COLOMBIA:Gobierno avanza en oferta de paz a paramilitares





Yadira Ferrer

BOGOTA, 7 ene (IPS) - El gobierno de Colombia definió la propuesta tentativa
para lograr la desmovilización de los paramilitares de derecha, una
negociación que aleja cualquier intento de diálogo con las guerrillas
izquierdistas según expertos.

La comisión especial conformada por el presidente Alvaro Uribe para tratar
de encausar el diálogo con las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia
(AUC) avanza en la exploración de los puntos a abordar en la primera reunión
formal, posiblemente el 20 de este mes, en un proceso sembrado de
obstáculos.

El grupo, encabezado por el Alto Comisionado para la Paz, Luis Restrepo, e
integrado por cinco delegados de asociaciones sociales y empresariales, ya
tiene un cronograma que contempla la desmovilización en un año de los 10.000
miembros de las AUC, dijo a IPS una fuente del gobierno que pidió no ser
identificada.

También señaló que la comisión buscará como primer paso que las AUC
mantengan el cese del fuego, anunciado el 1 de diciembre como muestra de su
voluntad de paz, y que abandonen el robo de combustibles y el narcotráfico,
las dos formas de financiar su lucha contra las guerrillas y las fuerzas
gubernamentales.

Los contactos con los jefes paramilitares se realizarán en una mesa de
trabajo a instalarse en un lugar sobre el que las dos partes mantienen total
confidencialidad.

Uribe recalcó en su mensaje de comienzos de año que el propósito de su
gobierno es "devolverle a los colombianos la paz y la tranquilidad", ya sea
mediante el diálogo o ejerciendo su autoridad.

Agregó que privilegia el diálogo si existe real voluntad al respecto en las
organizaciones irregulares, pero en caso contrario convocará "al pueblo
colombiano a persistir hasta que derrotemos al último de los violentos para
devolverle la ilusión a esta nación".

El gobierno del derechista Uribe se inició el 7 de agosto, seis meses
después de que su antecesor, Andrés Pastrana (1998-2002), diera por
finalizado el frustrado diálogo de paz de más de tres años con las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la más importante organización
guerrillera del país.

Precisamente, ese intento gubernamental de diálogo con las AUC supone
desechar toda posibilidad de reanudar un proceso en ese mismo sentido con
las guerrillas izquierdistas, según analistas.

"El gobierno debe tener claro que poner a los 'paras' (paramilitares) a la
cabeza de una posible negociación implica alejar a la guerrilla. Jamás una
guerrilla colombiana entrará a negociar a la zaga de los paramilitares",
aseguró en su editorial del 29 de diciembre el semanario El Espectador.

Uribe mantiene su planteo de única mediación posible con las FARC a través
de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), posición que no es aceptada
bajo ningún concepto por esta organización insurgente, que mantiene entre
15.000 y 20.000 miembros en acción.

Las FARC explican que una intervención de la ONU implicaría de hecho restar
responsablidad en el conflicto al propio gobierno.

A su vez, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda fuerza
insurgente del país, suspendió los contactos que sostenía en Cuba con el
gobierno, los cuales se habían iniciado durante la administración de
Pastrana.

En cambio, el ELN, con cerca de 4.500 hombres armados, participó a fines de
diciembre junto con las FARC en combates contra los paramilitares en Cerro
Azul, en el norte de Colombia, que dejaron como saldo unos 60 muertos de
ambos bandos.

Mientras, las AUC también emitieron un mensaje de fin de año, en el cual
señalan que la conformación de la comisión es una muestra de la "buena
disposición (del gobierno) para dialogar con todos los actores del conflicto
político, sin exclusiones".

Ese paso dado por Uribe es una respuesta a la "declaración de paz de las AUC
del 29 de noviembre", cuando anunciaron un cese del fuego por tiempo
indefinido, añadió el comunicado firmado por la dirección de los
paramilitares, Carlos Castaño, Salvatore Mancuso y José Castaño.

Las AUC aseguraron que la comisión del gobierno cuenta con su apoyo para
iniciar el diálogo.

Sin embargo, observadores advirtieron que, pese a la buena disposición de
las dos partes, el proceso nace con más interrogantes que certezas.

El desarme, la desmovilización, la erradicación de cultivos ilícitos y el
control territorial por parte del Estado en las zonas de influencia
paramilitar serían los objetivos iniciales del gobierno es una posible
negociación, comentó a IPS el analista político Luis Valencia.

De alguna manera, la negociación con los paramilitares se cruzará con la
solicitud de extradición a Estados Unidos que pesa sobre dos de sus
principales jefes, Castaño y Mancuso, para juzgarlos por el delito de
narcotráfico, precisó Valencia.

Para la directora de la Red de Iniciativas por la Paz, Ana Bernal, los
paramilitares son parte del conflicto armado interno y como tales deben ser
llamados también al diálogo de paz.

La experiencia internacional demuestra que dejar de lado a este tipo de
actores en una negociación termina por frustrar los demás acuerdos de paz,
apuntó Bernal, que dirige la red integrada por activistas y casi 50
organizaciones no gubernamentales que apoyan la solución negociada a la
guerra civil colombiana.

Pero aclaró que, indudablemente, el manejo del proceso de diálogo con las
AUC tiene que ser diferente al que se da con otras organizaciones armadas
que tienen reconocimiento político.

Los grupos paramilitares surgieron en la década del 70 en las zonas rurales,
apoyados por grandes hacendados y por el propio ejército para enfrentar a la
guerrilla, pero fueron declaradas ilegales en 1989 por sus vínculos con el
narcotráfico y los asesinatos a sindicalistas y activistas humanitarios.

Otros analistas entienden que este proceso de diálogo iniciado por el
gobierno no será aceptado de buen agrado por la Unión Europea, debido a los
crímenes contra la humanidad que se le atribuyen a los paramilitares de
derecha.

Organizaciones humanitarias y la policía colombiana responsabilizan a las
AUC de 80 por ciento de las masacres perpetradas en el país.

Los expertos también se preguntan, por ejemplo, si un acuerdo con las AUC
implica el indulto para sus jefes, si esos efectivos una vez desmovilizados
se integrarán a las fuerzas regulares y si los que cargan con pedidos de
extradición de Estados Unidos podrán escabullirse amparados en un eventual
acuerdo de paz (FIN/2003)



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Nello

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