Venezuela: ¡La verdad no está en el country-club!



 Thierry Deronne*


Al Este de Caracas, isla de barrios ricos, el 3 de octubre de 2003.
Pitos y cohetes estallan.  La empleada de la panadería, quien sacó la
cabeza por la puerta para medir un cielo cargado de lluvia, ve, con
ojos de preguntar, a los clientes.  Las radios le contestan al
unísono: "Chávez
tomó Globovisión!".  El monopolio privado de la televisión (en
Venezuela CMT, Televen, RCTV, Venevisión y Globovisión dominan sin
compartirlo el espectro hertziano aparte de un débil canal publico)
llama a "la población" a librar otra batalla contra el "dictador
Chávez".


¿Qué paso? La poderosa empresa Globovisión decidió ocupar sin permiso
legal unas frecuencias adicionales de las que ya dispone.  La
Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL), por la Ley de
Telecomunicaciones de 2000, se encuentra en la obligación de incautar
los equipos ("micro-ondas") calibrados para estas frecuencias
ilegales (1).  En ningún momento se trata de interrumpir la
transmisión cotidiana del canal.  Este dispone, además, de quince
días hábiles para ejercer los recursos legales previstos.  Esto sería
pura rutina en cualquier país, como Francia o EEUU donde CSA e IFCC
tienen la misma obligación de hacer respetar la ley cuando empresas
privadas de televisión transmiten sin permiso legal en
frecuencias que pertenecen al patrimonio público y colectivo.


Pero estamos en Venezuela.  El gobierno de Hugo Chávez molesta a los
pudientes de este mundo.  La oportunidad se ve demasiado bella.  En
un afán de surrealismo Globovisión anuncia: "medio cerrado!".  Y el
canal "cerrado" arranca febrilmente su sesión non-stop de
"información" unplugged con fondo de música de acción, sobre el tema
de "atentado a la libertad de expresión".


Los funcionarios del Estado que se presentan en la sede del canal
para aplicar la medida son interrogados por los dirigentes de la
empresa.  Los camarógrafos no despegan su lente de sus patrones que
monologan sobre "la libertad
de expresión".  Los funcionarios, casi siempre fuera de campo, no
pueden defenderse.  Llegan a raudales las cámaras de los demás
canales.  Llega el propio director de Globovisión, Federico Ravell,
quien inicia su discurso por un lapsus: "ya se ve que están
ejecutando una medida técnica, perdón, política".  Intenta
recuperarse al apostrofar a los funcionarios "¿Qué pensaran sus hijos
el día que sepan que ustedes cerraron un medio?" (sic).  Los
funcionarios de CONATEL salen del canal bajo los insultos, casi los
linchan los partidos de oposición que también acudieron al canal para
defender la libertad de expresión.

Mientras tanto, las brigadas de Primero Justicia (grupúsculo de
ultra-derecha) ya están al pie de la obra y sitian la sede de la
Comisión Nacional de Telecomunicaciones, con banderas nacionales,
potes de pintura y megáfonos, apoyados por las mismas cámaras de los
mismos medios.  Insultan y agreden
físicamente a los funcionarios del Estado.  "Cu-ba-nos!, cu-ba-nos!",
"Cha- vez-dic-ta-dor!": sin demasiada imaginación los manifestantes
retoman en coro los eslóganes de la televisión.



Unas horas mas tarde, bajo los focos inquisidores de los canales, los
funcionarios salen por fin por una puerta lateral.  Insultadas,
amenazadas, algunas funcionarias empiezan a correr.  Las alcanzan sus
colegas: "no, no vayan a correr¡"


Este odio y esta violencia racistas contra un Estado que, desde la
elección de Hugo Chávez, empieza a tomar en cuenta los intereses de
una mayoría pobre, no viene de hoy.  El 12 de abril 2002, los canales
privados lanzan un golpe de Estado sangriento contra el nuevo
presidente.



Creyendo un tanto rápido al éxito del
golpe los "periodistas" como Nitu Pérez Osuna llaman al televidente a
"denunciar a tu vecino chavista" y acompañan con fervor a la policía
golpista mientras detiene a los simpatizantes del
presidente derrocado.  A pesar de su implicación en estas violaciones
de los Derechos Humanos, ninguno de estos periodistas ha sido
sancionado.  No han dejado, desde entonces de llamar abiertamente a
"sacar a Chávez".  En ningún momento han sido suspendidas sus
transmisiones.


Bajo la llamada "lucha por la libertad de expresión" lo que se
intenta impedir aquí es el nacer de un Estado ya no controlado por
los grandes grupos económicos a los cuales pertenece Globovisión.
Por supuesto entre los que quieren linchar a los funcionarios, no
encontramos solamente a las brigadas de ultra-derecha sino también a
numerosos miembros de la clase media quienes toman por verdad bíblica
lo que dicen los medios comerciales.  ¿Cómo van a entender que la ley
se aplica para defender su interés como ciudadanos, el de
salvaguardar el pluralismo de las frecuencias, pilar de toda
democracia?

Hoy Globovisión, RCTV, Televen, Venevisión llaman otra vez a sacar al
presidente.  Quien sabe cuantos medios mainstream hablaran, en el
mundo, estos días, de los "atentados-a-la-libertad-de-expresión-en
Venezuela".  En Washington, el Departamento de Estado se dice
"preocupado por la situación en Venezuela".  "Casualmente" esta
semana fuentes oficiales del Departamento citadas por la revista US
News, evocaron los "lazos activos del terrorista Chávez con
Al-Qaeda".  Unas "informaciones" relevadas enseguida por los canales
privados en
Venezuela...

Catia TVE, la joven televisora comunitaria del Oeste popular de la
capital venezolana fue cerrada en julio por un alcalde de Caracas y
opositor al gobierno de Chávez.


Expulsada de sus locales, no ha podido aún retomar sus
transmisiones.  Catia TVE sigue sin voz, igual que en abril 2002
cuando fue blanco de los golpistas.  Pero esto no preocupa a los
grandes medios.  ¿Por qué habrían de preocuparse?.

  (1)  El texto de La Ley Orgànica de Telecomunicaciones, la cual fue
saludada por todos los medios cuando se promulgo en 2000, se
encuentra disponible en español en
<http://www.conatel.gov.ve/>www.conatel.gov.ve donde también se
detalla las bases legales y los recursos previstos en el caso de
Globovisión.  En términos de comparación y en cuanto a tratamiento de
la información, sugerimos a nuestros lectores que visiten también el
sitio de <http://www.globovision.com/>www.globovision.com.

*Thierry Deronne es periodista, cofundador de la televisión
comunitaria Teletambores, Maracay, Venezuela.

Servicio Informativo "Alai-amlatina"

Agencia Latinoamericana de Informacion - ALAI

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