Julio
Salazar, cariñosamente
conocido como “Tío Julio”, ha muerto este día, a eso de
las 7:50 a. m, según el reporte que acabo de recibir.
Por mi mente entra todo un torbellino de recuerdos, de imágenes de
distintas facetas de la vida de Julio Salazar y de la relación que
mantuvimos por más de cuarenta años.
En medio del congestionamiento cerebral producto del impacto de la
noticia, después de dar las instrucciones que suelen darse en una
situación como está: avisar a los(as) compañeros(as), publicar la esquela
en uno de los periódicos quizás el Co-latino por ser el más
leído en los círculos nuestros, disponer de lo necesario para apoyar a la
familia y por supuesto, la ofrenda floral, etc.; subo a mi despacho, tomo
asiento y quedo pensativo sin saber que hacer, como deseando tener el
poder para revertir el hecho.
Pienso que mucha gente, que le ha tratado y muchos(as)
compañeros(as) que de una forma u otra lo han conocido en los últimos
años, no conocen algunos hechos antiguos de la vida y de la militancia de
Julio. Hago un repaso de los compañeros(as) más cercanos(as) que pudieran
colaborar en escribir algo sobre Julio.
Pero a lo mejor no tiene tiempo en estos momentos o no
están accesibles para encontrarlos...
Pienso en que no podríamos rendirle un adecuado tributo en los
últimos minutos de su presencia física, en su caja mortuoria, sin que las
nuevas y antiguas generaciones conozcan y recuerden algo sobre la vida del
compañero y amigo. Decido, pues, escribir un breve esbozo, el cual tendrá
que completarse con los aportes del resto de
compañeros(as).
Julio C. Salazar, también conocido como “Willy”,
fue un humilde artesano zapatero, quien junto a su compañera de vida y de
lucha, Ercilia Vásquez,
conocida como la “Tía
Chila”, fallecida el 21 de Noviembre del 2001, se incorporaron
a las actividades revolucionarias y populares, en el marco de la lucha
contra la dictadura militar.
Sus primeros pasos organizativos los realizó en el “Movimiento
Revolucionario 2 de Abril” (MR 2-4) y en el Frente Unido de Acción
Revolucionaria, FUAR, surgido en Mayo y Junio de 1961, del cual el MR-2-4
era miembro. Durante la vida del FUAR 1961-1964, Julio Salazar fue un
militante que supo ganarse el respeto y el reconocimiento de sus
compañeros(as) de lucha, al destacarse como un infatigable organizador y
agitador político, un abnegado y ejemplar combatiente político que
rápidamente lo colocaron en posiciones de dirigente en las estructuras
intermedias del Movimiento 2 de Abril.
Bajo su dirección estuvieron varios agrupamientos de base de la
Ciudad de San Salvador y de otros Municipios del área metropolitana de San
Salvador. Prácticamente no había una acción política de calle:
manifestaciones, reparto de propaganda política, pintas y pega de afiches,
etc., sin que Julio Salazar tuviera participación.
No había ningún pretexto para evadir una responsabilidad o para
cumplir una misión. Nunca había en Willy un “no puedo”,
un “no tengo tiempo”. No había una tarea que por difícil no pudiera
realizar.
Hay que tener en cuenta que en esos tiempos todas las tareas y
acciones se planificaban y ejecutaban en la más completa clandestinidad.
Desde un reparto de volantes u octavillas hasta la impresión y atención de
redes de distribución de propaganda, se realizaban bajo estrictas medidas
de conspiración y compartimentación. Las reuniones de trabajo para
planificar se realizaban, a veces, en los pequeños cuartos de mesones o en
casa unipersonales humildes en las diferentes zonas residenciales, de
todos los estratos sociales.
Una buena planificación, por lo general, siempre proporcionaba
buenos resultados y esta forma de trabajar, de actuar desafiando al
enemigo, es la que a la larga nos daba la capacidad de dominar los
hábitos, el arte del dominio de esas formas de lucha. Por ello, en ciertas
ocasiones pudimos aprovechar las debilidades del enemigo y arrancarle
pequeñas victorias que al acumularse nos dieron la experiencia para
avanzar a niveles superiores de lucha.
En las condiciones del FUAR pudimos poner en práctica buena
cantidad de modalidades de lucha para atacar al enemigo y también para
defendernos. El uso de armas populares de autodefensa contra los cuerpos
represivos tanto en la defensa de las manifestaciones, en los mítines
relámpagos, como en las grandes concentraciones, era algo
común.
Las acciones de Abril de 1962, para sacar a los presos políticos
capturados en el local clandestino de la Escuela Político Militar del
“UNO-DIEZ”, por ejemplo, fue una jornada coordinada de todas las Columnas
del FUAR. Durante más de un mes no hubo un solo día o noche sin
acción.
Cientos de miles de volantes, octavillas, pronunciamientos, pintas,
mítines relámpagos casa por casa, etc.; repartos por las noches, a media
noche, por la madrugada... no le dimos oportunidad a los cuerpos
represivos a que nos sorprendieran.
Todas las Columnas teníamos territorios y todas actuaban de manera
coordinada. Los planes contemplaban puntos de repliegue sin afectar las
acciones de los demás.
Una de las acciones exitosas que realizamos en una excelente
coordinación entre las Columnas del FUAR fue él rescate de Schafik y 20
compañeros que habían sido recluidos en la PN después de haberlos
capturado violentamente en el asalto al local de la Escuela
Política “UNO-DIEZ”, en la colonia La Campiña en las
cercanías de la Colonia Panamá. Las acciones de calle y la combinación de
diferentes formas de lucha eran tan intensas, desconcertantes y
ascendentes cada día que el Gobierno del Directorio se vio forzado a
soltarlos, sobre todo porque en los próximos días, el 1º de Junio, Julio
A. Rivera recibiría la Presidencia y no quería que su imagen ante las
delegaciones invitadas quedara empañada.
Teníamos rodeada, prácticamente, el cuartel de la Policía Nacional.
Las voces de los agitadores en los aparatos de sonido retumbaban hora tras
hora. De pronto nos vimos gritando de alegría cuando apareció Schafik en
medio de la muchedumbre. Desde allí marchamos hacia el Parque Libertad
para continuar el mitin y celebrar la victoria.
Otra acción importante, dos o tres meses después, fue el
recibimiento que le hicimos al Señor Moscoso, Coordinador General del
Programa Alianza Para El Progreso impulsado por la Administración Kennedy
como una respuesta reformista a la Revolución Cubana.
El gobierno títere de El Salvador le había preparado un Show que el
FUAR se lo desbarató casi completamente. Quitamos todas las banderas de
los Estados Unidos colocadas desde el Aeropuerto de Ilopango, pasando por
la Avenida Independencia, siguiendo la ruta de la Calle Arce, Hospital
Rosales, 25 Avenida Norte, hasta la “fuente luminosa”, lugar donde se
iniciaba la construcción de la Embajada USA. Regamos tachuelas y pinchos
“Miguelitos” en pequeños retazos de neumáticos en toda la ruta de la
comitiva; distribuimos masivamente un manifiesto de protesta a su visita,
pintamos consignas alusivas a Cuba, Fidel, fuera Yanqui, fuera Moscoso....
todo ello en medio de patrullajes de vehículos oficiales y particulares;
rodeamos el edificio Antiguo de la Embajada EE.UU., ubicado en la Calle
Arce y 19 Avenida Sur.
En estas acciones, Julio Salazar se le encomendó organizar a 15
grupos de 5 compañeros, con 5 piedras, 2 bombillos eléctricos o frascos de
vidrio llenos de alquitrán o pintura negra; esta misma misión la habían
recibido varios otros compañeros, quienes en medio de la manifestación,
debían de estar ubicados de tal manera que pudieran atacar el edificio de
la Embajada a la señal convenida. El edificio fue atacado tal como se
había planificado, salvo una situación no prevista; en el predio de
enfrente donde se construiría la Plaza Orleáns habían miles de ladrillos
que desaparecieron cuando la gente que no había sido incluida en la
planificación no dejó un solo ladrillo sin tirarlo al
edificio celebrando en cada tiro sus excelentes condiciones físicas y la
puntería para meterlos por las ventanas de vidrio.
Por supuesto, la PN y otros cuerpos represivos aparecieron tarde
para impedir la acción. Dos estudiantes universitarios, Ramírez Guatemala
y otro fueron capturados, culpados y enjuiciados por los hechos de la
Embajada; aunque, a decir verdad, ellos no tomaron parte en los
mismos.
Muchas otras acciones exitosas se realizaron en esos años del FUAR.
Las más candentes por su fervor revolucionario fueron las protestas contra
EE.UU. y en defensa de la Revolución Cubana. Muchos enfrentamientos contra
los cuerpos represivos tuvieron lugar. La Revolución Cubana fue asumida
como nuestra propia revolución y todas nuestras motivaciones, formación y
consignas estaban impregnadas de ese sentimiento de Solidaridad
militante.
El MR –2:4 fue la primera escuela de organización y formación
política de muchos compañeros(as) que nos tocó vivir la juventud durante
esos años.
Varios compañeros que habían asistido a la escuela de oratoria
dirigida por el Chileno, Braulio Pérez Marchan, en las cercanías del
parque San José y al calor de los discursos antiimperialistas,
anti-militares, anti-dictadura y amigos de la Revolución Cubana, se fueron
identificando y poniéndose de acuerdo para organizarse. Varios de ellos y
aprovechando la cercanía de la librería “Claridad” de la escritora
Ana Rosa Ochoa se
interesaban en ciertos libros que ahí se vendían. Ana Rosa, ex secretaria
de Alberto Masferrer, ex PC un tanto resentida pero amiga de Cuba y de la
Revolución, no desaprovechaba espacio para influir con sus ideas y sobre
todo con sus libros.
Allí fui tomando contacto con varios de los compañeros que formamos
el MR-2-4 después de muchas reuniones preparatorias.
A varios otros ya los conocía desde los tiempos del Frente Nacional
de Orientación Cívica (FNOC) y del Partido Revolucionario Abril y Mayo.
Hasta esos momentos mis acciones fueron de apoyo, como activista o más
bien como amigo de los revolucionarios.
Con la caída de la Dictadura de José María Lemus, el 26 de Octubre
de 1960 y la llegada de la Junta Cívico Militar hasta su derrocamiento el
25 de Enero de 1961, las exigencias para asumir compromisos fueron
mayores. Por eso, en los contactos con los compañeros Jorge, Ismael,
Fidel, La Chelona y un poco más tarde Julio Cesar Salazar y otros, la
decisión fue contundente. Organizar el
MR-2-4 fue la respuesta inmediata y un mes después ya
andábamos buscando los contactos con el FUAR. Otras Columnas, La 9 de
Mayo, la C. Obrera, la Estudiantil Universitaria, la Vanguardia de la
Juventud Salvadoreña (V.J.S), la Magisterial y La Campesina integraban el
FUAR. Un año después, en Junio de 1962, se incorporó la Columna Femenina,
agrupando a las compañeras de Fraternidad de Mujeres
Salvadoreñas.
Con todo ese contingente de fuerza, el FUAR llegó a convertirse, en
realidad, en un Frente de acción política, en un movimiento popular, cuya
experiencia combativa dejó enseñanzas importantes para las nuevas
generaciones de combatientes[1].
La derrota de la invasión USA en Playa Girón y la declaración del Carácter
Socialista de la Revolución Popular antiimperialista, en Cuba también
introdujeron un fuerte influjo al movimiento popular salvadoreño que duró
hasta mediados del año 1963.
En 1964 ingresó a las
filas del Partido Comunista de El
Salvador habiendo desempeñado importantes tareas que le
permitieron adquirir una sólida formación política-ideológica, tan
necesaria en esos años para enfrentar el salvajismo de la dictadura y que
lo mantuvieron firme hasta su muerte.
En 1966 hace sus
primeros pininos en la lucha electoral del Partido Acción Renovadora
PAR, en
la disputa por la Alcaldía de San Salvador, siendo candidato el Dr.
Napoleón Rodríguez Ruiz.
En 1967 por decisión
política del PCS nuevamente se integró a las estructuras y actividades
político-electorales del PAR Nueva Línea, con la candidatura del Dr. Fabio
Castillo Figueroa. Por decisión del gobierno militar encabezado por el
Coronel Fidel Sánchez Hernández el PAR fue ilegalizado y los Comunistas y
no Comunistas a él afiliados fueron perseguidos y muchos encarcelados
debido a la situación política de terror de la
dictadura militar.
En 1968-1971 Julio
Salazar se desempeñó como un militante consciente y disciplinado, junto a
otros compañeros(as) pasó a engrosar las filas del Nuevo Partido
Revolucionario 9 de Mayo, bajo la Coordinación de Schafik J.
Handal, su Secretario General. Muchas acciones
populares fueron realizadas durante esos años de represión y
persecución.
Como todo un organizador y agitador político, Julio Salazar tuvo una destacada
actuación en los barrios, colonias y cantones del área metropolitana, pero
también en otras ciudades del país.
1971-1972. Por
decisión política del PCS, Julio
Salazar integró el grupo de Compañeros(as) que pasaron a
engrosar las filas del Partido Unión Democrática Nacionalista UDN, partido
con el cual se pudo llevar a cabo la orientación del PCS de crear la Unión
Nacional Opositora (UNO) a finales de 1971. Durante estas jornadas de
lucha política, en el marco de una profunda crisis socioeconómica y
política, a propuesta del PCS, los partidos MNR y PDC aceptaron el pacto
de unir sus fuerzas para las elecciones presidenciales de 1972. Fueron
grandes movilizaciones de masas, centenares de mítines relámpagos, arengas
casa por casa, grandes concentraciones populares en las
plazas públicas de las diferentes ciudades del país.
1973. Julio Salazar,
junto a otros compañeros del PCS y del UDN, luego de haber sido asaltado
el local del UDN por los cuerpos represivos, fueron detenidos,
encarcelados, torturados y expulsados a Guatemala. Como todo un militante
consciente, Julio regresó a
San Salvador a incorporarse a las luchas populares encendidas en esos
años.
1975-1976. Participó
como estudiante en el Instituto de Ciencias Sociales del Partido Comunista
de la Unión Soviética (PCUS) en la ciudad de Moscú,
antigua URSS.
1976-1977.
Participó activa y destacadamente en las jornadas político-electorales de
la UNO con las Candidaturas
del Coronel Ernesto Claramount y Guillermo Manuel Ungo así como, en las
acciones huelguísticas de todo el período anterior y posterior del golpe
militar del 15 de Octubre de 1979.
1979-1981. En los
Albores de la Crisis nacional, pese a la brutal represión de la Dictadura
Militar, Julio fue un factor
importante en los preparativos y acciones durante el Foro Popular de 1979
y las posteriores que culminaron en las jornadas de la creación de la
Coordinadora Revolucionaria de Masas, (CRM), del 10 de Enero y la gran
movilización del 22 de Enero de 1980 así como en los
preparativos para el surgimiento del Frente Democrático Revolucionario
(FDR), el 18 de Abril del mismo año.
1981-1982. Durante el
período de la Guerra Popular Revolucionaria, Julio Salazar, el Compañero “Willy”, desempeñó cargos importantes
en la Dirección Departamental del PCS en San Salvador, así como, en
estructuras de apoyo y de trabajo político en las FAL en el Frente de
Guazapa.
Después de los Acuerdos de Paz, del 16 de Enero de 1992, Julio Salazar, el
“Tío Julio” fue un luchador incansable por su
cumplimiento. En las condiciones del FMLN como partido político
legalizado, estamos hablando de diciembre de 1992,
Julio se incorporó desde el
principio en diversas tareas organizativas y políticas en el Municipio de
Ciudad Delgado.
En 1993,
en el VIII Congreso del PCS, Julio Salazar fue elegido
miembro de su Comité Centra, cargo que ocupó hasta la
disolución del PCS el 4 de Agosto de 1994, para integrarse al único
partido, el Frente Farabundo Martí para la Liberación
Nacional FMLN.
En las elecciones de 1997-2000 y 2000-2003 Julio Salazar fue elegido como
miembro del Concejo Municipal de Ciudad Delgado, en donde junto con
otros(as) compañeros tomó para activa en las tareas del gobierno municipal
y del partido a nivel local.
En resumen, durante los casi 30 años de lucha en condiciones de
clandestinidad, represión, persecución, cárceles y torturas, Julio Salazar, siempre demostró ser
un militante consecuente, con una firmeza indoblegable para enfrentar a la
dictadura militar. Por ello, en distintos períodos, el compañero Julio Salazar, siempre fue propuesto
y electo en varias oportunidades a cargos de dirección a nivel Municipal y
Departamental en el PCS, a nivel Nacional en el UDN y otros instrumentos
de lucha creados por orientación del PCS.
Ahora, como militante del
Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional FMLN, Julio Salazar también demostró su
alta calidad revolucionaria, humanística y ferviente
luchador por hacer avanzar el proceso de democratización del país y del
rumbo revolucionario del Partido. Sus amigos, sus
compañeros de lucha de ayer y de hoy, el FMLN y el pueblo salvadoreño
pierden en vida a un gran amigo combatiente por la causa popular, pero, su
ejemplo estará siempre presente en las luchas de hoy, y del futuro hasta
conquistar la democracia participativa, la justicia social y el
socialismo.
Julio Salazar fue un activo defensor del movimiento sindical
independiente, frecuentemente se lamentaba no haber podido prepararse
suficientemente para apoyar mejor a los trabajadores asalariados y
explotados.
Disfrutaba mucho cuando Miguel
Ángel Cea, impartía las charlas sobre la historia del
Movimiento Sindical Nacional y Mundial, aunque debido a sus limitaciones
educativas nunca pudo fijar en su cabeza el abigarrado y complejo mapa
político-sindical.
Para mí lo más importante, decía un tanto en broma y en serio, es
entender que el Instituto Americano depende de la CIA y del Imperialismo
Norteamericano y él es el responsable de que los trabajadores estén
confundidos y apagados en la lucha contra la dictadura. Nunca pudo
desenredar la estructura internacional de la organización sindical. Para
él hablar de AFL-CIO-ORIT-IADSL era lo mismo, pues todos dependían del
imperio del norte. Pero siempre escuchaba las explicaciones y las
aprovechaba para sus propias charlas.
Sin embargo, tales limitaciones no el impidieron participar
activamente en las múltiples tareas que se le
encomendaban.
Su experiencia y férrea convicción de militante y luchador
revolucionario fue adquirida mediante la práctica cotidiana y permanente
que tuvo durante varias décadas. Desde los tiempos del Comité de Unidad
Sindical (CUS), surgido durante los primeros años de la década de 1960,
encargado de las tareas de recuperación, disputa y organización de
Sindicatos, algunos de ellos controlados por los dirigentes patronales de
la Confederación General de Sindicatos (CGS), manteniendo una relación de
trabajo con los 7 Sindicatos que le quedaron a la Confederación General de
Trabajadores Salvadoreños (CGTS), durante los preparativos para la
Creación de la Federación Unitaria Sindical y de ANDES-21 de Junio en
1965.
En todo esto estuvo Julio Salazar, luego, en el marco de un proceso
de flujo del movimiento obrero y la organización de buen número de
sindicatos de otras ramas distintas a los de la FUSS,
se crea la Federación Sindical de Trabajadores de la Industria del
Alimento, Vestido, Textil, Similares y Conexos de El Salvador,
FESTIAVTSCES, en 1967; en las actividades de disputa de sindicatos y la
recuperación de la Federación Nacional de Trabajadores Salvadoreños,
FENASTRAS, controlados por la CGS a principios de los años 70´s y con la
cual, junto con la FUSS, Festiavstces y otros sindicatos se constituyó la
Central Unitaria de Trabajadores Salvadoreños CUTS en
1975.
En parte de estas tareas también anduvo Julio Salazar, aunque, como
he dicho, su mayor experiencia la desarrolló en el campo político, como
organizador y agitador político.
Esta escuela práctica y no tanto la teórica fue la que forjó a un
Julio Salazar con una convicción revolucionaria de acero. Jamás fue
doblegado por el enemigo y ese temple nunca lo perdió. Debido a esta
característica, Julio Salazar también fue objeto de epítetos y calumnias
por parte de elementos oportunistas, que están infiltrados o enquistados
en el Partido. Para hacer de él una oportunidad de lucro o de ambición
personal y que Julio no acompañó y se opuso enérgicamente. Ojala que
esos(as) compañeros(as) tengan la suficiente dignidad y entera moral de
reconocer su actitud y sobre todo, de demostrar en la práctica política su
consecuencia revolucionaria para asumir sus responsabilidades históricas
para enfrentar el proyecto capitalista neoliberal y hacer avanzar el
proyecto revolucionario hasta el socialismo.
Espero que esta semblanza en estas breves líneas sobre la
militancia de Julio Salazar sirva de algo para que las presentes y futuras
generaciones se hagan una idea mucho mas clara de las condiciones y las
circunstancias que rodearon a Julio Salazar, a nuestro querido compañero
de lucha y que su ejemplo de abnegación, consecuencia y firmeza
política-ideológica sea siempre un ejemplo de inspiración
combativa.
[1] No llegó a realizar acciones militares a
pesar de que parte de su discurso, y de su arenga y motivación hacia su
militancia estaba planteada. A lo sumo realizó algún entrenamiento físico,
algo técnico. Algunas acciones de propaganda armada limitadas. Lo que si
desarrollo bastante fue la autodefensa positiva y activa aplicada con
cierta regularidad.