Brasil: Naciones Unidas incorpora a Brasil al Consejo de Seguridad



IMPORTANTE AVANCE DEL GOBIERNO DE LULA

Naciones Unidas incorpora a Brasil al Consejo de Seguridad

Será por dos años y como miembro no permanente. Pero el gobierno de Brasilia
apuesta a lograr una banca permanente, impulsando un cambio en la carta
orgánica de la ONU. La negociación con Argentina.
Eleonora Gosman SAN PABLO. CORRESPONSAL

En apenas poco más de dos meses, Brasil se sentará en el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas. En principio estará dos años, de acuerdo
al status que otorga el organismo a los miembros no permanentes. Pero el
gobierno brasileño va a pelear por eternizarse en el puesto. El presidente
Lula da Silva y su canciller, Celso Amorim, empujarán con otros países una
reforma de la ONU que permita, entre otras cosas, la ampliación de asientos
permanentes en el Consejo.
Por ser el único candidato del bloque América latina-Caribe, su elección
estaba garantizada. Apenas le faltaron 5 apoyos para que fuera unánime.
Entre esos cinco desafectos, cuatro se abstuvieron y el quinto votó por
Argentina.
A partir del 1ø de enero próximo, la diplomacia brasileña tendrá que cumplir
la promesa del gobierno de Lula a Néstor Kirchner, de incorporar un
diplomático argentino en la misión ante el Consejo. Ese compromiso está en
la declaración que firmaron los presidentes en Buenos Aires, hace una
semana. Allí se menciona que habrá un trabajo conjunto de Brasil y Argentina
en el Consejo de Seguridad. El gobierno de Kirchner apuesta a que el país
sea elegido el año próximo como miembro no permanente, en reemplazo de
Chile.
En otro contexto mundial, y con otro gobierno, Brasil no hubiera tenido
campo para descollar en la ONU. Pero esta vez, el país accede al Consejo con
algunas ideas renovadas y varias batallas por delante. El gobierno cen
troizquierdista de Lula da Silva quiere "hacerse respetar", como dice a
diario el presidente. Esto significa defender posiciones propias, sea en la
ONU o en los otros grandes foros de negociación: el ALCA y la Organización
Mundial del Comercio. De ahí que la llegada al Consejo de Brasil ‹que está
erigiendo fuertes límites al modelo original de ALCA norteamericano‹ tenga
especial gravitación en la región.
Lula y el canciller Amorim trazaron unas pocas líneas estratégicas:
pretenden un mundo multipolar; la negociación como método para resolver
conflictos y una reforma de la ONU que democratice el organismo. Al asumir
el 1ø de enero próximo, Brasil tendrá una difícil tarea. Deberá probar su
capacidad para representar a los latinoamericanos en cuestiones ríspidas
como Irak, el conflicto palestino y el programa nuclear de Corea del Norte.
Pero sin duda querría poner su foco en una ambición: la reforma
institucional de la ONU que permita ampliar el número de miembros
permanentes del Consejo. El embajador de Brasil en la ONU, Ronaldo
Sadenberg, dijo que "son numerosos los países que respaldan nuestro ingreso
en el Consejo como miembro permanente" y reiteró que "Brasil va a luchar por
la multilateralidad".
El organismo tiene 15 integrantes, pero hay sólo 5 permanentes con poder de
veto: Rusia, EE.UU., Francia, China y Gran Bretaña. Los otros 10 participan
en representación de las cinco grandes regiones del mundo. Y permanecen 2
años en el puesto.
Brasil quiere subirse al podio de los miembros permanentes del Consejo, como
también lo desea Alemania, Japón y la India. Pero Argentina no resignó su
ambición de ocupar el lugar. Tampoco México está dispuesto a ceder el
privilegio a Brasil.
La buena relación personal entre Kirchner y Lula impidió que la silla del
Consejo de Seguridad ensombreciera la visita oficial a la Argentina del
presidente brasileño. El viernes pasado, en una conferencia de prensa que
tenía como escenario el glaciar Perito Moreno, Lula admitió que había
diferencias en este punto.
El jueves, el representante argentino en la ONU, Arnoldo Listre, cuestionó
ante la Asamblea General el aumento de los miembros permanentes del Consejo.
Consideró que esa alternativa tiene más inconvenientes que beneficios. El
tema del sillón en el Consejo mantuvo enfrentados largos años a Carlos Menem
y a Fernando Henrique Cardoso.