Documentata relazione della CIA con il regime fujimorista - Da Lima: Cristiano Morsolin



 Cari amici e amiche di PEACELINK,

Finalmente emergono le responsabilita' del governo USA nell'appoggiare il regime del dittatore Fujimori in Peru': l'imperialismo statunitense non smette di considerare l'America Latina come il suo cortile di casa....
Il famoso quotidiano londinese FINANCIAL TIMES ha pubblicato un lungo reportage che documenta il legame della CIA con i "peccati" di Montesinos, braccio destro di Fujimori.
Vi allego questo interessante commenti di ADITAL (www.adital.org.br).
Hasta pronto.
Cristiano Morsolin 
Lima, venerdi 8 agosto 2003
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La CIA y Montesinos (Isaac Bigio*)

1º.agosto/2003 - Inglaterra - Los lazos entre el espionaje estadounidense y la dictadura peruana según el Financial Times.

Montesinos ‘está confrontando 70 juicios acusado de todo desde desfalco y corrupción, hasta narcotráfico, manejo de armas y liderar un escuadrón de la muerte.

Los investigadores creen que él robó mil millones de dólares al Perú. Entonces, ¿por qué los EEUU le apoyaron durante un cuarto de siglo?’

Tal es el encabezado del informe especial de la última revista del mayor diario económico británico. El caso Montesinos ha merecido la carátula, el editorial y el reportaje central de la revista del Financial Times.

Resulta muy inusual que un asunto peruano merezca tal cobertura en el diario de la City financiera. Sin embargo, las 11 páginas dedicadas a abordar la relación entre el anterior jefe del SIN y la CIA, es vista como algo muy importante para analizar la política de los servicios secretos estadounidenses a escala global. El artículo estuvo a cargo de Thomas
Catán quien fue colaborado con otros dos periodistas de dicho periódico quienes están preparando el libro "El perfecto espía: las muchas vidas de Vladimiro Montesinos’.

La principal razón que aduce el editorial para estudiar ese caso es para averiguar sobre la forma en la que los EEUU se relacionan con una serie de personajes dudosos. Ahora que Washington interviene directamente en nuevos escenarios, como en el medio oriente, éste trae consigo una experiencia de 150 años de ligazón con Latinoamérica. La estrecha relación cultivada durante 25 años con Montesinos muestra una tendencia hacia asociarse con criminales como los Somoza (Nicaragua) , Pinochet (Chile), Savimbi (Angola) o Ngo Dinh Diem (Vietnam).

El artículo central se inicia mostrando los excesivos gastos que ocasiona el ‘juicio del siglo’. Solamente para llevar a Montesinos a una audiencia se destinan mil uniformados y tres helicópteros y cada día el estado destina diez mil dólares a su protección. Pese a ello hasta la fecha el ‘Rasputín’ peruano no ha soltado sus grandes secretos. La CIA tampoco se
sentiría a gusto si eso pasase pues ‘si él pudiese hablar podría contar de muchas cosas acerca de los usualmente desordenados arreglos con los que Washington se conduce en la región.’

Montesinos ha declarado que él fue un operador de la agencia central de inteligencia estadounidense (CIA), que se reunía ‘2 a 3 veces por semana’ con el jefe de la CIA en Lima, y que espías de ésta le visitaban a diario en sus oficinas del SIN.

Su relación con la CIA habría empezado desde 1972-73. Entonces él era descrito en documentos desclasificados estadounidenses como ‘un valioso contacto de la embajada’. En 1973 él fue nombrado asesor del primer ministro, el general Mercado Jarrín. Los EEUU
encontraron en él a una persona que podría brindarles datos sobre las grandes cantidades de armas que el régimen estaba adquiriendo de los soviéticos.

El 5 de septiembre de 1975 él arribó a Washington. En los EEUU visitaría los edificios de la CIA, el Pentágono, el Consejo de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado, donde conversaría con Luigi Einaudi, actual número dos de la OEA. En los EEUU se le consideraba como el ‘joven oficial militar más teóricamente sofisticado en la doctrina de seguridad nacional’ y con ‘considerables potenciales de liderazgo’.

A su regreso él fue echado de las FFAA y encarcelado por haber abandonado su puesto, viajar inautorizadamente, falsificar su pasaporte y vender secretos de estado. Al año salió de la carcel para ir viajando entre diversos países de la región hasta que en 1983, cuando resurgió el cargo de traición a la patria, huyó a Argentina. En esos años él se graduó de
abogado y se convirtió en algo mas que defensor legal de narcos. Según Gustavo Gorriti él les ofrecía servicios completos corrompiendo jueces. Su reputación de ser capaz de crear pruebas le llevó a ser electo para representar a oficiales que estuvieron implicados en la masacre de 29 campesinos en 1988. Logró voltear las tablas al procurador que les estaba acusando y le amenazó tantas veces que le obligó a pedir asilo en los EEUU. Todos los testigos en ese caso fueron asesinados y el general cuestionado fue promovido. Gracias a ello volvió a ser bien visto en el ejército.

En 1990 Francisco Loayza, su anterior maestro en las FFAA, se había convertido en director de campaña de Fujimori. A él se le buscó para pedirle que hiciera algo para liberar a Fujimori de las acusaciones que sus contrincantes le estaban haciendo de haber hecho
fraudes tributarios en la venta de inmuebles. Según Loayza él les dijo ‘que se olvidaran del problema’ y a los 3 días consiguió una resolución judicial posponiendo el caso hasta después de los comicios.

Tras haber ayudado a Fujimori a llegar a palacio, él se convirtió en el jefe de su inteligencia. Según Rafael Merino, un espía peruano que trabajó con él, la DEA nunca le aprobó, pero ‘la CIA lo defendió’. La CIA financiaba al SIN y Montesinos era el puente entre ambos.

El animó una serie de escuadrones de la muerte como el ‘Grupo Colina’ implicado en el asesinato de 17 personas en una pollada de Barrios Altos y de 10 universitarios de la Cantuta. En esos crímenes participó un Jeep Cherokee donado por los EEUU al SIN.

Según Coletta Youngers, una abogada de derechos humanos en la oficina de Latinoamérica de Washington, los EEUU ‘estuvieron indirectamente apuntalando las actividades de las escuadras de la muerte. Hay evidencia que la CIA proveyó de fondos para la unidad antidroga del SIN que estuvo envuelta en la matanza de barrios Altos. Nos convertimos en cómplices de las atrocidades que fueron llevadas a cabo’.

De tiempo en tiempo algunas figuras estadounidenses expresaban su preocupación por Montesinos. Mas, tal como declaró Ted Piccone, un antiguo funcionario del Consejo Nacional de Seguridad de EEUU, Montesinos encarnaba ‘el clásico dilema entre una clara y fuerte evidencia de una relación contaminada y por el otro lado los intereses de seguridad nacional de EEUU precisaban para avanzar de continuar tal relación.’

El jefe de la CIA en Lima escribió por lo menos tres cartas de recomendación para Montesinos. Una de éstas hecha el 10 de agosto de 1988 con el logotipo de la embajada de EEUU decía en deficiente castellano: ‘Es para mi un honor el felicitarlo a usted y su servicio por su continuo esfuerzo en contra del narcotráfico. En especial queremos expresar nuestra admiración y esfuerzo del SIN, el cual con su liderazgo, dedicación y profesionalismo ha hecho un tremendo esfuerzo para combatir (sic) las grandes organizaciones y/o firmas de traficantes operando en el Perú.’

Esta carta así como otra redactada en Abril 1999 se dio después del roce entre Montesinos con el zar anti-droga de EEUU, el general Barry McCaffrey ocurrido en Mayo 1998. Pese a sus claros vínculos con el narcotráfico el jefe del SIN había logrado que todos los puntos en la lucha contra la droga pasasen por sus ojos.

Según Piccone Montesinos se convirtió en el hombre clave para negociar con el gobierno peruano toda clara de asuntos ‘desde el A hasta la Z’.

Los favores de Montesinos fueron utilizados por Peter Romero, un ex secretario temporal de Estado de EEUU, para favorecer a la minera norteamericana Newmont en la que trabajó para beneficiarse de un negocio de unos $500 millones sacando del medio a una firma francesa competidora.

Montesinos fue clave en lograr ‘reinterpretar’ la constitución fujimorista para luego conseguir un tercer periodo para su presidente. Falsificó 1,2 millón de firmas e interceptó los teléfonos de cientos, incluyendo la del ex secretario general de Naciones Unidas.

Cuando los EEUU lanzaron el ‘Plan Colombia’ para entregar $ 1,3 millón de ayuda para combatir a la ‘narco-guerrilla’, el grueso de los vecinos no mostró su satisfacción temiendo el flujo masivo de refugiados. Montesinos, en cambio, se identificó plenamente. El 21 de agosto del 2000 realizó una conferencia de prensa donde reclamó haber interceptado un embarque de decenas de miles de rifles AK-47 desde Jordania para las FARC. Toda esa historia cayó como un bumerang en su cara cuando los acusados de haber sido los traficantes de armas dijeron que el propio Montesinos estaba tras ese negocio.

La idea que el hombre de la CIA en Perú estaba ayudando a las FARC en un tiempo en el cual Clinton estaba lanzando la mayor operación para derrotarlos es algo que generó mucha preocupación en Washington. Para el autor del reportaje muchas explicaciones de ello son
posible, incluyendo la de ‘muchos peruanos que creen que una parte de la CIA quería escalonar el conflicto colombiano para descarrilar el Plan Colombia de Clinton y justificar una invasión a gran escala.’

Un agente de la CIA entrevistado sostuvo que ‘nosotros teníamos mucha confianza sobre las cosas que él hacía debido a que el tenía una muy cercana relación con ciertas partes de la CIA’. Después de ese incidente ‘Los EEUU ya no querían saber más de él’, aseguró el
ex premier Federico Salas.

El 8 de septiembre del 2000 se reunió en Nueva York Fujimori y Madeleine Albright, secretaria de estado. Allí se hizo ver al presidente que los EEUU habían decidido deshacerse de Montesinos y que se debía ‘restructurar’ el SIN.

Una semana después apareció el primero de cientos de vladi-videos en el cual se mostraba al jefe del SIN sobornando con $15,000 a un congresista. Esa noche Salas telefoneó a Montesinos indicándole que debía retirarse. El replicó que ‘tenía 3,000 hombres armados a su disposición’ y que ‘lanzaría un golpe’. Según el ex premier el presidente estaba aterrorizado y no le quedó otra salida que la de anunciar que acortará su mandato, tal cual lo hizo el 16 de septiembre. Ocho días después Montesinos pediría refugio en Panamá.

Lo acontecido con Montesinos es, según este especial del Financial Times, algo que debe ser tomado en cuenta. Mientras tanto la CIA se niega a abrir sus informes secretos sobre Montesinos y él sigue manteniendo en reserva varias confesiones que podrían cuestionar la forma en la cual interviene la central dela inteligencia de la principal potencia global.

*Analista Internacional

 

 



Cristiano Morsolin

Educatore di strada e giornalista militante

Educador de calle y periodista militante

E-mail: utopiamo at yahoo.it

Pagina web: www.selvas.org

 

 



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