Intelectuales critican políticas de Washington y La Habana



Chomsky, Said y Zinn, entre los firmantes
Intelectuales critican políticas de Washington y La Habana
Un grupo de intelectuales se pronunció so-bre los recientes sucesos en Cuba,
entre ellos Noam Chomsky, Edward Said y Ho-ward Zinn. A continuación el
texto:
"Los abajo firmantes protestamos enérgicamente contra la actual ola de
represión en Cuba. Condenamos los arrestos de decenas de opositores al
gobierno cubano a causa de sus actividades políticas no violentas, así como
las escandalosamente largas condenas de prisión -algunas hasta de 28 años-
que se les impusieron a raíz de procesos injustos. Según Amnistía
Internacional, entre los detenidos figuran periodistas, propietarios de
bibliotecas privadas y miembros de partidos políticos de oposición
considerados ilegales. Condenamos asimismo el juicio y ejecución de tres
presuntos se-cuestradores en el lapso de una semana, tanto por la falta de
los procedimientos debidos como porque por principio nos oponemos a la pena
capital.
"Como opositores a la guerra y defensores de la justicia y los derechos
humanos, condenamos el régimen brutal de Saddam Hussein y nos oponemos a la
ocupación estadunidense de Irak. Propugnamos las libertades civiles y los
derechos democráticos en todos los países, con independencia de su régimen
económico, político o social. Consideramos un imperativo ser consistente en
oponerse a la represión dondequiera que ocurra, sea en Irak o en
Saudiarabia, en Israel o en Cuba, en Turquía o en Estados Unidos. El cambio
democrático en Cuba debe ser llevado a cabo por el pueblo cubano. Las
violaciones a los derechos de-mocráticos que comete el gobierno cubano no
justifican las sanciones o cualquier otra forma de intervención de Estados
Unidos en Cuba. El gobierno de Washington -que emplea la retórica de los
derechos humanos cuando conviene a sus objetivos imperiales, pero mantiene
un discreto silencio o realiza protestas meramente simbólicas cuando se
trata de sus aliados, y que otorga total respaldo a la práctica bárbara de
la pena de muerte, aplicada como cosa de rutina en territorio estadunidense-
no está en posición de predicar la democracia y los derechos humanos.
"Asimismo evocamos el largo y criminal historial de las intervenciones
estadunidenses en América Latina. Ha comprendido seis décadas de explotación
y control imperial de Cuba, seguidas por un intento de invasión y una
campaña de terrorismo in-ternacional y guerra económica que ha quedado
plenamente documentada. Sólo un gobierno que repudiara este historial, que
renunciara a toda intención de restaurar su dominio económico o político
sobre Cuba, ya fuera por sí mismo o por medio de sus comparsas
cubano-estadunidenses de la extrema derecha, y que prometiera respetar la
voluntad democrática del pueblo cubano en sí mismo, tendría legitimidad
moral para convocar al cambio democrático en Cuba.
"En momentos en que el gobierno de George Bush, aún más ensoberbecido por su
victoria militar en Irak, amenaza con lanzar guerras de prevención por todo
el planeta, reafirmamos nuestro apoyo al derecho de Cuba a la
autodeterminación, y nuestra enérgica oposición a la política estadunidense
de sanciones económicas que tanto sufrimiento ha causado al pueblo cubano.
"Al mismo tiempo, estamos por la democracia en Cuba. El encarcelamiento de
personas por intentar ejercer sus derechos de libertad de expresión es
escandaloso e inaceptable. Llamamos al gobierno de Fidel Castro a liberar a
todos los presos políticos y dejar que el pueblo cubano hable, escriba y se
organice con libertad".
Firman: Michael Albert, Stanley Aronowitz, Eileen Boris, Robert Brenner,
Noam Chomsky, Joshua Cohen, Mike Davis, Haroldo Dilla, Manuela Dobos, Ariel
Dorfman, Barbara Ehrenreich, Samuel Farber, Janeane Garofalo, Barbara
Garson, Adam Hochschild, Doug Ireland, Naomi Klein, Jesse Lemisch, Rabbi
Michael Lerner, Nelson Lichtenstein, Grace Paley, Katha Pollitt, Edward
Said, Ellen Schrecker, Stephen Shalom, Adam Shatz, Immanuel Wallerstein,
James Weinstein, Naomi Weisstein, Cornel West, Reginald Wilson, y Howard
Zinn.
Traducción: Jorge Anaya