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ARGENTINA:Dos modelos económicos compiten en elecciones
- Subject: ARGENTINA:Dos modelos económicos compiten en elecciones
- From: "Nello Margiotta" <animarg at tin.it>
- Date: Sun, 11 May 2003 11:38:20 +0200
http://ipsenespanol.net/interna.asp?idnews=21804 Marcela Valente BUENOS AIRES, 10 may (IPS) - Los dos candidatos a la presidencia de Argentina que competirán en segunda vuelta prometen mantener la estabilidad económica, pero Néstor Kirchner parece más proclive a priorizar la producción y el empleo, y Carlos Menem es más confiable para el sector financiero. "Yo quiero que las cuentas públicas cierren pero con la gente adentro", sintetizó durante su campaña Kirchner, gobernador de Santa Cruz y favorito para ganar los comicios del 18 de este mes por una diferencia de más de 20 por ciento de los votos, según las encuestas. El ex presidente Menem (1989-1999), apela al recuerdo de la bonanza económica en los primeros años de su gestión, y promete beneficios para los empresarios, pero también para los más pobres. Las diferencias entre uno y otro se expresan mejor a través de sus candidatos a ocupar el Ministerio de Economía. Kirchner ya anunció que quiere mantener al actual ministro Roberto Lavagna, quien asumió hace poco más de un año y logró estabilizar los precios, frenar la devaluación, poner en marcha un plan de subsidios a jefes de hogar sin empleo, y renegociar la deuda externa desde una posición poco flexible. Tras varios meses en los que pareció que Argentina entraría en cesación de pagos con los organismos multilaterales de crédito, Lavagna consiguió el aval del Fondo Monetario Internacional (FMI) para suspender el pago de vencimientos hasta fines de agosto, de manera de permitir una incipiente recuperación de la economía. El producto interno bruto cayó 11 por ciento en 2002, y el FMI prevé que este año aumentará cuatro por ciento, corrigiendo un pronóstico anterior de sólo uno por ciento. La deuda externa pública argentina asciende a 142.000 millones de dólares, de los cuales 60.000 millones se adeudan a tenedores de bonos privados que no cobran desde diciembre de 2001, a la espera de una renegociación. Este año, el próximo gobierno deberá negociar con esos acreedores y cancelar 6.000 millones de dólares de deuda pendiente con los organismos multilaterales de crédito. Lavagna quiere priorizar el mercado interno, aprovechar la devaluación para sustituir importaciones, promover un plan de obras públicas para generar empleo, consolidar la banca pública, por encima de la privada, fortalecer el Mercosur y negociar una fuerte quita de la deuda externa con los acreedores privados y un periodo de gracia para pagar a los organismos internacionales. "Para sorpresa de todo el mundo, incluso para mí, Argentina ha vuelto a crecer sin caer en la hiperinflación", admitió este mes la subdirectora del FMI, Anne Krueger, principal opositora a acordar una renegociación de los plazos de pago de la deuda argentina durante los primeros meses de gestión de Lavagna. "La economía argentina está remarcablemente estabilizada", reconoció. Pero Krueger señaló que resta mucho por hacer, incluyendo la renegociación de deuda externa con acreedores privados y organismos internacionales, una reestructuración del sistema bancario y una postergada actualización de las tarifas de las empresas privatizadas. En los mercados financieros se considera a Menem el candidato ideal para realizar esas tareas pendientes. El ex presidente anunció que su candidato a ministro de Economía es Carlos Melconián, un economista considerado confiable en el sector financiero. "El mercado no es menemista, pero percibe que las negociaciones de la deuda externa con un gobierno de Kirchner serían más duras que con uno de Menem, y por eso nos hubiera gustado que el ex presidente se asegurara la victoria en primera vuelta", admitió desde Nueva York Pablo Goldberg, de la firma consultora sobre inversiones Merrill Lynch. Esa declaración coincidió con los resultados de una encuesta que realizó la consultora Graciela Romer entre "líderes de opinión del sector empresario". Cincuenta y ocho por ciento de los consultados votaron en la primera vuelta al centroderechista Ricardo López Murphy, quien se ubicó tercero en los comicios, 17 por ciento prefirieron a Menem, y sólo siete por ciento a Kirchner. Con López Murphy fuera de la competencia, 48 por ciento de los entrevistados anunciaron su decisión de votar a Menem en la segunda vuelta, y 42 por ciento expresaron preferencia por Kirchner. Las encuestas que buscan reflejar opiniones del conjunto de la población registran mayoría para que Lavagna se mantenga en su cargo, aunque el desempleo aún afecta a 17,4 por ciento de la población economicamente activa, y la pobreza afecta a una proporción sin precedentes de 54 por ciento de la población. Cuarenta y dos por ciento de los consultados por la encuestadora Equis dijeron desea que el actual ministro siga en su puesto con Kirchner. Melconián reconoce la necesidad de aumentar las tarifas de servicios públicos, como reclaman las dueños de las empresas privatizadas, y está dispuesto a lograr superávit fiscal suficiente para cumplir los pagos previstos de deuda externa. Pero Menem debió dejar a un costado a otro referente económico de su equipo, Pablo Rojo, quien prometía reducir o eliminar impuestos a las empresas y a los exportadores, y al mismo tiempo garantizar el pago de la deuda externa con superávit fiscal. Melconián recomienda una política de fuerte impulso a las exportaciones, sugiere mantener la libre flotación actual de la cotización del dólar, y sólo prevé reducir impuestos en la medida en que eso no afecte el logro de un superávit sufiente para cumplir con los compromisos externos. El economista Claudio Lozano, de la Central de Trabajadores Argentinos, dijo a IPS que Menem cambió sus propuestas de la primera vuelta porque necesita expresar a las nuevas fracciones del poder económico en Argentina, después de la profunda crisis que se aceleró a fines de 2001. La paridad forzosa del peso y el dólar, establecida por el gobierno de Menem y mantenida durante una década, correspondió a un periodo en que abundaba el financiamiento externo, y en el cual las empresas que adquirieron empresas de servicios públicos hicieron fuertes inversiones en el país, apelando a una banca que también creció considerablemente, explicó. "En esa época, la deuda se pagaba con nueva deuda, pero ahora, devaluación mediante, para pagar los compromisos en un momento en que no abunda el financiamiento proveniente del exterior, y en que los bancos están en crisis, se requiere un aumento de la producción y de las exportaciones para obtener superávit", señaló Lozano. "Ante este cambio en el esquema de poder económico, Menem, que siempre buscó ser fiel expresión de ese poder, se dio cuenta de que no hay condiciones para reeditar aquel modelo de los 90, y por eso ahora sus propuestas aceptan como un hecho la devaluación, los impuestos a la exportación y la necesidad de obtener un superávit fiscal", opinó el economista. Según Lozano, para salir de la encrucijada, Argentina necesita "desconocer la agenda de prioridades que plantea el FMI", y si no lo hace estará " condenada a un crecimiento moderado y lento como el que se registra actualmente, del que se obtiene un superávit comercial apenas suficiente como para pagar la deuda externa". "Si Kirchner y Lavagna, en lugar de profundizar un esquema de mayor producción y empleo, siguen esta estrategia de crecimiento moderado, entonces el único ingreso disponible irá a pagar los compromisos externos y seguirán pendientes la creación de empleo, el impulso a la producción y la distribución de la riqueza que ambos propician en su campaña", advirtió
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