Brasil: Entrevista a Francisco "Chico" de Oliveira, fundador del PT



28 de diciembre del 2003 El gobierno Lula no existe
Mateus Alves   Correspondencia de Prensa
http://www.rebelion.org/brasil/031228alves.htm

El año 2003 llegó con la expectativa de la "refundación" de Brasil con la
llegada al poder, por primera vez en nuestra historia, de un presidente
oriundo de las camadas populares. Sin embargo, durante el transcurso del
primer año de su mandato, se fue tornando evidente la opción del gobierno de
Luiz Inacio Lula da Silva por una ortodoxia que mantiene los vínculos con el
modelo neoliberal, profundizado por su antecesor Fernando Henrique Cardoso.
Para analizar los rumbos y direcciones tomadas por el gobierno Lula en su
primer año de existencia, Correio da Cidadania conversó con el sociólogo
Chico de Oliveira, fundador del PT y uno de los principales críticos al
mantenimiento del modelo neoliberal por los petistas.

CC: ¿Qué se puede evaluar de este primer año de gobierno?

CO: Conforme vengo diciendo en diversas ocasiones, mi evaluación es
negativa. El gobierno Lula no existe, pues está siendo monitoreado, en el
área económica, desde afuera. Todo aquello que parece ser acción del
gobierno, en verdad, no lo es; la caída del riesgo país, por ejemplo, es
apenas el resultado del aumento de la liquidez internacional y no tiene nada
que ver con la política que el gobierno ejecuta. El saldo de la balanza
comercial es resultado de la recesión interna que resulta en una disminución
de las importaciones.

Otra área que ha sido destacada es la política externa, sobre lo cual no
puedo emitir un juicio negativo, pero que, solitaria, no se sustenta; en un
año, podemos tener un crecimiento de 4% del PIB, en otro, puede volver a
bajar para el 1%, debido a nuestras condiciones de vulnerabilidad y
dependencia financiera externa.

CC: Existen entre políticos, intelectuales y militantes, que piensan que el
gobierno está en disputa y, en esa lucha, consideran grande la importancia
de los movimientos sociales que pueden hacerlo girar a la izquierda ¿Qué
piensa de eso?

CO: Yo no creo que el gobierno esté todavía en disputa. Estuvo, pero la
dirección hegemónica del gobierno se definió rápidamente; no veo ningún
movimiento social que esté ayudando en la disputa de rumbo y sentido del
gobierno Lula.

Todo el mundo habla del MST, quieren dejar para los sin tierra la enorme
tarea de volcar la balanza hacia el lado de las reformas progresistas. Creo
que el MST está haciendo su parte, pero ellos están solos, no van a tener
esa fuerza. Otros movimientos sociales no tienen la capacidad de vetar las
políticas del gobierno; el funcionalismo (funcionarios públicos) ha sido
convertido en el enemigo público número uno, están abatidos. El movimiento
sindical tampoco tiene ninguna reivindicación, incluso algunos items de la
reforma previsional, por ejemplo, que la CUT defendía, ni siquiera fueron
sancionados por el gobierno.

CC: ¿Estaría en curso un nuevo tipo de populismo con el gobierno Lula,
conforme a evaluaciones que usted ha hecho en los últimos meses?

CO: Está. Eso es menos una decisión de orientación política y más la
contingencia de estar lidiando con políticas fragmentarias, que atienden
clientelas y no son universales; de estar lidiando también con movimientos
sociales que está fuertemente golpeados: la base social del PT,
tradicionalmente, es la clase trabajadora, obreros, que vienen sufriendo un
gran erosión en los últimos años.

El populismo surge como una especie de justificación y legitimación del
Estado, no por intención de los políticos. No se trata de un populismo
tradicional como el que fue sistematizado desde los años 40 hasta el golpe
militar del 64, y que se definía por la inclusión de la clase trabajadora en
la política por vía autoritaria. Se trata de una especie de neopopulismo,
que excluye a la clase trabajadora de la política y que está presente en
toda América Latina. El estilo de Lula también va mucho en esa dirección, él
quiere hablar por arriba de las clases, por arriba de las categorías, se
quiere dirigir directamente al pueblo, lo que, en la literatura
sociológico-política, se llama populismo.

CC: Usted viene asociando el rumbo de los acontecimientos para más allá de
la descaracterización del PT en tanto partido, evaluando la coyuntura actual
como fruto de la llegada al poder de una nueva clase social ligada a los
fondos de pensión. ¿Qué puede decir sobre esto?

CO: No es exactamente fruto de la llegada al poder de esa clase, hecho este
que apenas completa un largo proceso, contradictorio, oscuro. No se trata de
burguesía, de clase trabajadora, no son los ejecutivos clásicos de las
grandes empresas, sino una nueva clase que posee otra función en el
desempeño del capitalismo en la periferia. Al llegar al gobierno, ella
sufre, para utilizar una metáfora del reino animal, una metamorfosis, tal
cual una mariposa que completó su evolución.

CC: ¿Usted vislumbra una salida para el escenario actual?

CO: No. Yo, particularmente, me detengo en estudiar y observar los procesos
estructurales de medio y largo plazo. Creíamos que el neoliberalismo estaba
derrotado, lo que no es verdad, todo los valores que allí están son
neoliberales. Lo que fue derrotado fue una cierta coyuntura específica de
políticas económicas, vencidas en Argentina, en Brasil, en Venezuela, y en
casi todos los otros países de América Latina.

Pero en cuanto a la orientación estructural, en cuanto a la dependencia
financiera externa, en cuanto al achicamiento del poder regulatorio del
Estado, en cuanto a la valorización de los iconos del mercado, el
neoliberalismo se encuentra en plena vigencia, el gobierno Lula ha sido
tragado por eso. Esto no es pesimismo, es apenas cuestión de analizar un
poco el comportamiento de las economías y las sociedades. Existen
situaciones en que solo con optimismo no se resuelve.

Correio da Cidadania Nº 377, diciembre 2003
Traducción de Correspondencia de Prensa