El oro es rojo
LATINOAMERICA
EL ORO ES ROJO. El tema está en la agenda de todo el
mundo. Para muchos —con razón—
es una nueva forma de entregar la
riqueza sobre la que estamos sentados, a cambio de nada.
ARGENTINA.8N -JUNTOS O REVUELTOS. Después de muchos
cabildeos y denuncias de
intentos de desestabilización, sectores del
pueblo se manifestaron en todo el país. La
movilización fue más allá
de quienes iniciaron la convocatoria y sus intenciones opositoras al
gobierno.
BRASIL, PAIS DE CONTRASTES. Stefan Zweig tituló
Brasil, país del futuro su libro de
ensayos publicado el año 1941,
cuando vino a conocer el país que lo acogería y en el que
moriría al
año siguiente. Ahora bien, puede aplicarse al futuro lo que dice Eduardo
Galeano con
respecto a la utopía: como el horizonte, está siempre ahí
enfrente, pero no se puede alcanzar,
por más que se camine en
dirección a él.
LATINOAMERICA
EL ORO ES ROJO
Alfredo Molano Bravo
El tema está en la agenda de todo el mundo. Para muchos —con razón— es
una nueva forma
de entregar la riqueza sobre la que estamos sentados,
a cambio de nada.
Los indígenas opinan que su explotación es como meterle la mano a la
mamá, y lo más grave:
por un desconocido. Un negro me dijo algo de una
lógica aplastante: “Si se lo van a llevar para
meterlo en el banco,
¿por qué más bien no construyen un banco encima de la mina?”. Piensan
lo opuesto funcionarios y ejecutivos: ¿Cómo vamos a vivir muertos de
hambre con tanta plata
enterrada? Un gran debate está por comenzar,
porque muertos ya ha dejado. Y dejará.
Desde la Colonia fuimos los principales productores de oro en América,
hasta el
descubrimiento de las minas de oro en California, que
enloqueció a los gringos. La leyenda del
oeste, sus revólveres, sus
vaqueros, están ligados a la fiebre del oro, de la que Chaplin se
burló, como se burló de Hitler, como se burló del progreso de la
industria. Quimeras.
La crisis fiscal de todos los gobiernos,
sumada al robo de las platas del Estado y al costo de
mantener el
clientelismo y sobre todo la guerra, nos ha vuelto a meter, primero en la
explotación de petróleo, carbón y níquel, y ahora de oro. El país está
concesionado.
El oro ha subido de precio por la crisis económica. De US$50 la onza
troy en los 80, hoy se
paga a 2.000. Y en Colombia su comercio es
prácticamente libre. De ahí el negocio de los
narcos. Compran un
título de una mina de oro, entran los dólares, compran oro donde se los
vendan y luego lo declaran como sacado de su mina. La confianza
inversionista no era solo
para las compañías canadienses, sino para
los narcos.
La minería ilegal tiene varios socios. El dueño —o poseedor— de la
tierra. Va con el 10% o el
15% sobre lo que sacan las dragas o las
retroexcavadoras. Otro socio es el barequero. La
mayoría son mujeres
que lavan oro en los huecos que hacen las retros. Hay otros socios muy
importantes: las autoridades locales. Hablo de policías, militares,
guerrillas, paramilitares,
alcaldes y corporaciones de desarrollo.
Cobran sus servicios, que son de acceso, de vigilancia,
de orden y de
participación. La guerrilla, los paramilitares y los narcos son, pues,
inversionistas.
Los miembros de la fuerza pública —algunos, agrego
para que los generales no se molesten—
son parte central del negocio.
El gobierno de Santos ha emprendido una pelea contra la
minería ilegal
alegando razones ambientales y sociales. En el papel, válido. En la
realidad,
difícil. En el fondo no son medidas a favor del medio
ambiente y menos de la gente que explota
con batea y almocafre. Su
objetivo, como lo dice el señor Restrepo, un poderoso minero
antioqueño, es abrirles el campo a las multinacionales de la minería,
casi todas canadienses.
Empresas que, a través de la Canadian
International Development Agency (CIDA),
contribuyeron a la redacción
del nuevo código minero. Así que Santos se mete a sacar las
castañas
del fuego para que las grandes firmas extranjeras se coman la pepa. El lío
no va a ser
menor porque las alianzas de los ilegales son sólidas y
para todos rentables. Mucha gente vive
del oro desde hace siglos;
otros recién llegados tienen armas y los demás, esa infinita codicia
que produce la caca del diablo.
Los recientes decretos del Gobierno han sido redactados a favor de las
grandes mineras que
no pagan derechos de importación ni IVA, que
reportan a su gusto lo que sacan, que emplean
solo a los recomendados
de los gamonales de la región y que botan a los ríos toneladas de
mercurio, cianuro. El Gobierno tendrá que afrontar a bala la reacción
que desatarán esas
medidas, porque la gente que ha vivido siempre del
oro no tiene salida y las grandes
compañías tienen afán de sacar lo
que haya para meterlo a “correr” en el sistema financiero.
Sangre y
oro. Como siempre.
Alfredo Molano Bravo | Elespectador.com -ALAI,
América Latina en MoArgentina
ARGENTINA.8N -JUNTOS O REVUELTOS
Adolfo Pérez Esquivel
Después de muchos cabildeos y denuncias de intentos de
desestabilización, sectores del
pueblo se manifestaron en todo el
país. La movilización fue más allá de quienes iniciaron la
convocatoria y sus intenciones opositoras al gobierno.
En el 8N participaron peronistas de todos los pelos y marca que son
muchas y contradictorias
entre sí, los no peronistas, algunos ex
kirchneristas y ex cristinistas, radicales, comunistas,
grupos de
derecha y de izquierda, los de más allá, o los de más acá, que no son ni
esto ni
aquello, pero pueden ser algo.
Medios de comunicación oficiales, funcionarios del gobierno y grupos
políticos que buscan
radicalizar el país entre blanco y negro, amigos
y enemigos -conmigo o sinmigo ¿lo
recuerdan?-Opinan que, quienes
salieron a la calle, son de clase media y que no entienden
porque
salieron y que reclaman. Dicen que fue una mezcla de eternos opositores y
de nuevos
manipulados.
Tengamos claro que hombres y mujeres de
clase media que trabajan, estudian y luchan por
una sociedad mejor,
tienen derecho de ir al paraíso y salir del infierno de la incertidumbre y
el
doble discurso ¿o no?
Toda movilización masiva siempre tiene elementos organizados y
espontáneos y no hay que
desatender a ninguno de ellos. Si bien hubo
muchos sectores políticos y empresariales
convocando tras las
cortinas, los participantes del 8N salieron a ejercer su derecho
democrático que no se agota en las urnas. Nadie se moviliza si no cree
en lo que hace y lo que
reclama como democracia. Este derecho
democrático se construye en el día a día, exigiendo y
aportando a
mejoras económicas, políticas, sociales y trabajo digno en vez de planes.
Exigiendo transparencia del INDEC, saber los índices de inflación
reales y no dibujados,
reclamando por un medio ambiente sano, por
salud y educación pública de excelencia, por los
docentes y sus
derechos. Otros, al ritmo de la cacerola, pidieron por la independencia de
los
poderes del Estado y el fortalecimiento de las instituciones, por
más seguridad, por terminar
con la corrupción, en contra del
autoritarismo y otros pensaron únicamente en sus bolsillos y no
en el
bien del pueblo y salieron a reclamar la compra de dólares.
Cualquier análisis de lo ocurrido el 8N tendrá rollo para rato, pero la
gente salió a manifestarse
y puso en evidencia su malestar y broncas
contenidas, que hicieron catarsis socio-política.
Pasó el 8N y ¿ahora qué?
El gobierno nacional y los gobiernos provinciales, así como la
oposición política, tienen que
hacer un análisis de lo ocurrido en
todo el país el 8N. Deben tener la capacidad de escuchar
las voces del
pueblo, incluso las disidentes.
La convocatoria fue dirigida a reclamar a todos los gobernantes y a la
oposición, que tiene que
definir donde está parada y hacia dónde va
porque hasta el momento no presenta proyectos
alternativos y provoca
un fuerte vacío de representatividad social.
El gobierno nacional tuvo aciertos políticos, sociales y económicos que
no se pueden ignorar,
enfrentando la fuerte crisis social y económica
que vivía el país y dando un paso fundamental
en políticas de DDHH
sobre las violaciones producidas durante la dictadura militar.
Es necesario que se replantee sus logros y fracasos y tenga la
sabiduría de corregir errores
que debe superar. Varios desde el
oficialismo acusaron a los manifestantes de golpistas,
gorilas y
opositores que buscan desestabilizar al gobierno. Otros sintieron el
impacto de la
protesta, pero no hay peor sordo que aquel que no quiere
oír, ni peor ciego que aquel que no
quiere ver.
La presidenta trató de minimizar y desconocer el reclamo del 8N en todo
el país, de hombres y
mujeres que quieren ser escuchados y dijo que en
la semana hubo dos hechos importantes, el
triunfo del re-electo Obama
en los EEUU y el Congreso y elecciones en China? Pregunto: ¿fue
un
cuento chino, o qué?
Cristina: entre los principales reclamos estaba el de la falta de
diálogo del gobierno, ser
gobernante es serlo de todos y no de
algunos, pretender desconocer los hechos y no querer
escuchar las
voces de todo el país, aunque desentonen con tu “sintonía fina”, es asumir
actitudes preocupantes bajo el riesgo de caer en el “autismo
político”, peligroso para la salud
democrática del país.
Hay reclamos sobre la urgencia de recuperar la Soberanía Nacional
enfrentando la deuda
externa que ha llevado a la grave situación de la
Fragata Libertad, capturada en Ghana por la
justicia de ese país y
sometida a la demanda de los fondos buitres.
Hay reclamos para renunciar al CIADI y a los tratados de entrega del
país firmados durante el
gobierno de Menem, que somete al país a
tribunales extranjeros dirigidos por EEUU y Gran
Bretaña.
Es
necesario escuchar las voces del pueblo, la realidad que viven los más
desprotegidos en el
país, nuestros hermanos indígenas, los pobres,
campesino s que reclaman el derecho a la
tierra, a su identidad y
valores, hoy violados y reprimidos en todo el país, por reclamar sus
derechos frente a las empresas mineras, las sojeras y los
agro-tóxicos, sufriendo la
contaminación, enfermedades y destrucción
de los recursos naturales.
Es importante que reflexiones sobre las diversas posiciones y
vertientes de reclamos que hay
en el país, que no comenzaron el 13S o
el 8N, porque por más que estén juntas o revueltas
estas deben ser
escuchadas por las autoridades.
Buenos Aires, 12 de noviembre del 2012.-http://alainet.org/active/5958
BRASIL, PAIS DE CONTRASTES
Frei Betto
Stefan Zweig tituló Brasil, país del futuro su libro de
ensayos publicado el año 1941, cuando
vino a conocer el país que lo
acogería y en el que moriría al año siguiente. Ahora bien, puede
aplicarse al futuro lo que dice Eduardo Galeano con respecto a la
utopía: como el horizonte,
está siempre ahí enfrente, pero no se puede
alcanzar, por más que se camine en dirección a
él.
Prefiero afirmar que el Brasil es un país de contrastes. Con una
población de 192 millones de
habitantes (de los cuales 30 millones
viven en zona rural, donde predomina el latifundio, con
grandes
extensiones de tierras improductivas), sólo 6.6 millones estudian en la
universidad. Y
de los 92 millones de trabajadores casi la mitad no
tienen contrato firmado.
Tenemos la mayor área de haciendas de América Latina y sin embargo
nunca se hizo una
reforma agraria. Somos el principal exportador de
carne y tenemos la segunda mayor flota de
helicópteros de las
Américas, pero convivimos con la miseria de 16 millones de habitantes (de
los cuales el 40% tiene menos de 14 años y el 71% son negros y
trigueños).
Las señales de 350 años de esclavitud en el Brasil todavía son visibles
en el hecho de que la
población negra es pobre y con frecuencia
discriminada. El Brasil, considerado hoy la 6°
economía del mundo,
ocupa la vergonzosa posición del 84° lugar en el IDH de la ONU (2012).
A pesar de que el 65% de la riqueza nacional se concentra en manos del
10% de la población,
el país experimenta sensibles mejoras en estos
primeros años del siglo 21. Gracias a los
programas sociales de los
gobiernos de Lula y Dilma, 30 millones de personas salieron de la
miseria. El control de la inflación, el crédito fácil y la reducción
de los intereses han ampliado el
sector de la clase media. La
exoneración de la industria automovilística y de los productos de
línea blanca (neveras, lavadoras…) dan acceso a los bienes de consumo.
Sin embargo 4 millones de menores de 14 años todavía siguen sin ir a la
escuela y están
sometidos a trabajos indignos. Cinco millones de
agricultores sin tierra se albergan en
campamentos precarios a la
orilla de las carreteras o viven en asentamientos con bajo índice
de
productividad. El 47.5% de los domicilios carecen de saneamiento básico;
lo cual implica un
universo de 27 millones de viviendas en las que
viven 105 millones de personas.
Hay cerca de 25 mil personas sometidas a trabajo esclavo, especialmente
en los estados de la
Amazonía, cuyo despale, provocado por el
agronegocio y la explotación depredadora hecha
por expresas mineras,
no cesa de privar a la selva de su exuberancia natural.
En la punta de la pirámide social los brasileños gastan, en viajes al
exterior, ¡US$ 1,800
millones al mes! Y el flujo en cuentas externas
alcanzará este año la cifra record de US$
53,000. En los últimos años
la baja cotización del dólar en relación al real afectó a la industria
nacional y favoreció la entrada de productos extranjeros.
Como la economía brasileña se apoya principalmente en la exportación de
commodities, la
crisis financiera mundial redujo progresivamente los
pedidos, ralentizando el crecimiento del
PIB, previsto este año en un
1.2%.
Considerado el segundo mayor consumidor de drogas del mundo
(sólo por detrás de los
EE.UU.), el Brasil convive con una temible
violencia urbana. Los homicidios son la principal
causa de la muerte
de jóvenes entre los 12 y los 25 años.
A pesar de que la situación social del Brasil haya mejorado
substancialmente en la última
década (hasta el punto de que muchos
europeos afectados por la crisis financiera han venido a
nuestro país
en busca de trabajo), hace falta que el gobierno lleve a cabo reformas
estructurales, como la agraria, la fiscal y la política.
El sistema de salud pública es precario, y solamente en este año los
diputados federales han
propuesto duplicar hasta el 10% del PIB la
inversión federal en educación. Convivimos con
13.6 millones de adultos analfabetos literales y 29% de adultos
analfabetos funcionales (saben
leer y poner su firma, pero son
incapaces de escribir una carta sin faltas o interpretar un texto).
Según el Instituto Pro-Libro, el brasileño lee sólo 4 libros al año y
apenas un 5% de la población
es capaz de expresarse en inglés, la
mayoría de los cuales sin dominar dicho idioma.
El poder público brasileño, con raras excepciones, es reacio a la
cultura. El presupuesto 2012
del Ministerio de Cultura es de apenas
US$ 3 mil millones (el PIB actual del Brasil es de US$
470 mil
millones); lo que explica que en el país haya sólo unas tres mil
librerías, la mayoría de
ellas concentrada en las grandes ciudades del
sur y del sudeste del país.
A pesar de las dificultades por las que atraviesa el país, somos un
pueblo viciado de
optimismo. Tenemos por costumbre guardar el
pesimismo para días mejores…
Ahora nuestro horizonte de felicidad está puesto en la Copa de
Federaciones (2013), en la
Copa del Mundo (2014) y en las Olimpiadas
de Rio de Janeiro (2016).
Como nuestro país estará en el centro de la atención mundial, el
gobierno realiza obras,
reforma estadios, mejora la infraestructura y
promete fiestas que nos harán olvidar que todavía
somos, socialmente,
una de las naciones más inequitativas del mundo.
-Frei Betto es escritor, autor de la novela “Minas
del oro”, entre otros libros.
www.freibetto.org/>
twitter:@freibetto.