Administración de Bush presiona para "Cambio de Régimen" en Venezuela



Center for Economic and Political Research, 12 de Diciembre de 2002
Mark Weisbrot

Knight Ridder/Tribune Information Services - December 2, 2002

Providence Journal (Providence, RI) - December 5, 2002

Son las 10 de la noche - ¿Sabes que está haciendo tu gobierno?. Parecería
que la Administración de Bush no solo quiere el "cambio de régimen" en Irak.
Aparentemente, el gobierno estadounidense ha decidido que el Presidente
Chávez de Venezuela también debe irse, sea como sea.

Es verdad, Saddam Hussein es un tirano brutal que ha invadido y amenazado a
sus países vecinos - mientras que Hugo Chávez fue elegido democráticamente,
no ha mostrado ninguna mala voluntad a sus vecinos, y tolera un bombardeo
constante de propaganda virulenta y odiosa difundida por los grandes medios
venezolanos en contra de su presidencia.

Pero estas diferencias pueden desdibujarse, porque ambos han ofendido al
gobierno estadounidense, y ambos controlan una cantidad importante de
petróleo. Por lo tanto, se puede perdonar a la mayoría de los
estadounidenses por tener la misma impresión que los dos lideres, debido a
lo que escuchan en los medios. Una editorial reciente en el Washington Post
se refería al gobierno de Chávez como "una dictadura".

Esta semana la principal agrupación empresarial FEDECÁMARAS, apoyada por
algunos líderes sindicalistas, convocó otra vez a un paro general en contra
del gobierno de Chávez. Aparentemente, buscan el mismo escenario que llevó
al golpe de estado del 11 de abril pasado.

En nuestra cultura política amnésica, medio año puede ser una eternidad; más
tiempo del que se necesitaría para re-escribir la historia y hacer borrón y
cuenta nueva. Sin embargo, fue hace seis meses, el 11 de abril, cuando las
fuerzas opositoras derrocaron al gobierno democráticamente electo de
Venezuela. Instalaron al líder de la FEDECÁMARAS como presidente y
disolvieron la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia, la
Fiscalía General de la República, la Contraloría General, la Defensoría del
Pueblo y a los Gobernadores de las entidades federales democrática y
legítimamente electos.

Al principio, la administración de Bush apoyó al golpe, retractándose al día
siguiente cuando los otros países de América no siguieron sus pasos al
desconocer al gobierno ilegal. Y por su puesto que los funcionarios negaron
haber tenido rol alguno en el golpe.

Hay un cúmulo de evidencias que permiten sostener lo contrario, y que
indican que tuvieron mucho que ver con el golpe. Hubo múltiples reuniones
entre funcionarios de la administración de Bush y los golpistas en los meses
anteriores al golpe. También sabemos que la oposición recibió dinero del
gobierno estadounidense.

Pero más importante aún es el ánimo y apoyo político que da Washington. Los
que están intentando derrocar al gobierno venezolano en este preciso
instante saben que el gobierno de los Estados Unidos hará todo lo posible
para apoyar cualquier dictadura que resulte. Saben esto porque ni la Casa
Blanca ni el Departamento de Estado han indicado que un golpe resultaría en
sanciones diplomáticas o comerciales en contra de un gobierno ilegal.

Sería un muy fácil para la Administración Bush emitir tal comunicación. Pero
aún con las movilizaciones recientes del 21 de octubre y del 2 de Diciembre,
con rumores de atentados golpistas por todas partes, nuestros oficiales han
mantenido un silencio revelador, y han evitado decir cualquier cosa que
desaliente a la oposición violenta.

Los EE.UU. también apoyan la demanda de la oposición de tener elecciones
anticipadas. Aunque la constitución venezolana prevé un Referéndum
Revocatorio en la mitad del mandato presidencial, la oposición no quiere
esperar hasta Agosto.

Hay dos razones para su impaciencia:

Primero, la economía está en plena recesión ahora, pero podría recuperarse
antes de agosto. La economía venezolana recibiría una reactivación
importante con el aumento en los precios de petróleo que probablemente
resultaría de una guerra con Irak. Segundo, la recesión se ha prolongado y
profundizado porque los inversionistas están efectivamente en paro en contra
del gobierno, sacando dinero del país y reteniendo inversiones, apostando a
la esperanza de un nuevo presidente. Como cualquier paro, no puede
continuarse indefinidamente.

Por su puesto que no tiene tanto sentido que Chávez llame a elecciones
anticipadas como si el Presidente Reagan lo hubiera hecho en 1983, cuando -
debido a una recesión y a la alta tasa de desempleo - "sólo" tenía el apoyo
del 35% de la población en las encuestas.

Pero la prensa estadounidense - junto con la administración de Bush - piensa
que esto sea una demanda perfectamente razonable.

Una retractación publicada en el Chicago Tribune el 20 de abril recibió poca
atención pública, pero resume el prejuicio extremo que tienen nuestras
organizaciones mediáticas en contra del presidente de Venezuela: "Un
editorial este día erróneamente dijo que el presidente venezolano Hugo
Chávez había elogiado a Osama bin Laden. El Tribune lamenta este error."

¡Menos mal!

El escritor es co-director del Centro de Investigación Económica y Política
(CEPR) en Washington, D.C.


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Nello

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