La hora de la 
      voluntad
      LATINOAMÉRICA
      PARAGUAY: OTRO TRIUNFO DE LA "VÍA 
      HONDUREÑA” Así fue que otra vez la derecha se quedó con el gobierno, y 
      abrió las puertas a un fascista "liberal auténtico" como Federico Franco, 
      quien no dudó recientemente en declarar que la muerte de Hugo Chávez era 
      un milagro para Latinoamérica.
*CRUZADA 
      TRANSGÉNICA CONTRA LOS HAMBRIENTOS* La Cruzada Nacional contra el 
      Hambre, programa insignia del gobierno mexicano, no tiene nada que ver con 
      terminar el hambre, ni atender o modificar sus causas, pero sí tiene mucho 
      de cruzada.
HAITÍ: LOS DESALOJOS FORZOSOS 
      EMPEORAN LA YA GRAVE SITUACIÓN DE LAS PERSONAS SIN HOGAR TRAS EL TERREMOTO 
      Los desalojos forzosos están empeorando en Haití la ya desesperada 
      situación de los millares de personas que siguen viviendo en campamentos 
      para desplazados más de tres años después del devastador terremoto de 
      enero de 2010, ha explicado Amnistía Internacional
COLOMBIA: LA HORA DE LA VOLUNTAD No habrá paz sin una 
      comunidad que la apoye y la exija, que la vigile y la acompañe. Y no será 
      pequeña recompensa la posibilidad de dejar atrás el país mezquino que 
      sacrifica sus jóvenes y gasta todos sus recursos en una guerra sin 
      horizontes, y que mientras tanto tiene las carreteras de hace 50 años, los 
      puertos de hace 80, los puentes de hace 100, y las ideas de hace más de 
      200.
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      Latinoamèrica
      ‘REINVENTAR LA POLÍTICA Y EL 
      MUNDO
      Entrevista a Ignacio 
      Ramonet
Manuel 
      Fernández-Cuesta
      ![1]() Ignacio Ramonet 
      (Redondela, 1943), es uno de los pensadores más lúcidos de los últimos 
      tiempos. Instalado en París desde 1972, sociólogo y semiólogo, 
      especialista en geopolítica, profesor de Teoría de la Comunicación, sagaz 
      periodista, su forma de mirar e interpretar la modernidad y, por 
      extensión, la globalización, hace de sus ideas un punto de inflexión 
      necesario contra el pensamiento dominante. Diario Kafka ha hablado con él 
      sobre la actualidad política, la crisis y los emergentes movimientos 
      sociales, Europa y el porvenir.
 Ignacio Ramonet 
      (Redondela, 1943), es uno de los pensadores más lúcidos de los últimos 
      tiempos. Instalado en París desde 1972, sociólogo y semiólogo, 
      especialista en geopolítica, profesor de Teoría de la Comunicación, sagaz 
      periodista, su forma de mirar e interpretar la modernidad y, por 
      extensión, la globalización, hace de sus ideas un punto de inflexión 
      necesario contra el pensamiento dominante. Diario Kafka ha hablado con él 
      sobre la actualidad política, la crisis y los emergentes movimientos 
      sociales, Europa y el porvenir.
      Diario Kafka: ¿Asistimos a un renacimiento de 
      los movimientos de protesta ciudadana?
      Ignacio Ramonet: Desde que estalló la actual 
      crisis financiero-económica, en 2008, estamos asistiendo a una 
      multiplicación de los movimientos de protesta ciudadana. En primer lugar, 
      en los países más afectados (Irlanda, Grecia, Portugal, España), los 
      ciudadanos –cívicamente– apostaron por apoyar, con sus votos, a la 
      oposición, pensando que esta aportaría un cambio de política tendente a 
      menos austeridad y menos ajuste. Pero cuando todos estos países cambiaron 
      de Gobierno, pasando de la izquierda o centro-izquierda a la derecha o 
      centro-derecha, la estupefacción fue completa, ya que los nuevos Gobiernos 
      conservadores radicalizaron aún más las políticas restrictivas y exigieron 
      más sacrificios, más sangre y más lagrimas a los ciudadanos. Ahí es cuando 
      empiezan las protestas. Sobre todo porque los ciudadanos tienen ante sus 
      ojos los ejemplos de dos protestas con éxito: la del pueblo unido en 
      Islandia y la de los contestatarios que tumban las dictaduras en Túnez y 
      Egipto. Además, destaca el hecho de que las redes sociales están 
      facilitando formas de la organización espontánea de las masas sin 
      necesidad de líder, de organización política, ni de programa. Todo está 
      listo entonces para que surjan, en mayo de 2011, los indignados españoles, 
      y que su ejemplo se imite de un modo u otro en toda la Europa del 
      sur.
      DK: ¿Por qué los partidos políticos de la 
      izquierda son mal comprendidos por estos 
movimientos?
      IR: Porque lo que los medios califican de 
      "partidos políticos de la izquierda" tienen, en opinión de esos 
      movimientos y de las mayorías exasperadas, muy poco de izquierda. No hay 
      que olvidar, además, que estos partidos están comprometidos con esta misma 
      política conservadora que ellos fueron los primeros en aplicar, sin 
      anestesia. Recuérdese lo que ocurrió en España cuando, de pronto, en mayo 
      de 2011, Rodríguez Zapatero, sin avisar ni explicar, decidió aplicar un 
      brutal plan de ajuste ultraliberal que era exactamente lo contrario del 
      ADN del socialismo.
      DK. ¿Cuál fue el pecado original de Mayo del 
      68? ¿Son los movimientos de hoy hijos tardíos del 68? ¿Cree que pueden 
      realmente construir contrapoder político, alternativa real de Gobierno, o 
      son más bien movimientos emocionales?
      IR: No se pueden comparar las dos épocas. Mayo del 
      68 era una crisis contra un país en expansión (nacimiento de la sociedad 
      de consumo, crecimiento alto, pleno empleo), que seguía siendo 
      profundamente conservador y hasta arcaico en materia de costumbres. Hoy 
      sabemos que fue menos una crisis política que una crisis cultural. El 
      movimiento del 15M, sin embargo, es el reflejo del derrumbe general de 
      todas las instituciones (Corona, justicia, Gobierno, oposición, Iglesia, 
      autonomías...). En ese sentido, es lo más positivo que ha ocurrido en la 
      política española desde el final del franquismo. Lo más fresco e 
      innovador. Aunque no se ha traducido en movimiento político con 
      perspectivas de conquistar el poder, revela un sentimiento profundo de 
      hartura de la sociedad española golpeada por la crisis y por las brutales 
      medidas de austeridad del Gobierno de Mariano Rajoy. Se podría decir que 
      los movimientos de protesta son una buena noticia ya que demuestran que 
      las sociedades europeas, y en particular su juventud tan castigada por la 
      crisis social, está expresando su descontento general hacia la situación 
      que se está viviendo y hacia el tipo de solución neoliberal que los 
      Gobiernos y la Unión Europea están aplicando contra la crisis. Es más, 
      estos movimientos rechazan la adopción de medidas de austeridad 
      extremadamente serias, de ajuste económico, en una Europa del sur donde 
      más del 20% de los jóvenes menores de treinta años se encuentra en paro. 
      Curiosamente, esta juventud se expresa de una manera pacífica, no 
      violenta, inspirándose en varios movimientos generales.
      DK: ¿Qué otros efectos está produciendo esta 
      crisis en Europa?
      IR: La crisis se está traduciendo también en un 
      aumento del miedo y del resentimiento. La gente vive en estado de ansiedad 
      y de incertidumbre. Vuelven los grandes pánicos ante amenazas 
      indeterminadas como pueden ser la pérdida del empleo, los choques 
      tecnológicos, las biotecnologías, las catástrofes naturales, la 
      inseguridad generalizada. Todo ello es un desafío para las democracias, 
      porque ese "terror difuso" se transforma a veces en odio y repudio. En 
      varios países europeos, ese odio se dirige hoy contra el extranjero, el 
      inmigrante, el diferente, los otros (musulmanes, gitanos, subsaharianos, 
      sin papeles...) y crecen los partidos xenófobos, racistas y de extrema 
      derecha.
      DK: ¿Son los movimientos sociales y políticos 
      actuales, culminando en el 15M, capaces superar a los partidos políticos 
      tradicionales de la izquierda?
      IR: No sabemos hacer política sin partidos 
      políticos. Lo que reclaman los contestatarios, los indignados en casi toda 
      Europa del sur, es cambiar las reglas del juego: desmontar el truco. 
      Nuevas reglas supondrían, por ejemplo en España, una nueva Constitución 
      como reclama un número cada vez mayor de ciudadanos. Una Constitución que 
      dé más poder a los ciudadanos, que garantice más justicia social y que 
      sancione a los responsables del actual naufragio. Un naufragio que no 
      puede sorprender a nadie. El escándalo de las hipotecas basura era sabido 
      por todos. Igual que el exceso de liquidez orientado a la especulación, y 
      la explosión delirante de los precios de la vivienda. Nadie se inmutaba, 
      porque el crimen beneficiaba a muchos. Y se siguió afirmando que la 
      empresa privada y el mercado lo arreglaban todo. En la historia larga de 
      la economía, el Estado ha sido siempre un actor central. Solo desde hace 
      treinta años –o sea, nada en una historia de siglos–, el mercado ha 
      querido expulsar al Estado del campo de la economía. Hay que volver al 
      sentido común, a un keynesianismo razonable: tanto Estado como sea 
      necesario y tanto mercado como sea indispensable. La prueba evidente del 
      fracaso del sistema neoliberal actual son los ajustes y rescates que 
      demuestran que los mercados no son capaces de regularse por sí mismos. Se 
      han autodestruido por su propia voracidad. Además, se confirma una ley del 
      cinismo neoliberal: se privatizan los beneficios pero se socializan las 
      pérdidas. Se hace ahora pagar a los pobres las excentricidades 
      irracionales de los banqueros, y se les amenaza, en caso de que se nieguen 
      a pagar, ¡con empobrecerlos aún más! ¿Se producirá un incendio social? No 
      es imposible. Las repercusiones sociales del cataclismo económico son de 
      una brutalidad inédita: 23 millones de parados en la Unión Europea y más 
      de 80 millones de pobres. Los jóvenes aparecen como las víctimas 
      principales. Por eso, de Madrid a Londres y Atenas, de Nicosia a Roma, una 
      ola de indignación levanta a la juventud. Añádase, además, que en la 
      actualidad, las clases medias también están asustadas porque el modelo 
      neoliberal de crecimiento las está abandonando al borde del camino. En 
      España, una parte se unió a los jóvenes para rechazar el integrismo 
      ultraliberal de la Unión Europea y del Gobierno. "No nos representan”, 
      dijeron todos los indignados.
      DK: ¿Cómo ve Europa y el proyecto común europeo 
      dominado, estos años, por Alemania y su política de 
      austeridad?
      IR: El curso de la globalización parece como 
      suspendido. Se habla cada vez más de desglobalización, de descrecimiento. 
      El péndulo había ido demasiado lejos en la dirección neoliberal y ahora 
      podría ir en la dirección contraria. Ha llegado la hora de reinventar la 
      política y el mundo. Todas las sociedades del sur de Europa se han vuelto 
      furiosamente anti alemanas puesto que Alemania, sin que nadie le haya 
      otorgado ese derecho, se ha erigido en jefe –autoproclamado – de la Unión 
      Europea enarbolando un programa de sadismo económico. Europa es ahora, 
      para millones de ciudadanos, sinónimo de castigo y sufrimiento: una utopía 
      negativa.
      DK: ¿Hay alternativas frente al abandono del 
      campo de batalla de la socialdemocracia tradicional?
      IR: La socialdemocracia ha fracasado porque ella 
      misma ha participado en la liquidación del Estado de bienestar, que era su 
      principal conquista y su gran seña de identidad. De ahí el desarraigo de 
      muchos ciudadanos que pasan de la política absteniéndose, limitándose a 
      protestar o votando por Beppe Grillo (que es una manera de preferir un 
      payaso auténtico en lugar de sus hipócritas copias). Otros han decidido 
      votar a la extrema derecha, que sube espectacularmente en todas partes, o 
      en menor grado, optar por la izquierda de la izquierda que encarna hoy el 
      único discurso progresista audible. Así estaban también en América Latina 
      hace poco más de un decenio, cuando las protestas derrocaban Gobiernos 
      democráticamente elegidos (en Argentina, Bolivia, Ecuador, Perú...), que 
      aplicaban con saña los ajustes dictados por el FMI. Hasta que los 
      movimientos sociales de protesta convergieron con una generación de nuevos 
      líderes políticos (Chávez, Morales, Correa, Kirchner, Lula, Lugo...) que 
      canalizaron la poderosa energía transformadora y la condujeron a votar en 
      las urnas programas de refundación política (constituyente), de 
      reconquista económica (nacionalizaciones, keynesianismo) y de regeneración 
      social. En ese sentido, se observa cómo a una Europa desorientada y 
      grogui, América Latina le está indicando el camino.
      Diario Kafka - Adital
      PARA CORTARLE ALAS AL GOLPISMO HAY QUE SALIR 
      DEL EXTRACTIVISMO 
      Raúl Zibechi
      ![5]() "El 
      extractivismo es mucho más que un modelo productivo y de acumulación de 
      capital. En rigor, forma parte del complejo especulativo-financiero que 
      hoy domina el mundo. En nuestros países tiene efectos depredadores: está 
      creando un nuevo bloque de poder, corruptor políticamente, polarizador y 
      excluyente socialmente y depredador del medio ambiente."
"El 
      extractivismo es mucho más que un modelo productivo y de acumulación de 
      capital. En rigor, forma parte del complejo especulativo-financiero que 
      hoy domina el mundo. En nuestros países tiene efectos depredadores: está 
      creando un nuevo bloque de poder, corruptor políticamente, polarizador y 
      excluyente socialmente y depredador del medio ambiente." 
      Esta semana quedó en evidencia la estrategia de la 
      tensión y el caos que promueven las agencias estadunidenses para 
      desestabilizar gobiernos. Si tomamos en cuenta las experiencias más 
      recientes, incluyendo la primavera árabe, podemos concluir que los golpes 
      de Estado son apenas uno de varios caminos posibles para desalojar 
      gobiernos molestos. Ni el Pentágono ni la Casa Blanca apuestan por una 
      sola estrategia para conseguir sus fines, sino que ponen en marcha un 
      abanico de acciones convergentes y complementarias. 
      La crisis económica global y la necesaria 
      contención de los gastos militares (al parecer el Comando Sur vio su 
      presupuesto reducido en 26 por ciento, pero puede haber partidas ocultas) 
      otorgan prioridad al poder suave, o sea mecanismos no tan ostensibles como 
      los tanques y los bombardeos de palacios de gobierno. Los medios de 
      comunicación, la acción legal y la semilegal, incluyendo las masas en las 
      calles, que siempre sirven para legitimar proyectos innombrables, son 
      algunas de las herramientas en uso. 
      En el caso de Venezuela y la escalada 
      desestabilizadora que se escenificó horas después de la publicación de los 
      resultados electorales, emergen un conjunto de mensajes que el tiempo 
      permitirá develar completamente, pero que muestran la aparición de nuevas 
      y más refinadas estrategias. Para mostrar no sólo los aspectos negativos 
      de la coyuntura, habría que mencionar que la casi unanimidad de los 
      miembros de la Unasur mostraron su apoyo a Nicolás Maduro, incluyendo un 
      rápido reconocimiento por parte del presidente de Colombia, Juan Manuel 
      Santos. 
      Sólo el Paraguay de Federico Franco, a quien le 
      queda poco tiempo en el cargo, se alineó con Estados Unidos en la región 
      sudamericana. Esto es relevante porque muestra el aislamiento de 
      Washington y la creciente autonomización de gobiernos como el de 
      
      PARAGUAY: OTRO TRIUNFO DE LA "VÍA 
      HONDUREÑA"
      Carlos Aznarez 
      ![3]() Horacio Cartes, festeja triunfo colorado Es 
      muy particular lo que viene sucediendo con las "nuevas" dictaduras 
      latinoamericanas. Sólo basta recordar el caso hondureño, donde después de 
      un año de resistencia en las calles, peleando a brazo partido contra los 
      usurpadores del poder, el campo popular terminó contabilizando numerosos 
      muertos debido a las acciones represivas de policías y militares. Además, 
      un dictador le pasó la posta al otro, y para ello utilizó la tan ponderada 
      "vía electoral", para facilitarle su acceso al gobierno. Así, se produjo 
      el recambio entre Roberto Micheletti y Porfirio Lobo.
Horacio Cartes, festeja triunfo colorado Es 
      muy particular lo que viene sucediendo con las "nuevas" dictaduras 
      latinoamericanas. Sólo basta recordar el caso hondureño, donde después de 
      un año de resistencia en las calles, peleando a brazo partido contra los 
      usurpadores del poder, el campo popular terminó contabilizando numerosos 
      muertos debido a las acciones represivas de policías y militares. Además, 
      un dictador le pasó la posta al otro, y para ello utilizó la tan ponderada 
      "vía electoral", para facilitarle su acceso al gobierno. Así, se produjo 
      el recambio entre Roberto Micheletti y Porfirio Lobo. 
      
Hasta ese momento, los países de la 
      región, capitaneados por UNASUR, habían boicoteado, ejemplarmente, al 
      gobierno de facto. Sin embargo, cuando entraron a jugar los votos, en una 
      elección amañada por las proscripciones y el fraude, se produjo el 
      "milagro" de un súbito cambio en el perfil de los asesinos. De buenas a 
      primeras, se levantaron las sanciones, y otra vez ingresaron al redil de 
      la OEA, de donde habían sido separados por atentar contra la democracia. 
      La "casa volvió a estar en orden", y las muertes selectivas de militantes 
      populares continuaron en un lento pero doloroso goteo.
Ahora, en Paraguay, la historia vuelve a repetirse. Tras la 
      masacre de campesinos en Curuguaty, sobrevino el derrocamiento de Fernando 
      Lugo, un gobernante que durante todo su mandato no estuvo a la altura de 
      los reclamos de los sectores empobrecidos que lo habían acompañado con su 
      voto. Cayó sin pena ni gloria ni lucha, porque él mismo impuso esa 
      impronta vergonzosa.
Así fue que otra vez la 
      derecha se quedó con el gobierno, y abrió las puertas a un fascista 
      "liberal auténtico" como Federico Franco, quien no dudó recientemente en 
      declarar que la muerte de Hugo Chávez era un milagro para Latinoamérica. 
      El mismo Franco preparó las condiciones (en eso la partidocracia es 
      especialista) para muy pronto convalidar el arrebato ilegal por medio de 
      comicios. En estos ardides, se luce desde siempre el partido Colorado, el 
      mismo del fallecido dictador Adolfo Stroessner, que gobernó con mano dura 
      durante más de 60 años. El candidato para blanquear la dictadura de 
      Franco, se llama Horacio Cartes, empresario, banquero, propietario de un 
      club de fútbol y con influencia notoria en los medios de comunicación, 
      denunciado por relaciones con el narcotráfico y otros delitos varios, que 
      le han hecho ganar el alias del "Berlusconi guaraní".
Durante toda la campaña electoral, los dos partidos en que se 
      dividió la izquierda (el Frente Guasú, de Aníbal Carrillo, y Avanza País, 
      de Mario Ferreiro) se cansaron en denunciar maniobras proscriptivas y 
      fraudulentas de colorados y liberales, sin embargo la farsa electoral ya 
      estaba "atada y bien atada", como diría el otro Franco, dictador español 
      "por la gracia de Dios".
Ahora, como era 
      previsible, la derecha colorada festeja el triunfo de Cartes con un 45% de 
      votos frente a casi un 37% de liberales auténticos y poco menos del 5% de 
      Avanza País. En medio del estallido de cohetes y bengalas, se consuma una 
      vez más la "vía hondureña" para blanquear procesos dictatoriales y de esta 
      manera asegurar la impunidad por los crímenes cometidos contra los que 
      siempre ponen los muertos: los de abajo, sean obreros, campesinos o 
      estudiantes. Pero lo que más llama la atención es el apuro que han 
      demostrado ciertos presidentes y presidentas de la región para festejar la 
      victoria del banquero Cartes, y convocarlo a que vuelva al Mercosur. Se 
      acabaron las escasas sanciones aplicadas, y se olvidaron pronto los 
      insultos proferidos por la derecha paraguaya contra sus pares 
      latinoamericanos. Más aún, quedó en el pasado, casi como si no hubiera 
      existido, el permanente boicot derechista a que Venezuela ingresara en el 
      Mercosur. Ahora todas son caricias, franeleos y besitos al ganador. De los 
      muertos de Curuguaty, de los presos y presas campesinas que sufren todo 
      tipo de malos tratos en las cárceles-tumba paraguayas, ya nadie se acuerda 
      en las cúpulas. Mucho menos de las promesas de ampliar el número de bases 
      militares yanquis en territorio paraguayo, de la ley antiterrorista y de 
      la continua censura de prensa, propiciada por dirigentes derechistas. Ganó 
      Cartes, y con eso pareciera que alcanza para perdonar lo 
      imperdonable
Todo indica, que quienes estén 
      pensando en repetir las experiencias hondureña y paraguaya en la región, 
      lo tienen más que fácil. Sólo tendrán que soportar algunos regaños de 
      compromiso en los primeros meses de la asonada, y luego vendrán los 
      premios. ¿Quién entiende a estos de
      *CRUZADA TRANSGÉNICA CONTRA LOS 
      HAMBRIENTOS*
      Silvia Ribeiro*
      ![6]() La 
      Cruzada Nacional contra el Hambre, programa insignia del gobierno 
      mexicano, no tiene nada que ver con terminar el hambre, ni atender o 
      modificar sus causas, pero sí tiene mucho de cruzada. Ahora los "infieles" 
      son indios y campesinos que cometen el pecado de tener cultura propia, de 
      ejercer y defender sus propias formas de organización, de producción, de 
      vida, de lucha. A ellos hay qu convertirlos a la fuerza a la "modernidad": 
      comida chatarra, refrescos embotellados, y si insisten en que en lugar de 
      limosnas quieren seguir cultivando, que sean transgénicos. Todo sazonado 
      con la creación de consejos comunitarios" y apoyos selectivos, para 
      asegurar votos y promover el enfrentamiento dentro y entre 
      comunidades.
La 
      Cruzada Nacional contra el Hambre, programa insignia del gobierno 
      mexicano, no tiene nada que ver con terminar el hambre, ni atender o 
      modificar sus causas, pero sí tiene mucho de cruzada. Ahora los "infieles" 
      son indios y campesinos que cometen el pecado de tener cultura propia, de 
      ejercer y defender sus propias formas de organización, de producción, de 
      vida, de lucha. A ellos hay qu convertirlos a la fuerza a la "modernidad": 
      comida chatarra, refrescos embotellados, y si insisten en que en lugar de 
      limosnas quieren seguir cultivando, que sean transgénicos. Todo sazonado 
      con la creación de consejos comunitarios" y apoyos selectivos, para 
      asegurar votos y promover el enfrentamiento dentro y entre 
      comunidades.
      Es paradigmática la incorporación de las 
      trasnacionales de comida basura Nestlé y PeçpsiCo a esa Cruzada. Ocupan el 
      primero y segundo lugar como las trasnacionales más grandes del planeta en 
      procesamiento de alimentos y bebidas, ambas ampliamente conocidas por dar 
      al mundo abundantes fuentes de desnutrición, obesidad, diabetes y, en 
      general, promover los malos hábitos alimentarios, generando una enorme 
      carga de gastos públicos en salud. Nestlé ha sido por más de dos décadas 
      el blanco de un boicoteo internacional en numerosos países, por su 
      agresiva promoción de sustitutos de leche materna, provocando mayor 
      desnutrición y colaborando en aumentar la mortalidad infantil, sobre todo 
      en los países más pobres.
      Por detalles, vea el expediente de la 
      International Baby Food Action Network, IBFAN, galardonada con el Premio 
      Nobel Alternativo justamente por estas denuncias. Digamos, hablando de 
      desnutrir niños, Nestlé es toda una experta. Por ello, la Cruzada le 
      asignó un programa de "educación" de promotoras, que la trasnacional 
      entrenará en "autoempleo". Traduciendo: un pequeño ejército de 15 mil 
      mujeres pobres que hagan propaganda de los productos de la trasnacional, 
      con respaldo público. Con razón, Nestlé tituló el proyecto "Mi dulce 
      negocio". Para complementar los efectos devastadores de Nestlé con sus 
      sustitutos de leche materna, Pepsico distribuirá "galletas nutritivas" 
      (traducción: industriales, con químicos, transgénicos, conservadores, 
      etcétera),dirigidas a "mujeres embarazadas, en etapa de lactancia y niños 
      menores de cinco años".
      Como si fuera una defensa, Rosario Robles, 
      secretaria de desarrollo social, coordinadora de la Cruzada, aclara que 
      Nestlé participó en el programa Hambre Cero en Brasil. Omite agregar que 
      la trasnacional tuvo que salir de allí por las protestas de la sociedad 
      brasilera en su contra. Estas dos nefastas trasnacionales son apenas la 
      punta del iceberg: también se anuncia la participación de Walmart, el 
      supermercado más grande del planeta, cuyo negro historial en competir con 
      producción nacional, eliminar pequeñas tiendas, bajar salarios, 
      discriminación racial y de género y muchas otras condiciones para generar 
      más hambre,le califican ampliamente para esta Cruzada. Avizoran ganancias 
      muchas otras grandes compañías del sector agroalimentario. No hay duda, el 
      hambre de ganancias de las megaempresas será bien atendido por este 
      programa.
      Robles abunda que estamos en una sociedad de 
      globalización y libr mercado, por lo que la participación de las empresas 
      "es determinante". Nuevamente omite decir que son determinantes para 
      desatar y continuar l crisis alimentaria y de salud, la pobreza rural, la 
      emigración a la ciudades, a través de la apropiación cada vez mayor de la 
      cadena agro alimentaria, facilitada como ahora, por políticas 
      gubernamentales. Cadenque finalmente se propone apresarnos a todos, con 
      Monsanto en una punta (semillas y agrotóxicos) y Walmart en la otra, y 
      cuyos eslabones son las grandes cerealeras como Cargill y ADM y los 
      procesadores industriales de alimentos y bebidas, como Nestlé y 
      Pepsico.
      Al principio de la cadena, Monsanto espera 
      que el gobierno le autorice en breve la siembra comercial de millones de 
      hectáreas de maíz transgénico en el Norte del país. Si las solicitudes en 
      Tamaulipas y Sinaloa sorprendían por que pedían se les autorizara más de 
      un millón de hectáreas para cada tipo de transgénico, ¿qué se puede decir 
      de las que están en curso para Chihuahua, Coahuila y Durango, donde la 
      trasnacional solicita casi 12 millones de hectáreas (11 millones 985 mil 
      951) para cada uno de los tres eventos de maíz transgénico, en distintas 
      localidades de esos estados? Las superficies solicitadas superan con mucho 
      las actuales sembradas con maíz, porque la intención es ir cubriendo cada 
      vez más en varias estaciones de siembra, garantizándo así la decisión a 
      futuro de qué sembrarán los agricultores (no venderá ninguna otra 
      semilla), haciendo además imposible la fiscalización de lo realmente 
      plantado.
      Se configura desde varias aristas una cruzada contra los 
      hambrientos, contra los campesinos, contra la soberanía alimentaria y la 
      autonomía d los pueblos del maíz, para que ni ellos ni nadie más que las 
      trasnacionales puedan decidir qué plantar y qué comer.
      Entre muchas respuestas a estas realidades, 
      la Red en Defensa del Maíz, Ceccam, lVía Campesina, YoSoy132 Ambiental, 
      Jóvenes ante el Desastre la Emergencia Nacional, el Movimiento Urbano 
      Popular y otra organizaciones, llaman del 25 al 30 de abril a unas 
      Jornadas contra el Maíz Transgénico, con la participación, entre otros, de 
      los premios Nobel Alternativos, Vandana Shiva (India), Pat Mooney (Canadá) 
      y Camil Montecinos (Chile). Acuden además como dictaminadores de otra 
      pre-audiencia nacional del proceso del Tribunal Permanente de los Pueblos, 
      esta vez sobre contaminación transgénica del maíz, en Oaxaca el 26 y 27 de 
      abril. (Programa en http://redendefensadelmaiz.net/). 
      Rendirse ante la cruzada transgénica, definitivamente no está en la 
      agenda.
      *Investigadora del Grupo ETC www.etcgroup.org /es 
      HAITÍ: LOS DESALOJOS FORZOSOS EMPEORAN LA YA 
      GRAVE SITUACIÓN DE LAS PERSONAS SIN HOGAR TRAS EL TERREMOTO 
      
      ![1]() 
 
      Los desalojos forzosos están empeorando en Haití 
      la ya desesperada situación de los millares de personas que siguen 
      viviendo en campamentos para desplazados más de tres años después del 
      devastador terremoto de enero de 2010, ha explicado Amnistía Internacional 
      con motivo de la presentación del informe ‘Nowhere to go’: Forced 
      evictions in Haiti’s camps for displaced people. 
      “Los llamamientos que han hecho Amnistía 
      Internacional y otras ONG para que se detengan los desalojos forzosos no 
      se han atendido: el gobierno haitiano no sólo no ha puesto fin a los 
      desalojos, sino que incluso ha permitido que aumenten desde comienzos de 
      este año”, ha manifestado Javier Zúñiga, asesor especial de Amnistía 
      Internacional.
      Casa un millar de familias han sido desalojadas a 
      la fuerza de su hogares entre enero y marzo de este año, lo que supone un 
      giro radical con respecto a 2012, cuando descendió el número de desalojos 
      forzosos, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). 
      
      Estas 977 nuevas familias se suman a las al menos 
      60.978 personas que fueron desalojadas a la fuerza entre julio de 2010 y 
      el final de 2012. Muchos de estos desalojos forzosos han sido llevados a 
      cabo o aprobados por las autoridades. 
      “Los desalojos forzosos amenazan a casi la cuarta 
      parte de las más de 320.000 personas que siguen viviendo en campamentos 
      más de tres años después del terremoto”, ha señalado Zúñiga. 
      
      “Estamos ante una situación de violaciones 
      continuas de derechos humanos, que causan gran sufrimiento. Quienes más 
      han padecido los efectos del terremoto han sido las personas que vivían en 
      condiciones de extrema pobreza. Residen en campamentos, donde soportan 
      terribles condiciones de vida y, por si esto fuera poco, corren el riesgo 
      de sufrir desalojos forzosos y, a la larga, de quedarse una vez más de sin 
      hogar. Cada vez les cuesta más encontrar un lugar nuevo donde rehacer su 
      vida y medios para ello.” 
      Es la situación en que viven personas como Cléane 
      Etienne, a quien la policía desalojó a la fuerza en enero del campamento 
      de Fanm Koperatif, en la capital haitiana, Puerto Príncipe. Perdió no sólo 
      su refugio, sino también todas sus pertenencias, incluido el material que 
      necesitaba para llevar un pequeño negocio. 
      Suze Mondesir, quien residía también en el 
      campamento de Fanm Koperatif, cuenta así la terrible experiencia que vivió 
      su familia: “Alrededor de las diez de la mañana llegaron al campamento un 
      grupo de agentes de policía acompañados de hombres armados con machetes y 
      cuchillos. Nos insultaron y comenzaron a derribar nuestras tiendas. Los 
      hombres nos zarandearon, y la policía nos intimidó con sus armas para que 
      no hiciéramos nada."
      Este tipo de testimonios recogidos en el informe 
      muestran que los desalojos forzosos van a menudo acompañados de 
      intimidación, hostigamiento y violencia sistemáticos. En la mayoría de los 
      casos, los refugios provisionales y las pertenencias de las personas 
      desalojadas quedan totalmente destruidos.
      No obstante, los desalojos forzosos son sólo uno 
      de los aspectos del problema existente en Haití en relación con el derecho 
      a una vivienda adecuada. 
      Las condiciones de vida en los campamentos de 
      desplazados se han ido degradando constantemente. Debido a la falta de 
      acceso a servicios como agua, saneamiento y recogida de basuras, los 
      residentes están expuestos contraer enfermedades infecciosas. La ausencia 
      de seguridad hace que teman constantemente por su vida, especialmente en 
      el caso de las mujeres y las niñas, muchas de las cuales han sido víctimas 
      de violencia sexual. 
      La vivienda era un problema crónico en Haití 
      incluso antes del terremoto, cuando las organizaciones internacionales 
      calculaban que había un déficit de 700.000 casas, siendo la población de 
      Haití de poco más de 10 millones de habitantes. 
      Consciente de que es preciso abordar de manera 
      exhaustiva esta situación, el gobierno haitiano está elaborando en la 
      actualidad la primera política del país en materia de vivienda. 
      
      “Acogemos con satisfacción que el gobierno vaya a 
      proponer por primera vez una estrategia nacional de desarrollo del sector 
      de la vivienda y esperamos que en la nueva versión de la propuesta se 
      rectifiquen algunos aspectos de la anterior a fin de garantizar que esta 
      política permite hacer efectivo en Haití el derecho a una vivienda 
      adecuada para todas las personas”, ha afirmado Zúñiga. 
      “La enorme labor de recuperación del terremoto que 
      se está realizando en Haití es una oportunidad de abordar el problema de 
      la vivienda. Sin embargo, para ello las autoridades deben situar los 
      derechos humanos en la base de sus planes de reconstrucción.” 
      
      Información complementaria 
      
      Más de tres años después del devastador terremoto 
      de Haití, que se cobró la vida de más de 200.000 personas y dejó a sin 
      hogar a unos 2,3 millones, decenas de miles de familias viven todavía en 
      refugios. La mayoría de estas personas son mujeres y niños. La vida de 
      quienes perdieron su hogar ha sido sumamente difícil. A duras penas han 
      conseguido buscarse el sustento y mantener a sus familias, sin apenas 
      acceso a agua potable, saneamiento, atención de la salud, educación y 
      otros servicios básicos. 
      El número de personas desplazadas internamente y 
      el número de campamentos provisionales ha ido descendiendo desde julio de 
      2010 (de un máximo de 1,5 millones de personas residentes en 1.555 campos 
      a 320.051 personas residentes en 385 campos al final de marzo de 2013, 
      según la OIM). Miles de familias han abandonado los campamentos y aceptado 
      otras formas de alojamiento proporcionado por distintos proyectos y 
      programas. No obstante, los desalojos forzosos parecen haberse convertido 
      en un importante factor determinante de la reducción del número de 
      personas residentes en campamentos. 
      El informe 'Nowhere to go': Forced evictions in 
      Haiti’s camps for displaced people está basado en tres visitas de 
      investigación realizadas por delegados de Amnistía Internacional a Haití 
      en 2011 y 2012 y centradas en los desalojos forzosos y otras violaciones 
      de derechos humanos cometidas en el contexto del desplazamiento ocurrido 
      tras el terremoto en la zona metropolitana de Puerto Príncipe. 
      
      El informe es parte de Exige Dignidad, campaña de 
      Amnistía Internacional centrada en las violaciones de derechos humanos que 
      generan y agravan la pobreza. La organización está prestando especial 
      atención a las violaciones de derechos humanos cometidas contra las 
      personas que viven en asentamientos informales y precarios y pide a los 
      gobiernos que pongan fin a los desalojos forzosos. 
      Las normas internacionales de derechos humanos 
      disponen que sólo deben llevarse a cabo desalojos como último recurso y 
      tras haber establecido una lista completa de garantías de procedimiento, 
      entre ellas: consulta genuina con las personas afectadas para buscar 
      alternativas factibles al desalojo, aviso previo adecuado e indemnización 
      y vivienda alternativa adecuada a quienes no puedan conseguirla por sus 
      propios medios. En Haití no se está aplicando ninguna de estas 
      garantías.
      Amnesty International Chile
      COLOMBIA: LA HORA DE LA 
      VOLUNTAD
      ![4]() No 
      habrá paz sin una comunidad que la apoye y la exija, que la vigile y la 
      acompañe. Y no será pequeña recompensa la posibilidad de dejar atrás el 
      país mezquino que sacrifica sus jóvenes y gasta todos sus recursos en una 
      guerra sin horizontes, y que mientras tanto tiene las carreteras de hace 
      50 años, los puertos de hace 80, los puentes den hace 100, y las ideas de 
      hace más de 200.
No 
      habrá paz sin una comunidad que la apoye y la exija, que la vigile y la 
      acompañe. Y no será pequeña recompensa la posibilidad de dejar atrás el 
      país mezquino que sacrifica sus jóvenes y gasta todos sus recursos en una 
      guerra sin horizontes, y que mientras tanto tiene las carreteras de hace 
      50 años, los puertos de hace 80, los puentes den hace 100, y las ideas de 
      hace más de 200.
      El último conflicto armado del hemisferio podría 
      estar a punto de terminar. Colombia necesita que cese el conflicto para 
      que comience a construirse una paz verdadera y durable. Y podemos decir 
      que de todos los procesos de diálogo que se han emprendido en los últimos 
      30 años, ninguno había llegado tan lejos como el que actualmente se 
      adelanta en La Habana.
      Si el expresidente Uribe, su más tenaz opositor, 
      se muestra tan encarnizado en contra de este proceso, es porque lo está 
      viendo posible. Y hay que saber que detrás de sus aparentes obsesiones y 
      rencores no hay sólo una psicología sino unos sectores que siempre vieron 
      en la paz un peligro para sus privilegios, el temor a la llegada de la 
      modernidad social en términos de justicia y equidad.
      Por su parte, el expresidente Pastrana ahora 
      reconoce que en el proceso del Caguán no estuvo tan interesado en la paz 
      sino en lo mismo que les reprocha a sus adversarios: en ganar tiempo y 
      fortalecerse para la guerra. Pareciera que sólo siente el malestar de ver 
      triunfar a otros donde él no pudo, pero también él representa intereses 
      precisos que temen verse amenazados por unos acuerdos, que no quieren que 
      se modifiquen algunas de las condiciones que han hecho al país tan 
      proclive a la violencia y a la exclusión.
      No todo es pequeñez y vanidad; algunos encarnan 
      posiciones contrarias a lo que Colombia requiere para alcanzar una paz 
      verdadera. Muchos poderes egoístas de adentro y de afuera saben que una 
      paz que abra horizontes a nuestra sociedad será un freno para sus 
      ambiciones particulares. Por eso quieren bloquear el camino de los 
      acuerdos y tratan de impedir que el proceso en cualquier momento cruce la 
      línea de no retorno.
      Como decía Víctor Hugo, hay regiones donde la 
      tierra todavía está blanda y mojada del diluvio. Colombia todavía padece 
      en todo el cuerpo los quemonazos de la vehemencia guerrerista. No está 
      lejos aquella política que concebía la paz sólo como redes de informantes, 
      delaciones, intercepciones telefónicas, y falsos positivos. Todavía 
      padecemos la pesadilla de los asaltos guerrilleros, los campos minados, el 
      fuego en toda la línea.
      El expresidente Uribe sabe por qué lo enfurece la 
      posibilidad de que el país alcance la paz con que soñamos hace décadas, 
      una paz que su política no podía alcanzar, aunque se le concedieran muchos 
      períodos presidenciales. Y el expresidente Pastrana sabe por qué deplora 
      que otros logren lo que a él le fue negado o en realidad nunca quiso. Pero 
      si ellos sienten que la paz que este país requiere para ser grande los 
      perjudica, ¿quién los podrá salvar para la historia?
      Ahora lo importante es la paz. Vuelvo a oír el 
      rumor de que el tiempo es escaso, de que las próximas elecciones pueden 
      ahogar el proceso, de que se está luchando contra el 
      reloj.
      Aunque a todos nos gustaría un acuerdo rápido y 
      definitivo, el talento de los estadistas radica en ser capaces de dar a 
      cada cosa su tiempo y su ritmo. Pertenece al reino de fábulas de las Mil y 
      una Noches el arte riesgoso de construir una gran torre en un día. Lo 
      verdaderamente importante es construir una torre que no se caiga, y la paz 
      es, para decirlo con palabras de Rimbaud, la canción de la torre más 
      alta.
      Lo que deberían estar haciendo con urgencia las 
      delegaciones que están sentadas en La Habana, y quienes las dirigen, es 
      darle verosimilitud y prestigio al proceso. A nadie puede interesarle un 
      acuerdo improvisado y endeble, que no brinde garantías, pero el país 
      necesita saber que los pasos se van dando con firmeza, que el proceso 
      avanza con madurez. No es conveniente que se termine a cualquier precio en 
      tiempo récord, pero es fundamental que tenga credibilidad y muestre 
      resultados. Ello no es cuestión de tiempo sino de 
      voluntad.
      Los que siempre han ganado y algo pueden perder no 
      dejarán de poner el grito en el cielo porque se cambien unos hábitos 
      políticos y económicos que han desgarrado al país durante siglos y que a 
      ciertos poderes les parecen leyes naturales.
      ¿Por qué tendría que concluirse el proceso de paz 
      en este período presidencial? Si empieza a mostrar resultados, es muy 
      difícil que la comunidad lo abandone. Las elecciones del próximo año no 
      dejarán de convertirse en un gran plebiscito sobre el proceso, y si hay 
      resultados convincentes, el país sabrá recompensar a quien abra horizontes 
      a su futuro.
      Lo que buscan los profesionales del desaliento y 
      los palos en la rueda de quienes temen a la paz, es acaso paralizar a los 
      protagonistas del diálogo e impedir que empiecen a mostrar resultados 
      convincentes. Pero si bien la paz no puede ser una feria de vanidades 
      tampoco puede ser un ceremonial en una cripta hermética.
      Así como los enemigos de los acuerdos exhiben con 
      franqueza su hostilidad y su vehemencia, los que sabemos que la paz es 
      necesaria, y que podría estar a las puertas, tenemos que dejar de ser 
      espectadores de tercera fila, debemos tomar iniciativas y asumir 
      posiciones. Hay momentos en que la historia exige actuar; jornadas 
      decisivas que reclaman la presencia en la arena. Y lo que no hacemos en el 
      día adecuado, podemos deplorarlo por décadas.
      No habrá paz sin una comunidad que la apoye y la 
      exija, que la vigile y la acompañe. Y no será pequeña recompensa la 
      posibilidad de dejar atrás el país mezquino que sacrifica sus jóvenes y 
      gasta todos sus recursos en una guerra sin horizontes, y que mientras 
      tanto tiene las carreteras de hace 50 años, los puertos de hace 80, los 
      puentes de hace 100, y las ideas de hace más de 200.
      ------------------------------------------------------------------------------------------------------------
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