ECUADOR-COLOMBIA:Quito no declara terroristas a las FARC




Kintto Lucas

QUITO, 7 mar (IPS) - El gobierno de Ecuador no declarará terroristas a los
grupos armados ilegales de izquierda y de derecha que actúan en Colombia
para no intervenir en la guerra civil de ese país, dijo este viernes a IPS
la ministra de Relaciones Exteriores, Nina Pacari.
Pacari estimó que declarar terroristas a las rebeldes e izquierdistas FARC
(Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), como propuso la embajadora
estadounidense en Ecuador Kristie Kenney, sería tomar partido por una de las
partes y eliminaría la posibilidad de que Ecuador participe como facilitador
en un proceso de paz.

"Hacer declaraciones en ese sentido significaría una forma de intervención,
por lo tanto no estamos de acuerdo en poner calificativos a quienes
participan en el conflicto colombiano", afirmó Pacari.

La canciller ecuatoriana explicó que su gobierno solicitó al secretario
general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Kofi Annan, que
convoque a las partes en conflicto a y buscar una salida política pacífica.

"Nuestro gobierno se ofreció, si fuera necesario, como facilitador de esos
posibles diálogos", arguyó Pacari.

La embajadora Kenney había señalado esta semana que era necesario declarar "
terroristas" a las FARC.

La semana pasada, fuentes militares que prefirieron mantenerse en el
anonimato adelantaron a IPS que Ecuador no declararía terroristas a los
grupos insurgentes colombianos porque sería "intervenir de forma indirecta
en el conflicto" de ese país, algo a lo que "las Fuerzas Armadas
ecuatorianas no están dispuestas".

El gobierno colombiano lanzó una ofensiva diplomática para lograr que las
naciones de América Latina declaren terroristas a las FARC, a las que acusa
de atentados que causaron el mes pasado medio centenar de muertos, la
mayoría civiles.

Los presidentes de América Central apoyaron de inmediato esa posición de
Bogotá en una cumbre realizada en Panamá, pero cartas enviadas por el
presidente colombiano Alvaro Uribe a sus pares andinos no obtuvieron el
mismo eco.

Uribe debió darse por satisfecho con una declaración unánime de condena al
terrorismo de la Organización de Estados Americanos que consideró "
satisfactoria", ante la falta de respuestas individuales de los gobiernos de
la subregión.

Tampoco Brasil se mostró proclive a una declaración semejante, lo cual creó
tensiones entre Bogotá y Brasilia.

El jefe del ejército de Ecuador, Octavio Romero, explicó que la decisión
está en manos del gobierno, y que las Fuerzas Armadas no adoptarán
calificativo alguno para los grupos insurgentes colombianos de izquierda y
de derecha.

Romero ordenó reforzar los destacamentos militares y los patrullajes en los
límites con Colombia para prevenir incursiones de grupos armados "porque en
cualquier lugar (de la frontera) podemos sufrir anomalías".

"Los grupos que realizan acciones terroristas deben ser declarados como
terroristas", sostuvo a fines de febrero la alta consejera del presidente
colombiano Alvaro Uribe y directora del Plan Colombia, Sandra Suárez, de
visita en Ecuador.

Con todo, Suárez aseguró que su viaje no era para presionar a Quito en ese
sentido, sino "para explicar en qué consiste el Plan Colombia", de combate
al narcotráfico y financiado por el gobierno de Estados Unidos.

"Nosotros no vemos al Plan Colombia como un problema sino como una solución.
Este plan tiene un 50 por ciento de programas de inversión social y el 50
por ciento de iniciativas contra el narcotráfico", arguyó la funcionaria
colombiana.

Sin embargo, aclaró que su visita "no apunta a lograr una mayor
participación del Ecuador en el Plan Colombia".

La renuencia de los militares ecuatorianos a calificar como "terroristas" a
las guerrillas izquierdistas y los paramilitares de derecha que actúan en
Colombia fue respaldada por el coronel retirado Jorge Brito, uno de los
líderes del levantamiento del 21 de enero de 2000 -que condujo a la caída
del ex presidente Jamil Mahuad-, y del que también participó el actual
mandatario Lucio Gutiérrez.

Brito, quien tomó parte de la guerra contra Perú de 1995, explicó que una
declaración semejante sobre las FARC, sería colocarse del lado del gobierno
colombiano, lo que significaría tomar partido por una de las fuerzas en
conflicto.

De acuerdo al coronel retirado, el respaldo de Gutiérrez a su par
colombiano, el derechista Uribe, formulado a mediados de este mes durante
una visita a Washington, "era contraproducente para asumir una posición
neutral".

Según la fuente consultada por IPS, las declaraciones de Gutiérrez sólo
apuntaban a reafirmar la necesidad de ayudar a Uribe y las partes en
conflicto a hallar una salida pacífica.

"No se entendieron en todo su sentido las palabras del presidente, quien
como militar sabe que la mayoría de quienes integramos las Fuerzas Armadas
no estamos de acuerdo en involucrarnos en un conflicto ajeno", arguyó.

"Es muy diferente el conflicto con Perú, en el que defendíamos nuestra
soberanía", alegó en referencia a la guerra contra el país vecino por la
demarcación fronteriza de la cordillera del Cóndor.

Poco antes, en un acto ante la marina, el propio Gutiérrez se encargó de
aclarar que sus palabras habían sido mal interpretadas.

"Ecuador no se va involucrar en el conflicto colombiano", dijo Gutiérrez.

La guerra civil en el país vecino "lleva más de 30 años y Ecuador no se ha
involucrado" en ella. "Hay claridad en las Fuerzas Armadas ecuatorianas que
no deben ni pueden involucrarse", abundó Brito.

A su juicio, el Plan Colombia está dirigido a combatir a la guerrilla y
desde el comienzo de su aplicación en 2000 sólo ha servido para profundizar
la guerra.

El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Oswaldo Jarrín, explicó
a fines de febrero que la fuerza aérea utilizará la occidental base de Manta
como "punto de partida de las operaciones" de protección a la frontera
norte.

Según Jarrín, Manta es estratégica para la seguridad interna del país, razón
por la cual un número no precisado de aviones se movilizará a esa base
aérea.

Sin embargo, desde 1999, 80 por ciento de las instalaciones de la base esta
en manos de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos para el combate al
narcotráfico.

Jarrín dijo que "en las próximas semanas se aplicará un plan operativo
conjunto, entre las fuerzas naval y aérea, para dar seguridad interna ante
la posible incursión de irregulares armados o de narcotraficantes".

El comandante de la parte ecuatoriana de Manta, coronel William Orellana, no
quiso revelar detalles del plan operativo.

Consultado sobre dónde serán ubicadas las naves de la marina ecuatoriana,
Orellana respondió que sería necesario "hacer un espacio", justificando
que "las Fuerzas Armadas quieren demostrar que la base está bajo control
nacional, y no estadounidense".

Por su parte, la funcionaria colombiana Suárez señaló que Bogotá también
reforzaría militarmente la frontera con Ecuador, donde actúan grupos
insurgentes, porque "no va a descansar en el esfuerzo de conseguir un mayor
control territorial" de su país