpulas. Mucho menos de las promesas de ampliar el número de bases
militares yanquis en territorio paraguayo, de la ley antiterrorista y de
la continua censura de prensa, propiciada por dirigentes derechistas. Ganó
Cartes, y con eso pareciera que alcanza para perdonar lo
imperdonable
Todo indica, que quienes estén
pensando en repetir las experiencias hondureña y paraguaya en la región,
lo tienen más que fácil. Sólo tendrán que soportar algunos regaños de
compromiso en los primeros meses de la asonada, y luego vendrán los
premios. ¿Quién entiende a estos de
*CRUZADA TRANSGÉNICA CONTRA LOS
HAMBRIENTOS*
Silvia Ribeiro*
La
Cruzada Nacional contra el Hambre, programa insignia del gobierno
mexicano, no tiene nada que ver con terminar el hambre, ni atender o
modificar sus causas, pero sí tiene mucho de cruzada. Ahora los "infieles"
son indios y campesinos que cometen el pecado de tener cultura propia, de
ejercer y defender sus propias formas de organización, de producción, de
vida, de lucha. A ellos hay qu convertirlos a la fuerza a la "modernidad":
comida chatarra, refrescos embotellados, y si insisten en que en lugar de
limosnas quieren seguir cultivando, que sean transgénicos. Todo sazonado
con la creación de consejos comunitarios" y apoyos selectivos, para
asegurar votos y promover el enfrentamiento dentro y entre
comunidades.
Es paradigmática la incorporación de las
trasnacionales de comida basura Nestlé y PeçpsiCo a esa Cruzada. Ocupan el
primero y segundo lugar como las trasnacionales más grandes del planeta en
procesamiento de alimentos y bebidas, ambas ampliamente conocidas por dar
al mundo abundantes fuentes de desnutrición, obesidad, diabetes y, en
general, promover los malos hábitos alimentarios, generando una enorme
carga de gastos públicos en salud. Nestlé ha sido por más de dos décadas
el blanco de un boicoteo internacional en numerosos países, por su
agresiva promoción de sustitutos de leche materna, provocando mayor
desnutrición y colaborando en aumentar la mortalidad infantil, sobre todo
en los países más pobres.
Por detalles, vea el expediente de la
International Baby Food Action Network, IBFAN, galardonada con el Premio
Nobel Alternativo justamente por estas denuncias. Digamos, hablando de
desnutrir niños, Nestlé es toda una experta. Por ello, la Cruzada le
asignó un programa de "educación" de promotoras, que la trasnacional
entrenará en "autoempleo". Traduciendo: un pequeño ejército de 15 mil
mujeres pobres que hagan propaganda de los productos de la trasnacional,
con respaldo público. Con razón, Nestlé tituló el proyecto "Mi dulce
negocio". Para complementar los efectos devastadores de Nestlé con sus
sustitutos de leche materna, Pepsico distribuirá "galletas nutritivas"
(traducción: industriales, con químicos, transgénicos, conservadores,
etcétera),dirigidas a "mujeres embarazadas, en etapa de lactancia y niños
menores de cinco años".
Como si fuera una defensa, Rosario Robles,
secretaria de desarrollo social, coordinadora de la Cruzada, aclara que
Nestlé participó en el programa Hambre Cero en Brasil. Omite agregar que
la trasnacional tuvo que salir de allí por las protestas de la sociedad
brasilera en su contra. Estas dos nefastas trasnacionales son apenas la
punta del iceberg: también se anuncia la participación de Walmart, el
supermercado más grande del planeta, cuyo negro historial en competir con
producción nacional, eliminar pequeñas tiendas, bajar salarios,
discriminación racial y de género y muchas otras condiciones para generar
más hambre,le califican ampliamente para esta Cruzada. Avizoran ganancias
muchas otras grandes compañías del sector agroalimentario. No hay duda, el
hambre de ganancias de las megaempresas será bien atendido por este
programa.
Robles abunda que estamos en una sociedad de
globalización y libr mercado, por lo que la participación de las empresas
"es determinante". Nuevamente omite decir que son determinantes para
desatar y continuar l crisis alimentaria y de salud, la pobreza rural, la
emigración a la ciudades, a través de la apropiación cada vez mayor de la
cadena agro alimentaria, facilitada como ahora, por políticas
gubernamentales. Cadenque finalmente se propone apresarnos a todos, con
Monsanto en una punta (semillas y agrotóxicos) y Walmart en la otra, y
cuyos eslabones son las grandes cerealeras como Cargill y ADM y los
procesadores industriales de alimentos y bebidas, como Nestlé y
Pepsico.
Al principio de la cadena, Monsanto espera
que el gobierno le autorice en breve la siembra comercial de millones de
hectáreas de maíz transgénico en el Norte del país. Si las solicitudes en
Tamaulipas y Sinaloa sorprendían por que pedían se les autorizara más de
un millón de hectáreas para cada tipo de transgénico, ¿qué se puede decir
de las que están en curso para Chihuahua, Coahuila y Durango, donde la
trasnacional solicita casi 12 millones de hectáreas (11 millones 985 mil
951) para cada uno de los tres eventos de maíz transgénico, en distintas
localidades de esos estados? Las superficies solicitadas superan con mucho
las actuales sembradas con maíz, porque la intención es ir cubriendo cada
vez más en varias estaciones de siembra, garantizándo así la decisión a
futuro de qué sembrarán los agricultores (no venderá ninguna otra
semilla), haciendo además imposible la fiscalización de lo realmente
plantado.
Se configura desde varias aristas una cruzada contra los
hambrientos, contra los campesinos, contra la soberanía alimentaria y la
autonomía d los pueblos del maíz, para que ni ellos ni nadie más que las
trasnacionales puedan decidir qué plantar y qué comer.
Entre muchas respuestas a estas realidades,
la Red en Defensa del Maíz, Ceccam, lVía Campesina, YoSoy132 Ambiental,
Jóvenes ante el Desastre la Emergencia Nacional, el Movimiento Urbano
Popular y otra organizaciones, llaman del 25 al 30 de abril a unas
Jornadas contra el Maíz Transgénico, con la participación, entre otros, de
los premios Nobel Alternativos, Vandana Shiva (India), Pat Mooney (Canadá)
y Camil Montecinos (Chile). Acuden además como dictaminadores de otra
pre-audiencia nacional del proceso del Tribunal Permanente de los Pueblos,
esta vez sobre contaminación transgénica del maíz, en Oaxaca el 26 y 27 de
abril. (Programa en http://redendefensadelmaiz.net/).
Rendirse ante la cruzada transgénica, definitivamente no está en la
agenda.
*Investigadora del Grupo ETC www.etcgroup.org /es
HAITÍ: LOS DESALOJOS FORZOSOS EMPEORAN LA YA
GRAVE SITUACIÓN DE LAS PERSONAS SIN HOGAR TRAS EL TERREMOTO
Los desalojos forzosos están empeorando en Haití
la ya desesperada situación de los millares de personas que siguen
viviendo en campamentos para desplazados más de tres años después del
devastador terremoto de enero de 2010, ha explicado Amnistía Internacional
con motivo de la presentación del informe ‘Nowhere to go’: Forced
evictions in Haiti’s camps for displaced people.
“Los llamamientos que han hecho Amnistía
Internacional y otras ONG para que se detengan los desalojos forzosos no
se han atendido: el gobierno haitiano no sólo no ha puesto fin a los
desalojos, sino que incluso ha permitido que aumenten desde comienzos de
este año”, ha manifestado Javier Zúñiga, asesor especial de Amnistía
Internacional.
Casa un millar de familias han sido desalojadas a
la fuerza de su hogares entre enero y marzo de este año, lo que supone un
giro radical con respecto a 2012, cuando descendió el número de desalojos
forzosos, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Estas 977 nuevas familias se suman a las al menos
60.978 personas que fueron desalojadas a la fuerza entre julio de 2010 y
el final de 2012. Muchos de estos desalojos forzosos han sido llevados a
cabo o aprobados por las autoridades.
“Los desalojos forzosos amenazan a casi la cuarta
parte de las más de 320.000 personas que siguen viviendo en campamentos
más de tres años después del terremoto”, ha señalado Zúñiga.
“Estamos ante una situación de violaciones
continuas de derechos humanos, que causan gran sufrimiento. Quienes más
han padecido los efectos del terremoto han sido las personas que vivían en
condiciones de extrema pobreza. Residen en campamentos, donde soportan
terribles condiciones de vida y, por si esto fuera poco, corren el riesgo
de sufrir desalojos forzosos y, a la larga, de quedarse una vez más de sin
hogar. Cada vez les cuesta más encontrar un lugar nuevo donde rehacer su
vida y medios para ello.”
Es la situación en que viven personas como Cléane
Etienne, a quien la policía desalojó a la fuerza en enero del campamento
de Fanm Koperatif, en la capital haitiana, Puerto Príncipe. Perdió no sólo
su refugio, sino también todas sus pertenencias, incluido el material que
necesitaba para llevar un pequeño negocio.
Suze Mondesir, quien residía también en el
campamento de Fanm Koperatif, cuenta así la terrible experiencia que vivió
su familia: “Alrededor de las diez de la mañana llegaron al campamento un
grupo de agentes de policía acompañados de hombres armados con machetes y
cuchillos. Nos insultaron y comenzaron a derribar nuestras tiendas. Los
hombres nos zarandearon, y la policía nos intimidó con sus armas para que
no hiciéramos nada."
Este tipo de testimonios recogidos en el informe
muestran que los desalojos forzosos van a menudo acompañados de
intimidación, hostigamiento y violencia sistemáticos. En la mayoría de los
casos, los refugios provisionales y las pertenencias de las personas
desalojadas quedan totalmente destruidos.
No obstante, los desalojos forzosos son sólo uno
de los aspectos del problema existente en Haití en relación con el derecho
a una vivienda adecuada.
Las condiciones de vida en los campamentos de
desplazados se han ido degradando constantemente. Debido a la falta de
acceso a servicios como agua, saneamiento y recogida de basuras, los
residentes están expuestos contraer enfermedades infecciosas. La ausencia
de seguridad hace que teman constantemente por su vida, especialmente en
el caso de las mujeres y las niñas, muchas de las cuales han sido víctimas
de violencia sexual.
La vivienda era un problema crónico en Haití
incluso antes del terremoto, cuando las organizaciones internacionales
calculaban que había un déficit de 700.000 casas, siendo la población de
Haití de poco más de 10 millones de habitantes.
Consciente de que es preciso abordar de manera
exhaustiva esta situación, el gobierno haitiano está elaborando en la
actualidad la primera política del país en materia de vivienda.
“Acogemos con satisfacción que el gobierno vaya a
proponer por primera vez una estrategia nacional de desarrollo del sector
de la vivienda y esperamos que en la nueva versión de la propuesta se
rectifiquen algunos aspectos de la anterior a fin de garantizar que esta
política permite hacer efectivo en Haití el derecho a una vivienda
adecuada para todas las personas”, ha afirmado Zúñiga.
“La enorme labor de recuperación del terremoto que
se está realizando en Haití es una oportunidad de abordar el problema de
la vivienda. Sin embargo, para ello las autoridades deben situar los
derechos humanos en la base de sus planes de reconstrucción.”
Información complementaria
Más de tres años después del devastador terremoto
de Haití, que se cobró la vida de más de 200.000 personas y dejó a sin
hogar a unos 2,3 millones, decenas de miles de familias viven todavía en
refugios. La mayoría de estas personas son mujeres y niños. La vida de
quienes perdieron su hogar ha sido sumamente difícil. A duras penas han
conseguido buscarse el sustento y mantener a sus familias, sin apenas
acceso a agua potable, saneamiento, atención de la salud, educación y
otros servicios básicos.
El número de personas desplazadas internamente y
el número de campamentos provisionales ha ido descendiendo desde julio de
2010 (de un máximo de 1,5 millones de personas residentes en 1.555 campos
a 320.051 personas residentes en 385 campos al final de marzo de 2013,
según la OIM). Miles de familias han abandonado los campamentos y aceptado
otras formas de alojamiento proporcionado por distintos proyectos y
programas. No obstante, los desalojos forzosos parecen haberse convertido
en un importante factor determinante de la reducción del número de
personas residentes en campamentos.
El informe 'Nowhere to go': Forced evictions in
Haiti’s camps for displaced people está basado en tres visitas de
investigación realizadas por delegados de Amnistía Internacional a Haití
en 2011 y 2012 y centradas en los desalojos forzosos y otras violaciones
de derechos humanos cometidas en el contexto del desplazamiento ocurrido
tras el terremoto en la zona metropolitana de Puerto Príncipe.
El informe es parte de Exige Dignidad, campaña de
Amnistía Internacional centrada en las violaciones de derechos humanos que
generan y agravan la pobreza. La organización está prestando especial
atención a las violaciones de derechos humanos cometidas contra las
personas que viven en asentamientos informales y precarios y pide a los
gobiernos que pongan fin a los desalojos forzosos.
Las normas internacionales de derechos humanos
disponen que sólo deben llevarse a cabo desalojos como último recurso y
tras haber establecido una lista completa de garantías de procedimiento,
entre ellas: consulta genuina con las personas afectadas para buscar
alternativas factibles al desalojo, aviso previo adecuado e indemnización
y vivienda alternativa adecuada a quienes no puedan conseguirla por sus
propios medios. En Haití no se está aplicando ninguna de estas
garantías.
Amnesty International Chile
COLOMBIA: LA HORA DE LA
VOLUNTAD
No
habrá paz sin una comunidad que la apoye y la exija, que la vigile y la
acompañe. Y no será pequeña recompensa la posibilidad de dejar atrás el
país mezquino que sacrifica sus jóvenes y gasta todos sus recursos en una
guerra sin horizontes, y que mientras tanto tiene las carreteras de hace
50 años, los puertos de hace 80, los puentes den hace 100, y las ideas de
hace más de 200.
El último conflicto armado del hemisferio podría
estar a punto de terminar. Colombia necesita que cese el conflicto para
que comience a construirse una paz verdadera y durable. Y podemos decir
que de todos los procesos de diálogo que se han emprendido en los últimos
30 años, ninguno había llegado tan lejos como el que actualmente se
adelanta en La Habana.
Si el expresidente Uribe, su más tenaz opositor,
se muestra tan encarnizado en contra de este proceso, es porque lo está
viendo posible. Y hay que saber que detrás de sus aparentes obsesiones y
rencores no hay sólo una psicología sino unos sectores que siempre vieron
en la paz un peligro para sus privilegios, el temor a la llegada de la
modernidad social en términos de justicia y equidad.
Por su parte, el expresidente Pastrana ahora
reconoce que en el proceso del Caguán no estuvo tan interesado en la paz
sino en lo mismo que les reprocha a sus adversarios: en ganar tiempo y
fortalecerse para la guerra. Pareciera que sólo siente el malestar de ver
triunfar a otros donde él no pudo, pero también él representa intereses
precisos que temen verse amenazados por unos acuerdos, que no quieren que
se modifiquen algunas de las condiciones que han hecho al país tan
proclive a la violencia y a la exclusión.
No todo es pequeñez y vanidad; algunos encarnan
posiciones contrarias a lo que Colombia requiere para alcanzar una paz
verdadera. Muchos poderes egoístas de adentro y de afuera saben que una
paz que abra horizontes a nuestra sociedad será un freno para sus
ambiciones particulares. Por eso quieren bloquear el camino de los
acuerdos y tratan de impedir que el proceso en cualquier momento cruce la
línea de no retorno.
Como decía Víctor Hugo, hay regiones donde la
tierra todavía está blanda y mojada del diluvio. Colombia todavía padece
en todo el cuerpo los quemonazos de la vehemencia guerrerista. No está
lejos aquella política que concebía la paz sólo como redes de informantes,
delaciones, intercepciones telefónicas, y falsos positivos. Todavía
padecemos la pesadilla de los asaltos guerrilleros, los campos minados, el
fuego en toda la línea.
El expresidente Uribe sabe por qué lo enfurece la
posibilidad de que el país alcance la paz con que soñamos hace décadas,
una paz que su política no podía alcanzar, aunque se le concedieran muchos
períodos presidenciales. Y el expresidente Pastrana sabe por qué deplora
que otros logren lo que a él le fue negado o en realidad nunca quiso. Pero
si ellos sienten que la paz que este país requiere para ser grande los
perjudica, ¿quién los podrá salvar para la historia?
Ahora lo importante es la paz. Vuelvo a oír el
rumor de que el tiempo es escaso, de que las próximas elecciones pueden
ahogar el proceso, de que se está luchando contra el
reloj.
Aunque a todos nos gustaría un acuerdo rápido y
definitivo, el talento de los estadistas radica en ser capaces de dar a
cada cosa su tiempo y su ritmo. Pertenece al reino de fábulas de las Mil y
una Noches el arte riesgoso de construir una gran torre en un día. Lo
verdaderamente importante es construir una torre que no se caiga, y la paz
es, para decirlo con palabras de Rimbaud, la canción de la torre más
alta.
Lo que deberían estar haciendo con urgencia las
delegaciones que están sentadas en La Habana, y quienes las dirigen, es
darle verosimilitud y prestigio al proceso. A nadie puede interesarle un
acuerdo improvisado y endeble, que no brinde garantías, pero el país
necesita saber que los pasos se van dando con firmeza, que el proceso
avanza con madurez. No es conveniente que se termine a cualquier precio en
tiempo récord, pero es fundamental que tenga credibilidad y muestre
resultados. Ello no es cuestión de tiempo sino de
voluntad.
Los que siempre han ganado y algo pueden perder no
dejarán de poner el grito en el cielo porque se cambien unos hábitos
políticos y económicos que han desgarrado al país durante siglos y que a
ciertos poderes les parecen leyes naturales.
¿Por qué tendría que concluirse el proceso de paz
en este período presidencial? Si empieza a mostrar resultados, es muy
difícil que la comunidad lo abandone. Las elecciones del próximo año no
dejarán de convertirse en un gran plebiscito sobre el proceso, y si hay
resultados convincentes, el país sabrá recompensar a quien abra horizontes
a su futuro.
Lo que buscan los profesionales del desaliento y
los palos en la rueda de quienes temen a la paz, es acaso paralizar a los
protagonistas del diálogo e impedir que empiecen a mostrar resultados
convincentes. Pero si bien la paz no puede ser una feria de vanidades
tampoco puede ser un ceremonial en una cripta hermética.
Así como los enemigos de los acuerdos exhiben con
franqueza su hostilidad y su vehemencia, los que sabemos que la paz es
necesaria, y que podría estar a las puertas, tenemos que dejar de ser
espectadores de tercera fila, debemos tomar iniciativas y asumir
posiciones. Hay momentos en que la historia exige actuar; jornadas
decisivas que reclaman la presencia en la arena. Y lo que no hacemos en el
día adecuado, podemos deplorarlo por décadas.
No habrá paz sin una comunidad que la apoye y la
exija, que la vigile y la acompañe. Y no será pequeña recompensa la
posibilidad de dejar atrás el país mezquino que sacrifica sus jóvenes y
gasta todos sus recursos en una guerra sin horizontes, y que mientras
tanto tiene las carreteras de hace 50 años, los puertos de hace 80, los
puentes de hace 100, y las ideas de hace más de 200.
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