Argentina: HORST KOHLER SUGIRIO BUSCAR A LOS RESPONSABLES EN EL PAIS



"No es bueno echarnos toda la culpa" Después de recibir imputaciones de
corresponsabilidad con las políticas del menemismo durante dos días, el
titular del FMI aprovechó su aparición pública para devolver culpas. Y dejó
en claro, de paso, que el Fondo sigue sosteniendo la receta tradicional del
ajuste.

Por David Cufré http://www.pagina12.com.ar/
 De frente a Horst Köhler, parados a un costado de los periodistas, Thomas
Dawson y Francisco Baker miraban y asentían. Estaban atentos a cada detalle
de la conferencia de prensa y hacían gestos disimulados, como las
indicaciones que puede dar un entrenador de tenis durante un partido. Dawson
y Baker son los máximos responsables de la comunicación institucional del
FMI. La visita a la Argentina era un desafío para ellos, ya que debían
preparar a su jefe para contestar preguntas incómodas. Köhler aceptó el reto
para lavarle la cara al Fondo, que en sus predicciones y en sus consejos no
dejó errores por cometer. "Estoy acostumbrado a andar por el mundo y que se
me tome como chivo expiatorio. Pero no creo que sea bueno para Argentina
echarle toda la culpa al FMI, porque los problemas radican en el país",
devolvió Köhler, a mitad de camino entre la defensa y el contraataque.
La conferencia de prensa que ofreció junto a Roberto Lavagna ayer por la
tarde cerró su visita al país. Allí aceptó que el FMI tuvo fallas, pero
subrayó que los argentinos deben revisar su propia conducta. Luego prometió
que el Fondo no le dirá al Gobierno lo que tiene que hacer, pero comenzó a
marcar la cancha. Una de las pocas definiciones de Köhler fue que el FMI se
sentará a negociar un acuerdo para los próximos tres años, descartando uno
de transición hasta diciembre. El Gobierno preferiría postergar los
vencimientos con los organismos internacionales entre septiembre -cuando
vence el convenio actual- y fin de año, para atravesar el calendario
electoral con menos presiones.
"Una de las lecciones que hemos aprendido, y esto lo digo en serio, es que
sean los países los que se identifiquen con los objetivos, con la paternidad
de las ideas", señaló Köhler cuando se le pidió una autocrítica. Como se ve,
el FMI no cambió. Sólo pide que los gobiernos acepten con mayor convicción
las políticas recomendadas. En privado, en el desayuno que compartió con el
presidente del Banco Central, Alfonso Prat Gay, y en el encuentro posterior
con Néstor Kirchner y sus ministros, el director gerente del Fondo repitió
el esquema de defender el papel de la institución que comanda y señalar
cuáles son las condiciones básicas para la firma de un nuevo acuerdo.
"Hay tres áreas de trabajo que me gustaría encarar con el señor ministro
Lavagna y con su equipo", puntualizó Köhler. En el lenguaje de la burocracia
del Fondo, allí marcó las principales líneas de negociación:
- "Un marco fiscal de mediano plazo para mejorar las relaciones
intergubernamentales en la Argentina". Traducido, esto quiere decir que el
gobierno nacional y las provincias deben comprometerse a una rígida
disciplina fiscal, que garantice el repago de la deuda. El FMI mantiene la
exigencia del ajuste, a pesar de haber asfixiado al país con esa misma
receta. La nueva meta sería un superávit primario (antes del pago de la
deuda) de 3,5 puntos del PIB, contra el 2,5 por ciento actual. En una crisis
sin precedentes, el Gobierno está consiguiendo un superávit fiscal altísimo
y le reclaman que sea todavía mayor. El Fondo pide que los recursos que
podrían ir a apagar el incendio de la pobreza se destinen, primero, al pago
de la deuda.
- "Una estrategia para definir la manera de mejorar el proceso de
intermediación entre depositantes e inversores." En concreto, Köhler se
preocupó en sus encuentros con funcionarios por la resolución de los
problemas del sistema financiero, como las compensaciones a los bancos (ver
página 2).
- "Una reforma jurídica e institucional para que la Argentina se gane la
reputación necesaria para atraer inversiones extranjeras." En este punto, el
jefe del FMI reclama un aumento de tarifas para las privatizadas y por la
autonomía del Banco Central. "Argentina tiene que seguir ciertas reglas de
juego en su carácter de miembro normal de la comunidad internacional",
insistió Köhler. Los contratos de las privatizadas, de acuerdo a la visión
de Washington, fueron quebrantados por la devaluación y deberían
serrecompuestos mediante aumentos de tarifas. "Hace falta una estrategia de
reconstitución de la confianza, amparada en la transparencia, la coherencia
y la previsibilidad, en particular la previsibilidad jurídica", agregó.
Llevado a los hechos, Köhler reclama previsibilidad para los acreedores
externos y rechaza medidas como la prórroga a la ley que impide los remates
de los deudores morosos.
Además de sus asesores en comunicación, el número uno del Fondo estuvo
acompañado por el jefe del Departamento para el Hemisferio Occidental, Anoop
Singh, y por el representante permanente del organismo en Argentina, John
Dodsworth. El discurso público dejó lugar a los elogios para el nuevo
gobierno y una postura de supuesta autocrítica. "He venido aquí a escuchar,
también para admitir que el FMI subestimó la recuperación de esta economía",
afirmó.
Sentado a la par de Lavagna, luego dijo que "yo elogié al ministro por su
perseverancia y he mantenido conversaciones muy buenas, especialmente con el
Presidente". A Kirchner le dedicó otros comentarios favorables: "Me
impresionó muy especialmente el Presidente, quien desde ya tiene una visión
de las cosas. Me parece que debería implementar esa visión, que llevará al
país a un fuerte crecimiento y a la cohesión social". Conceptos similares
tuvo para el gobierno de Lula Da Silva, al que puso como ejemplo en varias
oportunidades durante sus reuniones de estos dos días. Lo hizo porque Brasil
aceptó las duras metas fiscales que demandó el Fondo.
La postura del organismo de crédito no ha variado a pesar de sus errores. En
la conferencia de prensa, Köhler recibió varias preguntas para que explicara
esa actitud. Lo que hizo fue reconocer en parte su responsabilidad, pero sin
ocultar que se sentía injustamente atacado. "El FMI tiene razones concretas
para examinar su participación, su enfoque, su política con respecto a la
Argentina, pero no es mi intención tratar de encontrar en nosotros chivos
expiatorios, porque los problemas medulares de la Argentina residen en el
país", remarcó, como había ensayado con Dawson y Baker