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Sent: Monday, November 23, 2009 11:10 AM
Subject: [ATTAC] INFORMATIVO 527- AMÉRICA LATINA, SEÑORA DE SU
DESTINO
Latinoamérica
AMÉRICA LATINA: SEÑORA DE SU DESTINO ¿Cuáles pueden considerarse ideas claves para promover
una integración latinoamericana? Esta y otras preguntas similares tienen una
enorme relevancia. Como respuestas, se podría plantear, a modo de ejemplo, que
“solamente una América Latina integrada podrá preservar su identidad como
región, fuente de una cultura diferenciada, actora con sentido político
económico propio, señora de su destino”,
HONDURAS “VOLVERÉ PARA SEGUIR LUCHANDO Y ADONDE SEA QUE
MI PUEBLO ME QUIERA”
Finalizando una
conferencia de prensa realizada en la embajada de Honduras en Managua, en la que
el alcalde liberal de San Pedro Sula, Rodolfo Padilla Sunseri, anunció su
decisión de retirarse del proceso electoral junto con más de 50 candidatos a
diputados y un centenar de candidatos a alcaldes y vicealcaldes de este mismo
partido, Sirel tuvo la oportunidad de dialogar en exclusiva con la canciller
legítima de Honduras, Patricia Rodas
Latinoamérica
AMÉRICA LATINA: SEÑORA DE SU
DESTINO Mariela
Buonomo ¿Cuáles pueden considerarse ideas claves para promover una
integración latinoamericana? Esta y otras preguntas similares tienen una enorme
relevancia. Como respuestas, se podría plantear, a modo de ejemplo, que
“solamente una América Latina integrada podrá preservar su identidad como
región, fuente de una cultura diferenciada, actora con sentido político
económico propio, señora de su destino”, o que “el proceso de integración
permitirá la coordinación activa de las fuerzas que impulsan el progreso de los
sectores renovadores, de los que en cada país están pugnando por la mejor
distribución del ingreso y por el beneficio de las grandes masas populares”.
Incluso se podría afirmar que “el camino de la integración económica y política,
coordinando intereses y políticas nacionales, constituye la única alternativa
para crear las condiciones para un desarrollo más acelerado y más equilibrado,
reduciendo las diferencias de desarrollo relativo entre regiones y países de
Latinoamérica y el Caribe”. Estas respuestas, donde se invoca la
“identidad” de la región, una “coordinación activa” o la necesidad de “reducir
las diferencias” entre distintas economías, resultan impactantes. Pero más de un
lector podrá advertir que hoy por hoy no son comunes de encontrar. Sin
embargo,esas ideas se publicaron hace más de cuarenta años atrás, y no
estuvieron en manos de un grupo radical o de una corriente alternativa de aquel
entonces, sino que son las propuestas del Banco Interamericano de Desarrollo
(BID). En efecto, estas ideas son presentadas y analizadas en “Factores para la
Integración Latinoamericana”, promovido por ese banco, y publicada en 1966 por
el Fondo de Cultura Económica en México. En ese reporte se analiza
el sentido y alcance de una integración económica latinoamericana, los
obstáculos que debería sortear, las medidas apropiadas para su promoción y la
forma necesaria para que resultara exitosa. Sin entrar en una discusión sobre la
validez de las propuestas que allí se especifican, llama la atención el nivel de
rigurosidad y detalle con que se formulaba en aquel entonces un proyecto para
una integración de América Latina y el Caribe. Los temas considerados en esa
discusión aunque siendo válidos, en la actualidad no siempre son abordados
con la misma originalidad y rigurosidad. El reporte deja claro que
la integración latinoamericana era vista como el requisito fundamental para
asegurar y activar el desarrollo económico de la región. Su propuesta se
construye entorno a cinco líneas principales: integración para el desarrollo,
integración comercial, integración sectorial y fronteriza, integración
financiera e integración cultural. Como premisa de partida se
plantea la integración como un proceso que requiere de un esfuerzo
deliberado y programado para alcanzar condiciones de “desarrollo autosustentado
de la región que aseguren a todos los pueblos latinoamericanos, hacia fines del
siglo, los niveles económico-sociales que hace posibles la tecnología
contemporánea”. Es preciso remarcar aquí que no es menor la visión de
Latinoamérica como autosuficiente, capaz de construir una integración para
autosustentar su desarrollo, una meta que cuatro décadas después todavía no se
ha cumplido. Asimismo, no es menor que no se plantee a la integración como un
medio para permanecer como proveedora de materias primas. Se
definen además los objetivos esenciales de la integración, destacándose como
principal objetivo el lograr un “desarrollo equilibrado y equitativo” para el
conjunto de países. En cuanto a la institucionalidad de la integración, aquel
BID, el de aquella época, propone como objetivo final la creación de una
“Comunidad Económica de América Latina”, con su propia Corte de Justicia, un
Consejo de Gobierno y hasta un Parlamento Continental. No se plantean como ideas
genéricas, sino que se ofrece un organigrama detallado, se describe cada
componente y el vínculo entre las instituciones, y se diseña un calendario
quinquenal para el cumplimiento de sucesivas etapas. El documento
redobla la apuesta y sostiene que no basta con alcanzar la cooperación entre las
naciones si se pretende activar el desarrollo de la región, y que el
fortalecimiento y arraigo de este desarrollo necesariamente requiere de la
integración. Esto es casi lo contrario a lo propuesto por la CEPAL en su reporte
2009 sobre inserción internacional latinoamericana, donde postula volver a
enfocarse en la cooperación debido al estancamiento de la
integración. Causa mayor sorpresa la importancia que se le dio al
tratamiento de las asimetrías, ya que se entiende que la integración debería
contemplar la situación de los países de menor desarrollo relativo y promover
medidas especiales para evitar que éstos se conviertan en la “periferia” de las
economías industriales regionales. El objetivo era evitar que se repitiera
dentro de América Latina una nueva división entre “centros” y “periferias”. El
reporte insiste en que no tiene sentido ensayar la integración si no se
reconocen las asimetrías entre los países, y por lo tanto se debería contar con
mecanismos políticos eficientes para reducirlas. Cuatro décadas después, esa
preocupación estuvo presente durante la breve vida de la Comunidad Suramericana
de Naciones, pero en la UNASUR perdió relevancia. El reporte del
BID, admite que la integración comercial es un punto de partida, desde donde es
necesario romper con la estructura de economías al servicio de la exportación
hacia fuera del continente. Esa inserción, recomiendan, debía ser reemplazada
por intercambios recíprocos y complementarios, junto a medidas de desgravación
tomadasconjuntamente por todos los países. Y desde allí, apuntar a un mercado
común. Más allá de los detalles de este reporte del BID de mediados
de la década de 1960, es impactante la amplitud de temas abordados, así como el
grado de detalle y precisión que en algunos de ellos se alcanza. Eso deja en
evidencia que las discusiones que hoy en día se plantean entorno a la
integración latinoamericana, han perdido varios ingredientes de aquel sentido
central de construir un desarrollo propio, autónomo, comprometido con elevar la
calidad de vida. Hoy, más de cuarenta años después, parecería que
en varios aspectos se ha transitado en sentido inverso. Por ejemplo, la región
persiste como proveedora de materias primas, se ha desindustrializado (la
participación del sector manufacturero en el PBI cayó de 12,7 % en 1970-74 al
6,4% en 2002-06, según recuerda el economista mexicano Alejandro Nadal; La
Jornada, octubre 2009), y está atada a los flujos globales de
capital. Mientras que aquel documento de los sesenta expresaba el
espíritu de una integración latinoamericana, a escala continental, el camino
seguido ha desembocado en una fragmentación en distintos bloques, y dentro de
cada uno de ellos, padeciendo los más diversos problemas. La
construcción de la integración latinoamericana sigue pendiente, y las
discusiones que tuvieron lugar décadas atrás tienen la potencialidad de ser un
ingrediente que contribuya a recuperar una mirada innovadora y comprometida,
para que la región, logre una identidad con sentido político y sea una “señora”
dueña de su destino. - Mariela Buonomo es analista en temas de
economía y desarrollo sostenible en CLAES (Centro Latino Americano de Ecología
Social – www.economiasur.com) .
HONDURAS. “VOLVERÉ PARA SEGUIR LUCHANDO Y ADONDE SEA
QUE MI PUEBLO ME QUIERA” *Con la Canciller Patricia Rodas, en exclusiva para la
Rel-UITA* Giorgio
Trucchi - Rel-UITA Finalizando una conferencia de prensa realizada
en la embajada de Honduras en Managua, en la que el alcalde liberal de San Pedro
Sula, Rodolfo Padilla Sunseri, anunció su decisión de retirarse del proceso
electoral junto con más de 50 candidatos a diputados y un centenar de candidatos
a alcaldes y vicealcaldes de este mismo partido, Sirel tuvo la oportunidad de
dialogar en exclusiva con la canciller legítima de Honduras, Patricia
Rodas. *-Faltan dos semanas para las elecciones y siguen las
tácticas dilatorias del gobierno de facto y las demás instituciones del Estado
para no restituir al presidente Manuel Zelaya. ¿Por qué ese miedo a la
restitución del Presidente?*
-El miedo por parte de las fuerzas de la
oligarquía, de los sectores más duros de la derecha política del país, de los
militares y de sectores internacionales que defienden intereses comunes de
carácter económico, es al liderazgo popular que tiene el presidente Zelaya. Es
el miedo al mismo pueblo hondureño, a su conciencia despierta, a su capacidad de
resistir y a la desconfianza que les tiene a estos viejos sectores, que son los
mismos que a lo largo de los últimos 30 años han sometido el país a la pobreza y
a la desigualdad, y que han infiltrado a partidos políticos y al mismo
Estado. Es también el miedo a sus mismos errores y perversidades al
querer encerrar, enterrar y desterrar a los líderes del pueblo, creyendo que de
esta manera iban a poder detener a todo un pueblo que lucha. Al querer aplicar
nuevamente los mismos métodos de terror y represión de los años 80. Ese temor se
va convertiendo en odio, con la participación de los sectores más retrógrados
del fundamentalismo religioso y la manipulación de los medios de
comunicación. *-¿Cree que parte de este miedo se debe también a
la posibilidad de que, una vez restituido, el presidente Zelaya pudiese hacer un
llamado al voto para algún candidato considerado no golpista?*
-Hay
que recordar que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) está compuesto por tres
magistrados ligados íntimamente con el golpe de Estado, que son capaces de hacer
cualquier cosa con tal de satisfacer sus intereses y los de quienes les pagan.
Así que muy probablemente tengan ya al candidato que saldrá electo en las
elecciones, no importa cuál sea el voto popular. No obstante, el
presidente Zelaya no necesita ser restituido para tratar de dirigir la
conciencia popular. No es ese el objetivo, sino reconstruir el hilo
constitucional roto por el golpe. Los golpistas tienen miedo, incluso de tener
que llegar un día y verlo a los ojos, porque saben que esta mirada no la van a
poder sostener. Les tienen miedo a su propia vergüenza y
miseria. *-¿Qué elecciones van a ser las del 29 de noviembre?
¿Está de acuerdo con el llamado a desconocerlas?**
*-Ya hay un grupo
importante de candidatos que se ha retirado, y la impresión es que este proceso
se caracterizará por el aislamiento popular y por el intento de los golpistas de
legitimarlo a través del engaño y la mentira. Sin embargo, a estos partidos
políticos el pueblo ya les dio la espalda. Son cúpulas dueñas del fraude, de la
mentira, de los golpes y los fusiles, de la represión contra el pueblo, de la
sangre derramada. El 29 de noviembre estas cúpulas van a vivir el
aislamiento de su gente y por supuesto que harán fraude y seguirán violando lo
derechos humanos. Habrá gente que irá a la urna amarrada de la lengua hasta los
pies, engañada y con temor de lo que pase después, segura de estar controlada
muy de cerca por militares y policías. Terror, desinformación, engaño y
aislamiento a los golpistas será la tónica de estas elecciones que no serán
legitimadas. *-¿Cómo evalúa la actitud de la comunidad
internacional ante este evento?*
-El mundo entero condenó el golpe de
Estado por todo lo que representaba y sabe perfectamente que son los mismos
golpistas los que hoy pretenden legitimar el proceso electoral. La
comunidad internacional se ha mantenido firme en no querer reconocer estas
elecciones, sin embargo estamos viendo cómo Estados Unidos, que en este caso
representan una muy pequeña minoría, ha empezado a manifestar contradicciones en
su propio planteamiento. En este sentido resulta difícil entender las últimas
declaraciones del Deparatmento de Estado a través del subsecretario Thomas
Shannon. Aquí no estamos ante un pleito entre dos partes, tal como
creen algunos sectores estadounidenses. Los países del mundo saben que lo que
hubo fue un ataque masivo de un ejército, apoyado por un grupito de civiles con
grandes intereses económicos, contra todo un pueblo. Los países del
continente americano que podrían apoyar estas elecciones son aquellos dirigidos
por la política estadounidense y los intereses de las grandes transnacionales,
para evitar que sigan en el continente gobiernos que buscan profundas
transformaciones sociales. El resto del mundo va a rechazar esta
farsa. *-¿Cree que un reconocimiento de los resultados por parte
de Estados Unidos sería una fuerte presión para los demás países del continente
y del mundo?*
-Es difícil preverlo, y esperamos que la comunidad
internacional mantenga su racionalidad. Sin embargo, pase lo que pase, en
Honduras tenemos primero que recuperar el hilo constitucional y no vamos a
avalar procesos hechos de mentiras y crímenes. Al Departamento de
Estado habría que preguntarle cuáles son las garantías de transparencia que
estos señores, que han cometido crímenes y que siguen cometiéndolos, les han
dado al gobierno de Estados Unidos y a sus socios en el continente. Si no tienen
respuesta, asumiré que ellos también son parte del fraude.
*-¿Está
desilusionada del gobierno del presidente Obama?*
-La humanidad
comienza a dudar de sus propias ilusiones y yo soy parte de la humanidad.
Respeto al presidente Obama, porque todavía hay tiempo para que la historia lo
juzgue, y hay que calificar resultados, y ellos están por
verse. Los desamparados se vieron reflejados en un hombre que
asumía el poder en la potencia más grande del mundo. Una potencia que tiene el
poder de hacer la guerra, pero también la paz, y hasta el momento parece
preferir la guerra, tal vez porque la industria armamentista es el sostén
económico de un gobierno que es gendarme y cuida los intereses de sus
transnacionales en el mundo. Sin embargo, el presidente Obama está
tratando de ser el Presidente de todos los estadounidenses y ha dejado en manos
de otros sectores de su gobierno la dirección de la política del imperio. Y el
imperio no es el pueblo de Estados Unidos, sino las transnacionales que están en
todo el mundo y que tienen un gobierno, un ejército y una diplomacia que
defienden sus intereses. Honduras ha sido su primera experiencia y
al mismo tiempo su primera desilusión en el continente, al enterarse de que sus
buenas intenciones no bastaban para frenar la política del imperio. Así que
seguimos creyendo que es posible que algún día ese Presidente, que quiere ser
justo con su pueblo, también se levante en rebelión contra el imperio que
destruye el continente a través de sus lacayos locales, y se una a los pueblos
explotados del mundo. *-¿Está de acuerdo con quien dice que ha
existido un involucramiento directo de Estados Unidos en el golpe, con el
objetivo de parar el avance del ALBA en la región y volverse a posicionar en
esta parte del continente?*
-Parece un crímen perfecto, pero todo
crímen tiene su error, y en este caso se equivocaron de país, de Presidente, de
pueblo y de momento histórico. No podemos hablar de una intervención de los
Estados Unidos en el golpe, sino de un sector de su gobierno, por que en
Honduras no se mueve una hoja sin el acompañamiento o elc onocimiento de estos
sectores tradicionales de la política estadounidense, que son los que defienden
los intereses del imperio de las transnacionales. Lo que nos
corresponde a nosotros es revisar quiénes son los criminales en nuestro país y
denunciarlos ante el mundo. Los que están afuera de Honduras tendrán que ser
juzgados por todos los pueblos del mundo, por su intervención e injerencia que
históricamente nos ha traido golpes de Estado, bases militares extranjeras y el
terror y horror de la guerra. Con respecto al ALBA, es evidente que
en el continente se le miraba como un proyecto donde cabía solamente la
izquierda, pero de repente el presidente Zelaya, un hombre liberal de corte
clásico, decide con su pueblo adehrir a este proyecto y esto genera un gran
temor. El mal ejemplo de Honduras había que extirparlo, porque además había
nacido en un país cuya economía depende de Estados Unidos y donde incluso hay
una de las más grandes bases militares de ese país. La intolerancia
resurgió de las cenizas cuando Honduras aceptó el ALBA. Y a nivel nacional había
demasiados intereses que defender por parte de las fuerzas golpistas. No hubo un
guión predeterminado, sino que es una estrucutura que está lista para actuar en
cualquier momento, con una gran capacidad de reacción, y que está conformada por
el Ejército, los medios de comunicación, las cúpulas de las iglesias y de las
fuerzas políticas infiltradas en el Estado y el poderío económico para poderse
mantener. Sin embargo, no pudieron preveer la reacción del pueblo.
No han logrado estabilizar su poder y no se van a legitimar ni bañándose con
agua bendita, porque siempre serán criminales, y esto les está generando un gran
pánico.
*-¿Qué papel ha jugado la Resistencia en todo este
proceso?*
-Ha sido un papel fundamental. La Resistencia es una enorme
parte de la sociedad hondureña que se levanta, lucha y marcha, diciéndole a la
historia y al mundo cuál es el sentir, el pensar, los anhelos de todo un pueblo.
La Resistencia es la conciencia del pueblo hondureño y la contraparte de los
grupos de poder, esos mismos poderes que la han expoliado, aplastado y
humillado, y que ahora se levanta, con dignidad. *-El 27 de
enero de 2010 vence el mandato del presidente Zelaya y de su gabinete. ¿Qué va a
hacer después de esa fecha y después de cuatro meses pasados afuera de su
país?*
-No tengo ninguna causa pendiente en Honduras que me impida
regresar. El gobierno constitucional termina cuando el Presidente restituido
lo dé por terminado. Cuándo deje de ser una servidora de nuestro pueblo desde la
función pública volveré a mi pueblo, como siempre lo hice, como cuando a los dos
años viví mi primer golpe de Estado, el primer encierro y destierro. Así que
volveré para seguir luchando al lado de mi gente. Volveré adonde sea que mi
pueblo me quiera. Ahí estaré. http://www.rel-uita.org/internacional/honduras/con_patricia_rodas-2.htm
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Edición Susana Merino
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