la canción necesaria por Carlos Ruiz les comparto este trabajo de nuestro hermano venezolano, solidario y amigo, saludos socialistas Roberto



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La  Canción Necesaria*

Por Carlos Ruiz

Cantautor Venezolano

 

El arte de trovar, la juglaría, los cantores y las cantoras, la canción de protesta, la canción social, la canción de pueblo, el canto nuevo, la canción revolucionaria, la canción comprometida, la canción política, la canción necesaria, la nueva canción latinoamericana, la nueva trova; son conceptos que definen a un fenómeno artístico musical cuyo contenido estará caracterizado por elementos sociales, políticos, amorosos, patrióticos, de hermandad entre pueblos, de humanidad, de paz en el planeta y de liberación.

 

En realidad se trata de un arte que históricamente ha jugado un papel interesante en los diversos procesos culturales y políticos de los países latinoamericanos y de otros países. Para conocer cómo en la práctica social se fue definiendo esta corriente cultural, es preciso describir su historia, partiendo desde sus orígenes hasta nuestros días y analizar en forma breve los acontecimientos más importantes.

 

 La Canción Necesaria en el tiempo histórico

 

Los antecedentes históricos del arte trovadoresco, reconocido como tal dentro de la historia de la cultura universal, se encuentran en la Europa del medioevo, en el siglo XI, específicamente en Provenza, antigua provincia del sudeste de Francia, extendiéndose desde allí a otras regiones del país, y también a Alemania, España e Italia. Surge en el marco de las cruzadas, que por ser el fenómeno sociopolítico de mayor determinación durante este período histórico, va a condicionar el carácter esencial del arte de trovar. Los protagonistas de dicho arte son los caballeros andantes, viva expresión del orgullo y la prepotencia en lo social y lo militar, que a través de este arte exaltan el culto a la personalidad, al soberano, a Dios, al amor, el honor y lo heroico. Los reyes príncipes y señores de la corte se apoyarían en el contenido de los poemas para enfatizar y mostrar a la sociedad su identificación con los valores éticos expuestos en ellos.

           

Es el tiempo del feudalismo, régimen en el que los señores feudales conforman una clase social dominante que condiciona el arte de la época, el cual no es más que una expresión de la hegemonía de los intereses de dicha clase. Sin embargo, se dan otras manifestaciones dentro de la misma esencia trovadoresca pero con "... motivaciones en la creación, como fue el enueg, mucho más representativo de la problemática del juglar o trovador <<bastardo>>, que no pertenecía a la nobleza". Díaz  (1997) 

 

En América Latina el arte de trovar se inicia con la llegada del colonizador. Un aporte fundamental será la introducción de la guitarra, instrumento que va a enriquecer el cancionero popular latinoamericano. Se inicia así una simbiosis cultural que dará como resultado un trovador dotado de canto, poesía y sabiduría popular y exaltará en sus composiciones a la mujer amada, a su tierra y un alto sentimiento por su patria. No obstante, los textos y la música revelan la influencia de elementos foráneos, europeos esencialmente. Hay un uso de imágenes literarias totalmente divorciadas del contexto social; sin embargo, en el transcurso del siglo XIX se irán produciendo cambios más vinculados a la realidad, por tanto, más autóctonos.

 

Elementos característicos del oficio de juglar en América Latina es posible encontrarlo hacia el siglo XVIII, en las pampas argentinas, región habitada por los gauchos, personajes desarraigados cuya única manifestación artística es la música, el canto y la poesía. Estos gauchos poetas son los llamados payadores que significa coplero o también cantor popular y errante en América del Sur. El payador continuará, a la manera de los antiguos juglares medievales, su recital de poemas como improvisador, con acompañamiento de guitarra, charango o tiple. El contenido de su canto es folclórico pero también se encuentra en sus textos temas de clara intención social y política.

 

En México, dentro del proceso de la Revolución Mejicana, también es posible encontrar aportes significativos para la canción política en América Latina, escritas con ritmo de rancheras, corridos y guapangos. Canciones como Adelita, Valentina, El camino de Durango y Carabina treinta treinta, son apenas una muestra de todo un caudal de composiciones alusivas a la Revolución.

     

Estados Unidos no escapa al influjo del movimiento de la canción social. Como iniciador de este acontecimiento musical en dicho país se reconoce a Joe Hill, obrero cantor, que participó en la creación de sindicatos, para lo cual difundía canciones solidarias y de protesta. En 1915 fue fusilado por un delito que no cometió. Sus canciones fueron recopiladas en un libro titulado "Canciones para avivar las llamas del descontento". Después, hacia los años 30, nuevos seguidores del modo de cantar creado por Joe Hill entran en escena; son ellos Woody Gutrie, Pete Seeger, Cisco Houston, Sony Terry y Huddy Ledbetter, quienes dan inicio a la fusión de la música negra y blanca con cantos de amor y lucha. En 1941 surge un grupo llamado "Almanac Singer's" que organizaba recitales para los obreros en las puertas de las fábricas y sindicatos; este grupo se desintegró, fue reorganizado y se rebautizó como People Song (Canción de Pueblo), lo cual revela una clara intención  de compromiso de estos artistas con el pueblo.

 

Hacia los años 1950 y 60, en el ámbito internacional comenzó a gestarse un movimiento de canción folklorista con proyección social cada vez más comprometida, al cual se denominó históricamente como oleada de la nueva canción en el mundo.

 

En Estados Unidos, hacia los 60, se conoce una nueva generación del canto social, es el caso de Jimmy Hendrix, Joan Báez, Malvina Reynolds, Bob Dylan y Simon and Garfunkel. Los temas de sus canciones abogaban por los derechos humanos y la paz en el mundo, condenaban la guerra de Estados Unidos contra Vietnam y exaltaban las luchas por la liberación en África, Asia y América.

            

Por el mismo tiempo aparece en Barcelona (España) la Nova Cancó Catalana, un movimiento impulsado por Miguel Porter y Luis Serrahima en el que se agrupa a todos los trabajadores del arte con el objetivo de legalizar el uso de la lengua catalana. Entre los ideólogos e ideólogas del grupo se destaca la presencia de Joan Manuel Serrat, María del Mar Bonet, Delfi Abella, Guillarmina Mota y Raimon. Inspirado en este movimiento, pero no con el objetivo de reivindicar un idioma, Luis Eduardo Aute, inicia en Madrid un tipo de canción que influiría enormemente en los cantautores de España y daría origen en 1968 al grupo "Canción de Pueblo" como homenaje y respeto al People Song de Estados Unidos.

 

En la década del 60 en América Latina, como consecuencia de la agudización de los conflictos sociales y del despertar de los pueblos del continente, comenzó a gestarse un movimiento de canción al que se denominó Nueva Canción Latinoamericana. En el inicio el interés del Movimiento es ir al rescate del folklore, pero la excesiva represión y los frecuentes golpes militares hizo posible un proceso de radicalización en los autores, quienes, sin dejar de interesarse en los ritmos de cada país, en adelante abordarán en sus textos el problema político-social.

 

El marco político que caracteriza este tiempo es el de las dictaduras militares y representa el inicio de una nueva etapa para la canción social. Entre las fundadoras y fundadores de ese movimiento están: Héctor Roberto Chavero (Atahualpa Yupanqui) de Argentina, Violeta Parra de Chile (folklorista / cantautora), Judith Reyes de México, Edu Lobo y Joao Do Vals de Brasil. Mas adelante se incorporarían Daniel Viglietti y Alfredo Zitarrosa (folklorista / cantautor) ambos Uruguayos; Gloria Martín y Alí Primera en Venezuela.

 

A finales de los 60 y a comienzos de la década del 70 la canción de contenido social y político es un fenómeno con vida propia en América Latina. Se reconocen los aportes y el trabajo de: Héctor Pavés y Víctor Jara en Chile;  Facundo Cabral, Jorge Cafrune, José Larralde, Horacio Guaraní (folklorista / cantautor) y Mercedes Sosa (cantora) de Argentina;  de Argentina es también Bernardo Palombo, reside y canta en el estado de New York, en los Estados Unidos; Gabino Palomares, Oscar Chávez, Julio Solórzano, Guadalupe Trigo, José de Molina y el grupo los Folkloristas en México; Venjo Cruz, Nilo Soruco, Luis Rico y los grupos Savia Nueva y Jharcas en Bolivia; el grupo Pueblo Nuevo en Ecuador; Milton Nascimento, Chico Buarque y Gilberto Gil de Brasil; Roy Brown, Andrés Jiménez (el  Jíbaro) y Lucecita Benítez de Puerto Rico; Tania Libertad y Susana Baca en el Perú; Leonor González Mina (La Negra Grande de Colombia) y la Moposina en Colombia;  Carlos Mejía Godoy, Luis Enrique Mejía Godoy y Norma Elena Gadea en Nicaragua; los grupos Yolocamba-ita y Cutumay Camones en El Salvador; Sonia Silvestre y Ramón Leonardo en República Dominicana (reside y canta en el pueblo de Lorens en el estado de Massachussets de los Estados Unidos)

 

  En algunos países centroamericanos como Nicaragua y El Salvador, la Canción no sólo cumpliría con una actividad cultural de sensibilización social, sino que, además de esto, las cantoras y cantores e integrantes de las agrupaciones musicales forman parte de los frentes guerrilleros, y en sus giras artísticas a otros países cumplen funciones cual si fueran  embajadores en la búsqueda de apoyo para la paz en sus países y en Centroamérica. En otros casos se trata de cantores que se dedican al trabajo sindical o cultural o político o a la guerra de guerrillas como Venjo Cruz y Alí Primera. Son auténticos intelectuales orgánicos de las clases dominadas.

 

Las formas melódicas parten del folklore y se apoyan generalmente en la guitarra, pero se van incorporando instrumentos autóctonos como es el caso del charango y los instrumentos de viento del altiplano. Los textos, sin descuidar lo folklórico, lo vivencial y lo humano, tienen un marcado acento político y antiimperialista pues se abordan temas que denuncian la explotación de los obreros; el saqueo de los recursos naturales minerales y agrícolas por parte de las transnacionales; la tenencia de la tierra en manos de los terratenientes; el derecho de las comunidades indígenas a poseer sus territorios; también se tocan temas que exaltan el amor entre los pueblos, la libertad y la propuesta de la unidad latinoamericana. 

 

(Servicio Informativo Ecuménico y Popular SIEP, comparte con nuestros lectores parte de un importante trabajo del cantautor venezolano Carlos Ruiz, quien recientemente nos visitó en El Salvador en el marco de la conmemoración  25 aniversario del martirio de Monseñor Romero.)