MEXICO:Fox se hace pequeño



Diego Cevallos

MEXICO, 2 sep (IPS) - Muchos caricaturistas dibujaron como enano este martes
al presidente de México, Vicente Fox, quien en realidad mide 1,90 metros.
Fue el modo más claro de mostrar la caída de su liderazgo político al
cumplirse casi tres años de gestión.
Fox, quien según las encuestas es percibido débil por la mayoría de la
población aunque aún lo estima, pidió ayuda a sus opositores en el
parlamento para aprobar reformas en materia de recaudación de impuestos,
producción y distribución de energía, telecomunicaciones y leyes laborales.

"Tiene aún un alto nivel de aprobación si se compara con otros mandatarios
de América Latina, pero también se lo mira débil, cansado y hasta con cierta
lástima", dijo a IPS Carlos Chávez, investigador de la Universidad Nacional
Autónoma de México.

Al rendir su tercer informe al Congreso legislativo este lunes, Fox abandonó
el tono triunfalista y en tono de voz plano y de bajo volumen, que contrastó
con la fuerza que caracterizó al otrora candidato, reconoció que el país
tiene graves problemas sociales que resolver y que su gobierno debe mejorar.

En ese sentido, el portavoz de la Presidencia Alfonso Durazo anunció este
martes que, para lograr mejores resultados en el gobierno, serán sustituidos
en sus cargos el secretario (ministro) de Energía, Ernesto Martens, y el de
Medio Ambiente, Víctor Litchinger.

En los últimos ocho meses han cambiado los responsables iniciales en
Relaciones Exteriores, Economía, Reforma Agraria, Contraloría, Desarrollo
Administrativo y Turismo.

El Partido Acción Nacional (PAN), con el que a fines de 2000 logró poner fin
a siete décadas de gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI),
perdió en las elecciones de diputados del 6 de julio 55 escaños de los 206
que había logrado entonces, lo cual fue considerado un castigo a su
administración.

En la nueva Cámara de Diputados de 500 miembros el PRI tiene hoy el mayor
número de escaños, aunque no llega a una mayoría absoluta, seguido del PAN y
luego del izquierdista Partido de la Revolución Democrática.

Esta no es una conformación muy diferente a la surgida en 2000, en la que
Fox no pudo pasar sus principales propuestas de ley.

En junio, Fox señaló que su gobierno no había cometido ningún error y
recriminaba entonces a los opositores la falta de apoyo. Ahora, en su tercer
informe, el discurso fue otro, pues reconoció errores y llamó a sus
opositores a dialogar sin engaños ni rencores para concertar cambios.

"Si no hay acuerdos, no habrá avances (...) México reclama políticas
nacionales no faccionales", expresó.

"Son imprescindibles reformas estratégicas que liberen el gran potencial de
la nación, fortalezcan al Estado, generen condiciones que estimulen el
crecimiento económico y transformen la incertidumbre en confianza sobre el
futuro del país", añadió.

Aunque los opositores declararon por enésima vez que están listos para
dialogar y concertar con el gobierno, se considera que eso no será fácil,
pues todos los partidos tienen ya la mira puesta en las elecciones
presidenciales de 2006.

"Fox desperdició su capital político del inicio de su gestión y ahora será
mucho más difícil su trato con la oposición", vaticinó el politólogo Sergio
Aguayo.

En febrero de 2001, tres meses luego de asumir el cargo, el presidente de
México tenía una tasa de aprobación de 70 por ciento, según una encuesta
nacional del diario Reforma. En agosto, esa aprobación había bajado a 57 por
ciento.

Una encuesta nacional del diario El Universal indicó el lunes que 59 por
ciento de los entrevistados opinó que los problemas del país desbordaron a
Fox, mientras 46 por ciento cree que no ha demostrado capacidad para
gobernar.

En lo que pareció una coincidencia, varios caricaturistas de diarios locales
dibujaron este martes al presidente como un enano, lo que contrasta con su
estatura real. Unos lo pusieron dentro de una bota, desde donde daba un
discurso, y otros detrás de un podio gigante.

"La población extraña al candidato Fox que se enfrentaba al PRI con humor,
que ofrecía cambiar el rostro del país y que tenía liderazgo", señaló
Chávez.

El triunfo de Fox en 2000 terminó en México con una era política marcada por
el autoritarismo del PRI para abrir otra que, según decía el entonces
candidato, traería progreso y desarrollo. Fox prometía que en su gestión que
la economía crecería a un ritmo de siete por ciento anual.

En 2001 el producto interno bruto cayó 0,3 por ciento, en 2002 repuntó menos
de uno por ciento y para este año se pronostica que no crecerá más de dos
por ciento.

En tanto, desde diciembre de 2000 perdieron su empleo unas 500.000 personas
y la economía informal se nutrió de 900.000 trabajadores para completar una
plantilla de casi 20 millones, el número más alto en la historia del país.

Sólo en julio se reportaron desocupadas 1,4 millones de las 41 millones de
personas que conforman la población económicamente activa de México.

Aunque el presidente reconoció que existen problemas de empleo y que más de
la mitad de la población de 100 millones sigue pobre, destacó la estabilidad
macroeconómica del país, la vigencia de la libertad de expresión y el afán
del gobierno por lograr que se respeten los derechos humanos.

La democracia en México está en construcción y aún debe cultivarse con la
ayuda de todos, pues es nueva, declaró el secretario (ministro) de
Gobernación (Interior), Santiago Creel.

En el pasado, cuando el presidente de México era del PRI y daba su informe
en el Congreso, el país se paralizaba por orden del gobierno. Se trataba de
una ceremonia planeada hasta el último detalle en la que el mandatario era
tratado como rey por los diputados.

Tras leer el informe, que de forma obligatoria transmitían todos los medios
de comunicación, el presidente recorría las calles de la capital en una
carro descapotado, desde el cual recibía vítores y aplausos.

Al llegar a la casa presidencial lo esperaba una interminable fila de
políticos, empresarios y amigos que esperaban darle la mano y felicitarlo.

En la actualidad nada de eso ocurre, aunque se mantiene la tradición de que
el presidente lea el informe cada 1 de septiembre, cuando se instala un
nuevo periodo legislativo.

"Gran parte de los que está en juego en México hoy es crear una cultura de
la democracia, pero también conseguir que esta solucione los problemas de la
gente", señaló Alfonso Zárate, director del no gubernamental Grupo Consultor
Interdisciplinario.

El 6 de julio, en la que fue la primera elección general tras el fin de los
gobiernos del PRI, hubo una abstención sin precedentes, de casi 60 por
ciento de los 65 millones de habilitados para votar.

En un sondeo realizado en 2002 por Latinbarómetro, firma radicada en Chile
que realiza estudios sobre democracia en América Latina, los consultados en
México estuvieron entre los menos satisfechos con el desempeño de su sistema
democrático, y se ubicaron en ese rubro en el lugar 13, entre 17 países