Venezuela, "a las puertas" de un nuevo golpe de Estado, señala el vicepresidente



27 de enero del 2004

Denuncia Rangel un "sospechoso traslado de explosivos de Colombia" a su país



AFP / Rebelión


El vicepresidente venezolano, José Vicente Rangel, denunció un "sospechoso
traslado de explosivos de Colombia a Venezuela", lo cual, consideró, podría
estar relacionado con planes para un nuevo golpe de Estado contra el
gobierno del presidente Hugo Chávez.

Apuntó que el caso "lo están manejando los organismos de seguridad
venezolanos" y que "existen indicios reales de que el país está a las
puertas de un nuevo asalto a la Constitución", en referencia al golpe de
Estado que enfrentó el mandatario en abril de 2002, cuando fue sacado del
poder durante 48 horas por un grupo proempresarial.

Aunque no precisó cómo entraron los explosivos ni qué grupos estarían
vinculados con esa acción irregular, aseguró que "están tras la pista de la
operación". Añadió que otro indicio de la preparación de un nuevo golpe de
Estado se fundamenta en la "desesperación y angustia de la oposición", que
desde la pasada intentona lo ha querido derrocar.

Rangel advirtió que "el peligro reside en que es gente que piensa de manera
irracional, que se siente perdida. Es capaz de cualquier desproporción,
desde el magnicidio hasta cualquier tipo de aventura". Pese a esas amenazas,
dijo, el gobierno permanece "tranquilo", porque sabe que la oposición perdió
totalmente la posibilidad de contar con la fuerza militar".

Por otra parte, Rangel exigió a Estados Unidos "reciprocidad" en su reclamo
a Caracas de una mayor cooperación en la lucha antiterrorista, al responder
a las preocupaciones del encargado en la materia de Departamento de Estado,
J. Cofer Black, a quien solicitó no incurrir en "ligerezas".

"Compartimos la preocupación por la lucha contra el terrorismo, pero
exigimos reciprocidad y queremos que todos los terroristas reciban la
sanción correspondiente", expresó Rangel. De hecho, le recordó a Black que
"en más de una oportunidad funcionarios estadunidenses han reconocido la
labor de Venezuela en la lucha contra el terrorismo".

Pidió a Washington mayores acciones "para llevar a la justicia a quienes han
cometido actos terroristas en Venezuela", pues personas involucradas en esos
hechos están pidiendo asilo político en Estados Unidos.

Resulta que aquellos que han colocado explosivos contra las sedes
diplomáticas de Argelia, España y Colombia en Venezuela, contra edificios
públicos, instalaciones militares, han asesinado personas, y han sido
procesados por la justicia venezolana y condenados, se encuentran en Estados
Unidos solicitando asilo.

Lo mismo ocurre con quienes convocaron al sabotaje petrolero que le produjo
pérdidas a Venezuela por más de 10 mil millones de dólares y afectó
instalaciones de la industria, como es el caso del señor Carlos Fernández,
quien se encuentra en Estados Unidos y participa en manifestaciones en Miami
en contra del gobierno venezolano. Lo mismo ocurre con la protección que en
Colombia se le da a quien encabezó un golpe de Estado en Venezuela, ordenó
el cierre de la Asamblea Nacional y de todos los poderes públicos, y desató
una feroz represión durante las 42 horas que ejerció la presidencia en abril
del 2001.

Compartimos la preocupación por la lucha contra el terrorismo, pero exigimos
reciprocidad y queremos que todos los terroristas reciban la sanción
correspondiente, que todos los esfuerzos por combatirlos tengan el mismo
tratamiento por parte de los Estados.

Conviene que el señor Black se informe mejor y no incurra en la misma
ligereza en una materia tan delicada como esta, en que incurren
frecuentemente algunos funcionarios norteamericanos.