Ecuador: Violencia marca la marcha en el día de los derechos humanos



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11.diciembre/2003 - Ecuador - Adital/ Altercom- Policías reprehenderán
brutalmente una marcha conmemorativa por el día de los Derechos Humanos y
muchas personas están heridas e detenidas en todo el país. En respuesta a
ese acto de violencia, los movimientos populares e indígenas piden la
renuncia del presidente.

A las 10 de la mañana, El Arbolito, un bello parque quiteño, comenzaba a
recibir la alegría de los estudiantes secundarios para quienes los derechos
humanos se han constituido también en materia de estudio, los niños de la
mano de sus madres contrastaban con el lento caminar de personas de la
tercera edad, jóvenes con globos de colores, activistas, personas comunes.
Todos llegaban con el objetivo de marchar para conmemorar, como todos los
años, el Día Internacional de los Derechos Humanos.

De pronto la paz se rompió, piquetes policiales cercaron a los congregados.
Exigían los permisos concedidos por la Intendencia de Policía, mientras la
hermana Elsie Monge, presidenta de la Comisión Ecuménica de los Derechos
Humanos, quien tenía los documentos, no podía llegar al lugar de la
concentración porque su oficina estaba bloqueada por la misma policía que,
en otro punto de la ciudad reprimía brutalmente a una multitudinaria Marcha
de los Maestros y Estudiantes, denominada la "Toma de Quito", que exigía al
gobierno que cumpla con su ofrecimiento realizado en meses anteriores de
incrementar en 10 dólares el miserable sueldo de los educadores. El
resultado de esta acción fue el de varios heridos y detenidos, un retén
policial quemado y órdenes de captura para toda la dirigencia de la Unión
Nacional de Educadores.

Mientras el aire del Centro histórico de Quito se volvía irrespirable pues
una enorme nube de gas lacrimógeno "recientemente adquirido y fabricado con
tecnología de punta" lo cubría y manifestantes y peatones no podían entender
la desmedida acción policial; el centro norte, donde se ubica el parque El
Arbolito, también sufría la brutal represión ordenada por los mandos.

La paciencia y la actitud pacífica de los manifestantes por los Derechos
Humanos que se sentaron en el parque para cantar consignas mientras
esperaban que llegue el permiso, fueran interrumpidas cuando escucharon
incrédulos a los voceros policiales, que la Marcha no se realizaría, tenga o
no el permiso, para proceder a reprimir de forma feroz a los asistentes. El
resultado fue el de dos adolescentes heridos de gravedad por impacto de
bombas lacrimógenas disparadas al cuerpo.

A la misma hora, y en el mismo Quito, el Presidente Gutiérrez, luciendo sus
modernas gafas negras, inducía a un grupo de niños pobres - que son la
mayoría en este país-, y que fueron conducidos por empleados públicos, a
extender sus manos en actitud mendigante para "recibir" productos
alimenticios con los que, según él, promovía la próxima "canasta escolar"
que el régimen está anunciando.

Además, la gran mayoría de movimientos sociales, incluidas las
organizaciones indígenas como la CONAIE, pidieron la renuncia de Lucio
Gutiérrez por "mentiroso, incapaz e incoherente" y han condenado la
represión que éste ha desatado contra el pueblo que se organiza. Entre sus
exigencias están la "defensa de la Patria y su soberanía, la no intervención
en el Plan Colombia, la salida de las tropas extranjeras y el Comando Sur,
el fin de la dolarización, las privatizaciones, la corrupción y la
imposición del TLC y Alca".

Mientras tanto Guayaquil era escenario de otros hechos, al mismo tiempo que
se efectuaban las manifestaciones. Sus calles recibían a los familiares de
desaparecidos y asesinados por las fuerzas policiales y escuadrones
paramilitares de limpieza social, y en la Fiscalía se escuchaba el informe
del perito que demostraba que los caídos en el último operativo de la
Farmacia Fybeca, (cuyo saldo de 8 muertos y tres desaparecidos, descubrió
los excesos, abusos e ilegalidades que comete la Policía y agentes retirados
de sus filas, en su lucha contra la delincuencia), habían sido ejecutados.
Los disparos en la nuca y en la parte baja de la espalda del mensajero de la
farmacia, los once tiros en la espalda de un cliente, entre otros,
demostraban que el escenario fue manipulado pues los cadáveres estaban boca
arriba con granadas colocadas cerca de los cuerpos inertes. Todo esto en el
"Día Internacional de los Derechos Humanos".


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