Messico: Chiapas:Guerra de Baja Intensidad.



 Samuel Jiménez M

La guerra con militares que atacan y defienden posiciones, que
utilizan armamento, estrategias y tácticas, es un tipo, hay más, como
es por ejemplo el concepto de Guerra de Baja Intensidad. Los brazos
armados de este tipo de guerra, son sus servicios de inteligencia y el
uso de conocimientos y técnicas propias de la sicología social.

Aquí las acciones y los combates adquieren otros nombres como procesos
de corrupción, divisionismo, infiltración, desmoronamiento de las
confianzas y la lealtad.

El objetivo es romper la estabilidad de los movimientos sociales y de
sus estructuras en su base, de manera que el edificio institucional e
ideológico en construcción se desplome hacia dentro.

Chiapas, en el sudeste mexicano, con el Subcomandante Marco, han
logrado, desde 1994, sobrevivir como un proceso de reivindicación de
campesinos y pueblos originarios.

Medidas económicas, creación de Ong aparentemente amigables, políticas
sociales destinadas a mejorar las condiciones de vida, y procesos de
militarización de sus territorios, no han logrado derrotar la
experiencia de Chiapas.

Este proceso, que se constituyo en victoria popular hace ahora 9 años,
ha servido al mismo tiempo para incentivar la lucha de los pueblos
originarios y campesinos del continente.

Bolivia, Perú, Ecuador, y Chile, con los procesos de la nación
mapuche, especialmente, ofrecen un duro desafío a los intereses
dominantes, caracterizados por las líneas de acción impuestas por la
primera potencia financiera y militar, por medio de organismos como el
FMI o el Banco Mundial.

En este tipo de guerra, el narcotráfico, la creación de modelos
atractivos y alternativos de última generación que permitan distraer
la atención y la unidad de los movimientos emergentes, el uso de los
medios de comunicación como armas especializadas en la construcción de
opinión publica y en la demolición de los nuevos liderazgos, con las
ya conocidas descalificaciones de locura o "desviación sexual", son
parte de la lucha que podemos ver y constatar si tenemos al menos la
intención de ver.

El desprestigio de los partidos políticos, de las agrupaciones
sindicales, parecen ser algunas de las victorias obtenidas por quienes
conducen en el continente la Guerra de Baja Intensidad.

La importancia de Chiapas, de su ejercito popular, su lucha y su líder
el Subcomandante Marco, va más allá de su territorio, y compromete la
esperanza de esas grandes mayorías, que debaten en un contexto de
miseria, su derecho a vivir con dignidad y libertad.

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Nello

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