Chile: Berríos y la mano del DINE



Arnaldo Pérez Guerra
El Siglo / La Insignia. Chile, febrero del 2003.
El 31 de enero, la Corte Suprema nombró un ministro en visita para
investigar el asesinato del ex agente de la DINA, Eugenio Berríos Sagredo,
ocurrido en Uruguay en 1992. Alejandro Madrid deberá asumir la causa que
sustanciaba la jueza del Sexto Juzgado, Olga Pérez, quien logró procesar a
seis oficiales de Ejército como autores materiales del crimen.

Según consta en la investigación, la huída de Chile del químico de la DINA
fue planeada y ejecutada por el Ejército para evitar que declarara ante el
ministro Alfonso Bañados que investigaba el asesinato del ex canciller de la
Unidad Popular Orlando Letelier. Se sabe que el 26 de octubre de 1991,
Berríos fue trasladado a Punta Arenas y desde allí a Buenos Aires, donde
quedó en manos del mayor (r) Andrés Silva Valdés, que finalmente lo trasladó
a Uruguay. Se comprueba algo ya sabido: el Ejército obstruyó la justicia
para "evitar" que Berríos declarara, además de la participación
institucional en el secuestro y asesinato del ex agente.

En noviembre de 1992, Berríos intentó escapar de sus custodios desde la
localidad de Parque del Plata, a 50 kilómetros de Montevideo. Se sintió
secuestrado y completamente desprotegido, en vano intentó comunicarse con el
consulado. Silva Valdés se encargó de capturarlo, junto al mayor Jaime
Torres Gacitúa. El asesinato fue ejecutado por Andrés Silva Valdés -ex jefe
de seguridad de Augusto Pinochet y de Agustín Edwards Eatsman, procesado
como encubridor del asesinato de Tucapel Jiménez- y el teniente uruguayo
Eduardo Radaelli, bajo la mirada de Torres Gacitúa. Una muestra palpable de
que las garras de la "Operación Cóndor" se mantenían, al menos, hasta
principios de 1990.

La jueza Olga Pérez procesó a Silva Valdés y al capitán (r) Torres Gacitúa,
además del general (r) Hernán Ramírez Rurange -ex jefe del DINE, también
implicado en el asesinato de Tucapel Jiménez-, Pablo Rodríguez Márquez y
Raúl Lillo Gutiérrez, y como encubridor al general (r) Eugenio Cobarrubias,
quien reemplazó a Ramírez Rurange en la dirección del DINE. Múltiples
diligencia buscaron antecedentes, en Chile, Argentina y Uruguay, incluyendo
"entradas y salidas de oficiales del Ejército".

Berríos, ex miembro de Patria y Libertad, fue reclutado por la DINA en 1974
para elaborar gas sarín junto a Francisco Oyarzún Sjoberg. El laboratorio de
la DINA (Centro Quetropillán), funcionó en la casa de Michael Townley y
Mariana Callejas ubicada en Vía Naranja, Lo Curro. El neurotóxico
desarrollado por los nazis, simula los efectos de un infarto al miocardio.
La DINA lo "experimentó", a fines de 1975, asesinando a Renato León y a uno
de los suyos, el ex agente Manuel Leyton. Eugenio "Hermes" Berríos trabajó
en el "Proyecto Andrea" que consistió en elaborar ese gas y otros como armas
estratégicas del Ejército, para lo cual la DINA creó una empresa de
pantalla: Prosín Ltda. Cuando la DINA fue disuelta, Pinochet encomendó a
Manuel Contreras continuar el proyecto. En abril de 1978, Contreras
supervisaba, al menos, dos laboratorios. Existen indicios de que Berríos
participó en proyectos de fabricación de cohetes con cabezas químicas e
integró delegaciones que negociaron la venta de armamento. También se
investiga su participación en la muerte de Eduardo Frei.

El DINE "escondió" a Berríos primero en Iquique, y lo sacó a Buenos Aires
bajo la identidad de "Hernán Tulio Paredes Orellana". Sus "custodios"
también operaban con documentos falsos. Su cuerpo apareció, en abril de
1995, en El Pinar, cerca de Montevideo, con orificios de 9 mm. en el cráneo.
Entre los oficiales uruguayos involucrados está Tomás Casella, Héctor Lluis,
Ramón Rivas y el general Mario Aguerrondo -jefe de inteligencia militar,
agregado de la embajada de Uruguay en Washington, en 1996-, entre otros.

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Nello

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