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Sent: Sunday, August 07, 2005 5:13 PM
Subject: iNFORME
ESPECIAL
Para su información y difusión, saludos.
Víctor
Alvarado
Diario
LA RAZON Página
Central Sábado
06 agosto 2005
Minera Majaz fue beneficiada por Gobierno de Toledo
con autorización para operar en franja territorial prohibida por la
Constitución
¿Por qué los campesinos no aprueban la actividad minera en
Huancabamba?
Destruiría fuentes primarias de aguas de regadío para los valles
interandinos de los andes de Perú y Ecuador
Destruiría
las cuencas que originan el nacimiento a los ríos Piura y Quiroz,
tributarios del sistema hídrico del departamento
Por Jorge Agurto
(*)
En los últimos días hemos dado cuenta de la acción heroica y
sacrificada de más de mil comuneros campesinos de Huancabamba, Ayavaca y
San Ignacio quienes han realizado una extenuante marcha de sacrificio para
llegar al campamento minero Río Blanco de la empresa Minera Majaz.
En dicha acción colectiva y decidida los comuneros han puesto en
riesgo sus vidas al atravesar las extremadamente frías y peligrosas
quebradas de altura envueltas en niebla.
El motivo de la protesta ha sido rechazar el proyecto minero Río
Blanco que pone en riesgo la sostenibilidad ambiental y la actividad
agrícola que es la base para el sustento de la vida de los pueblos
involucrados.
La importancia ambiental
de la región septentrional
Como se resume en el Pronunciamiento que elaboró la COPPIP, se
trata de una región catalogada como páramo andino y que “funciona como un
corredor biológico para muchos de sus habitantes más importantes como el
espectacular oso andino (Tremarctos ornatus) que merodea por el corredor y
por los bosques nublados asociados y el puma (Felis concolor) que opera a
través de un mosaico de páramos y bosques. Cabe resaltar que los páramos y
los Bosques de Neblina son zonas de vida únicas en todo el mundo y
productores del Agua de la Región”.
“El páramo andino es también la fuente primaria de agua de regadío
para los productivos valles interandinos en los Andes del Ecuador y Perú,
con aguas limpias y sanas, sin contaminación de residuos minero-metálicos
y que en su mayoría se utiliza para el riego y consumo humano” continua el
pronunciamiento.
Además “la presencia de bosques de alta montaña permite la
conservación de agua pura, que luego es vertida desde Huancabamba al río
Piura y desde Ayavaca al río Quiroz y alimenta todo el sistema hídrico de
Sullana y Piura. Además existe un complejo de lagunas que dan origen a los
ríos San Pablo, Aranza y Tomayaco, ubicadas entre Ayavaca y Huancabamba,
que son propicias para la cría de truchas, y que se tiene como parte del
complejo periglaciar de las Huaringas”.
La región tiene una alta diversidad de ecosistemas productivos, de
especies de flora y fauna, de recursos genéticos y de diversidad cultural
y humana y tiene “extraordinarias potencialidades de desarrollo sostenible
a base de su realidad y potencialidad agropecuaria y
turistica”.
La zona septentrional en referencia “posee una extraordinaria
diversidad biológica que se expresa en productos como el olluco, la papa,
las habas, el yacón, la oca, los granos andinos, las plantas medicinales
nativas, y una gran variedad de recursos silvestres que sostienen y
constituyen recursos biomédicos para la
región”.
Una concesión
cuestionada
A pesar que la Constitución Política establece en el artículo
71:
“dentro de cincuenta
kilómetros de las fronteras, los extranjeros no pueden adquirir ni poseer
por título alguno, minas, tierras, bosques, aguas, combustibles ni fuentes
de energía, directa ni indirectamente, individualmente ni en sociedad,
bajo pena de perder, en beneficio del Estado, el derecho así
adquirido”.
El gobierno de Alejandro Toledo expidió el 27 de junio de 2003 el
Decreto Supremo 023-1993-EM mediante el cual se declara de necesidad
pública la inversión privada en actividades mineras, a efecto de que Río
Blanco Cooper Limited, empresa constituida y vigente en George Town, Grand
Cayman Island, adquiera el 100 por ciento de las acciones representativas
del capital de la Empresa Minera Majaz S.A. quienes habían obtenido ocho
concesiones entre la Comunidad Campesina de Yanta Ayavaca y la comunidad
Campesina de Segunda y Cajas de Huancabamba que ascendían a 6,500 ha.
El mencionado decreto otorga concesiones y derechos a Río Blanco
Cooper Limited para explotar y obtener derechos sobre minas y recursos
complementarios (agua, bosques, tierras) para el “mejor desarrollo de sus
actividades productivas” dentro de los 50 km de frontera con el
Ecuador.
Si bien la Constitución señala como excepción “el caso de necesidad
pública expresamente declarada por decreto supremo aprobado por el Consejo
de Ministros conforme a ley”, es legítimo preguntarse cuál es la razón de
peso para declarar de necesidad pública una concesión sobre cuya actividad
existe un fuerte cuestionamiento por sus potenciales impactos y no cuenta
con licencia social.
Sin consentimiento
de las comunidades
El Proyecto Río Blanco se viene desarrollando sin contar con el
consentimiento libre, previo e informado de las comunidades de Yanta
(Ayavaca) y Segunda y Cajas (Huancabamba), vulnerando el Convenio sobre
Pueblos Indígenas Nº 169 de la OIT, y los principios y derechos jurídicos
reconocidos nacional e internacionalmente y que amparan los derechos de
los Pueblos y comunidades indígenas.
Por todo lo expuesto resulta ignominioso la forma como el gobierno
viene tratando la legítima protesta de los comunidades. Primero ha
reprimido sin commiseración la marcha de los comuneros, hiriéndolos y
poniendo en serio riesgo sus vidas. Ha apresado a sus principales líderes.
Y mientras los mantiene cautivos convoca a un diálogo en un lugar distante
sin ofrecerles las condiciones mínimas para estar
presente.
Desde nuestra modesta tribuna informativa exhortamos a las
autoridades competentes intervenir a favor de la libertad de los lideres
comuneros cuyo único delito es defender la vida y el ambiente de sus
pueblos, y exigimos a las autoridades responsables a tomar cartas en el
asunto de manera responsable respetando el derecho a la vida de las
pueblos y comunidades originarios de esta región del país.
(*) Servicio de Información Indígena
Web: www.servindi. org
Nota 2----
Yo defiendo al
Majaz
El “majaz”, un
mamífero especie única en el mundo, condenado a desaparecer por inminente
contaminación minera
Augusto
Chapilliquén (*)
Piura
Agouti
paca
es su nombre científico. A este hermoso y preciado animal podrían
desaparecerlo de la faz de la tierra. Habita entre los páramos andinos,
entre los bosques de neblina y ceja de selva. La bondadosa naturaleza ha
otorgado como su hábitat en nuestra región, las alturas de Huancabamba y
Ayabaca.
A él le gusta estar cerca de las aguas limpias, entre los
envidiables y exóticos paisajes turísticos. El Majaz es un mamífero en
peligro de extinción y muchas veces desaparecen estas especies sin
siquiera conocerlos.
Nuestra región tiene una potencia ecológica muy rica, tiene una
alta diversidad de ecosistemas productivos, una alta diversidad de
especies, una altísima diversidad de recursos genéticos, también
diversidad
cultural y humana. Tenemos una Región aún con aguas limpias, sanas,
sin contaminación de residuos minero-metálicos. Lo absurdo del caso es que
la Majaz acabará con el Majaz.
Biodiversidad
Sólo en fauna, Perú es tercero en el mundo con 462 especies,
primero en
peces con 2.000 especies, segundo en aves con 1.721
especies.
En flora, Perú es quinto en el mundo en número de especies de
plantas
de propiedades conocidas y utilizadas por la población, después de
China, y es el primero en el mundo en especies nativas
domesticadas.
Sólo
para confundir
Majaz es el nombre de una compañía minera (Monterrico Metals –
sitio web), que mal intencionadamente usa su nombre para
confundir.
De explotarse el proyecto minero metálico Río Blanco de
Monterrico/Majaz en Huancabamba, del pobre mamífero sólo quedaría el
nombre, sin contar la destrucción de nuestra
biodiversidad.
El Majaz es otra joya piurana. Si cuidamos su vida, su hábitat, con
propuestas concretas, podremos recuperar a esta especie en
extinción.
El Majaz habita justo en el área de concesión de la
Majaz.
Algunas
interrogantes
¿Por qué esa destrucción y saqueo de recursos naturales, no la
hacen en su país de origen? ¿Sus gobiernos y sus leyes lo permitirían?
¿Por qué acá sí? ¿Por qué no se consulta a las Comunidades Campesinas
dueñas de sus territorios, antes de iniciar trabajos de exploración? ¿Por
qué se pisotea el Convenio 169 de la OIT?
Hombres y mujeres de nuestra Región Piura que amamos la vida,
no
aceptamos la contaminación de las aguas con residuos mineros. Un
ejemplo patético es la mina Turmalina expulsada felizmente gracias a
campesinos y campesinas de Canchaque: 30 años saqueando y contaminando y
sigue la pobreza.
Que se quede Monterrico/Majaz ya no es solo un peligro para la
Costa, además lo es para la zona andina de Piura: los ollucos, la papa,
las habas, el yacón, la oca, los granos andinos, las plantas medicinales
nativas, los recursos biomédicos existentes corren el riesgo y peligro de
exterminio.
Frente a esa fatal amenaza es hora de actuar férreamente, practicar
en la acción concreta la solidaridad y defensa de la biodiversidad, de
nuestros
recursos naturales con sus cuencas y micro cuencas y sus preciados
manantes fuentes de agua prístina.
Una vez más: no a la mina, sí a la vida.
(*)
Tomado de www.gocities.com/factortierra/
¿Quiénes están detrás de los hechos de
Majaz?[i]
Raúl Wiener
Como los campesinos son eternos menores de edad, nuestros
gobernantes y los periodistas de los grandes medios se preguntan
regularmente quiénes están detrás de sus movilizaciones y reclamos. Y de
ahí vienen las consabidas respuestas: curas agitadores, ONG
seudoambientalistas, alcaldes reeleccionistas y Patria Roja. Y cuando las
cosas extreman, el terrorismo y el narcotráfico. Esta impreso y grabado
como para que no corra riesgo de que me desmientan.
Voy a detenerme, sin embargo, en algunos otros participantes cuyo
papel en el conflicto parece que no se comprende fácilmente desde las
redacciones de Lima. Un ejemplo es el Estado, al que aparentemente sólo le
correspondería la tarea de imponer el orden, que se entiende como proteger
los intereses de la empresa minera, aún a costa de la vida de algunos
ronderos.
Pero nadie dice que el ministerio de Energía y Minas ha estado
concediendo denuncios mineros en una amplia zona entre las provincias
Huancabamba (Piura) y San Ignacio (Cajamarca), en forma clandestina, sin
conocimiento de los municipios y de los productores que se dedican al
cultivo del café orgánico (sin componentes químicos) y de arroz de
calidad, y en abierta violación de la ley que ordena no entregar
concesiones sobre los 50 Km. anteriores a la línea de frontera y en área
de reservas ecológicas como la de Tabacones-Numballe, que está en el
corazón de los trabajo de exploración de la minera Majaz.
Desde 1999 se han sucedido enfrentamientos entre campesinos
ronderos y grupos mineros que se preparaban para la extracción de cobre y
oro de esta región. En el 2002, la propia Majaz fue expulsada de uno de
sus concesiones. O sea el ministerio y la empresa, sabían que estaban
chocando con la población y decidieron no tratar con ella sino seguir
adelante. La empresa yanqui demostró que había aprendido de “nueva
minería” de la experimentada Yanacocha. Para conjurar el rechazo
dividieron la organización rondera utilizando su poder económico. Y lo
hicieron también con las comunidades indígenas. Promovieron con dinero un
movimiento político promina con vistas a las siguientes elecciones. Es
decir crearon su propia población adicta e imaginaron que eso significaba
que las dos provincias estaban a su favor.
El razonamiento es muy simple. Las minas representan poder frente a
los campesinos dispersos y de bajos ingresos. Y ese poder se acrecienta
por la alianza abierta del Estado y los empresarios mineros. Y aquí viene
el segundo actor del problema que no percibimos a la distancia. La
actividad de los funcionarios de la empresa dividiendo, corrompiendo,
manipulando las organizaciones, creyendo que por esa vía se neutralizan
las resistencias. En Majaz esto ha llegado hasta el punto de armar una
fuerza de seguridad derivada de los antiguos Comités de Autodefensa
antisenderistas, creado en los 80-90 bajo iniciativa del ejército. Estos
son ahora combatientes de l mina, con una paga que se calcula en 20 soles
diarios.
En la zona es frecuente ver a los señores de la mina caminando
acompañados por hombres armados y amenazantes. Durante el cerco de las
rondas sobre el campamento, la defensa estaba formada por la policía y las
fuerzas de seguridad, y según las versiones que se recogen en la zona, los
más violentos eran estos últimos. Otro elemento de interés de los
funcionarios es por supuesto la prensa regional y local. Y es que hay un
notable contraste entre la versión de una radio de San Ignacio o
Huancabamba, y lo que se oye y lee en Lima. También Majaz prefiere oírse a
sí misma antes que tomar en cuenta los argumentos ajenos.
El tercer actor que no se toma muy en cuenta es el de la
agroexportación. Porque Huancabamba y San Ignacio no es una zona de
agricultores en la última lona, con sus papitas y su chuño, como podrían
ser los de Espinar o Cotabambas. En este caso estamos en un territorio que
está participando de la famosa prosperidad que abarca una fracción del
campo peruano que puede vender afuera a precios atractivos. En algunos
años, estas provincias pueden ser ricas. Por eso mismo no les interesa la
plata que ofrece la mina, ni permiten los cultivos que se venden al
narcotráfico.
El gobierno de Toledo que se jacta de haber promovido el boom
agroexportador, se muestra en su esencia cuando tiene que decidir entre
minería y la agricultura moderna. Eso pasó en Tambogrande donde se
enfrentó el oro con los mangos y limones. Y está pasando en Majaz, entre
el cobre y el café orgánico. No creo que sea muy difícil entender porqué
rebela tanto encontrar que porque sí y sin ninguna consulta, el Estado
decida que este incipiente progreso se enfrente dentro de poco con
contaminación de tierra, agua, aire. Los agroexportadores saben
perfectamente que la colocación de su producción, por bueno que sea su
trabajo, va a verse obstaculizada cuando tengan que explicar que al lado
de sus plantaciones hay una fulgurante actividad minera (el doble de
Antamina, según dicen).
Si uno tiene la idea completa de los actores y problemas detrás del
conflicto, y elimina los fantasmas levantados para asustar, puede
pretender entender la sustancia del pleito entre las minas y los
agricultores. No hay demagogia que pueda movilizar muchos miles de
personas.
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[i] [i] La
información de esta nota ha sido obtenida de un estudioso del agro que por
una circunstancia fortuita se encontraba en la provincia de San Ignacio
cuando arrancó el conflicto y ha sido testigo directo de los
acontecimientos. No estoy autorizado para mencionar su nombre. Por
ahora.