ARGENTINA:Tardío ataque oficial contra el hambre




Marcela Valente

BUENOS AIRES, 25 nov (IPS) - El gobierno de Argentina lanzó este lunes un
plan contra el hambre en la noroccidental provincia de Tucumán para atacar
un foco de desnutrición aguda, que atrajo la atención de la prensa, pero
médicos y grupos sociales aseguran que la pobreza extrema lleva allí muchos
años.

El denominado "Operativo Rescate", que incluye el despliegue de 1.500
médicos, enfermeros, asistentes sociales, voluntarios y militares, un
hospital móvil, cocinas de campaña, alimentos, ambulancias y helicópteros,
aterrizó en Tucumán, que se convirtió en los últimos días en el epicentro
del drama social argentino.

Sin embargo, la pobreza y la indigencia cubren todo el país y no están
concentradas sólo en provincias alejadas de Buenos Aires, según expertos y
organizaciones no gubernamentales, que responsabilizan del problema a los
sucesivos gobiernos y a gran parte de la dirigencia política.

A pesar de que Argentina produce alimentos como para saciar dos veces las
necesidades de sus 37 millones de habitantes, las estadísticas indican que
52 por ciento de esa población es pobre y 20 por ciento de ellos son
indigentes.

Datos del Ministerio de Salud indican que en Tucumán mueren al año por
desnutrición 25 de cada 1.000 niños y niñas, una proporción que es nueve
veces superior al promedio nacional. Es que 80 por ciento de los menores de
14 años que residen en la capital de esa provincia y en sus alrededores son
pobres.

Pero los fríos datos no conmueven como las imágenes, admitió este lunes el
ministro de Salud, Ginez González García, en referencia a la proliferación
de informes periodísticos que poblaron las pantallas de la televisión
argentina en los últimos 10 días.

La mirada triste de niños raquíticos, los testimonios de médicos y
familiares y la muerte por hambre de menores con nombre y apellido en
Tucumán causaron honda conmoción en la sociedad al paso de los detallados
envíos de los cronistas.

Un caso impactante fue el de María Rosa Gómez, de 10 años, quien pesaba
nueve kilogramos cuando murió. Dos de sus cuatro hermanos, todos menores que
ella, debieron quedar hospitalizados ante la aguda desnutrición que también
presentaban.

La familia Gómez es un típico caso en el que la pobreza se arrastra por
varias generaciones y causa, inclusive, daños neurológicos en los recién
nacidos, como es el caso de tres de sus cinco hijos, dijo a IPS el director
del hospital Pediátrico del Niño Jesús de Tucumán, Lorenzo Marcos.

La madre de esos cuatro niños desnutridos y de la niña fallecida, Mariana
Gómez, tiene apenas 19 años. Cuando IPS intentó contactarla en el hospital
desde Buenos Aires, pidió que respondiesen que no podía hacerlo por no saber
hablar por teléfono.

Marcos explicó que Mariana Gómez no tiene ninguna instrucción, y que no
puede siquiera distinguir los colores por su nombre.

Ante estos casos extremos de hambre y abandono, el gobierno de Eduardo
Duhalde puso en marcha una amplia red de contención social en Tucumán, que
detectará las familias que viven en condiciones de pobreza extrema y ajustar
la ayuda social a las necesidades concretas de la población.

No obstante, los médicos de los hospitales y las organizaciones sociales que
trabajan en la zona aseguran que la marginalidad no es una novedad allí sino
sólo que ahora los casos se agudizaron, la cantidad de niños desnutridos es
mayor y el grado de inanición es más grave y les provoca a muchos la muerte.

El gobernador de Tucumán, Julio Miranda, fue acusado ante la justicia la
semana pasada por cuatro organizaciones no gubernamentales, que además
reclamaron su dimisión.

Miranda, del gobernante Partido Justicialista (peronista), se encontraba en
las afueras de Buenos Aires comprando una lancha para su familia cuando
comenzaron a divulgarse los informes de prensa sobre la muerte de niños por
desnutrición.

El fiscal para la Investigación de Delitos contra la Seguridad Social,
Guillermo Marijuán, fue enviado a Tucumán para verificar las denuncias de
extorsión sexual por parte de funcionarios contra beneficiarias de subsidios
para desempleados.

Asimismo, Marijuán comprobó numerosos casos de desvíos de fondos de ayuda
social que, en lugar de ser destinados a los jefes y jefas de hogar sin
empleo, eran derivados a organizaciones sociales inexistentes para luego ser
distribuidos por funcionarios entre sus allegados partidarios.

La gente en esa provincia está abandonada "a la buena de Dios" y viviendo en
un "total estado de vulnerabilidad", aseguró a IPS Matías Laín, un pediatra
que viajó a Tucumán como voluntario de la Fundación Alma, que visita con el
llamado "tren pediátrico" hasta los pueblos más pobres del país.

Los centros de atención primaria de salud no tienen médicos y está
desabastecidos, no existe la atención odontológica, no se entrega el
desinfectante para las viviendas infestadas por las vinchucas, transmisoras
del mal de Chagas, y hay adultos y niños con desnutrición "moderada y
severa", relató Laín.

"Cuando llega el tren avisamos por radio. El primer día viene gente del
pueblo que es la que está mejor, pero el segundo día comienzan a llegar tras
caminar o montados en caballo por horas, padres con niños en brazos. Esos
son los que están peores", reveló el médico, aún impactado por el viaje
realizado este año a Tucumán.

"El estado de abandono de las personas allí es tal, que no queda ni una luz
de esperanza", pero en los hospitales, donde deben derivar los casos más
graves, tampoco es el paraíso para los enfermos, comentó.

Angel González, jefe del servicio de Pediatría del hospital del Niño Jesús,
trabaja en ese centro desde que era practicante. "Desde entonces, en 1966,
veíamos a niños desnutridos como consecuencia del cierre de 11 ingenios
azucareros en la provincia", precisó este lunes el médico.

González consideró que esta red de contención social, diseñada ahora por el
gobierno de Duhalde, debió ponerse en marcha antes y no después del cierre
de las fuentes de empleo.

El servicio de pediatría detectó que 40 por ciento de los niños internados
tienen graves problemas de desnutrición, parásitos y otras enfermedades de
la indigencia, explicó.

"La desnutrición fue permanente en la provincia desde aquellos años, con sus
altas y bajas, y afectó ya a los abuelos de los niños desnutridos de hoy",
apuntó Gonzlález.

"No es sóolo una enfermedad, un problema del cuerpo, aquí hay una total
pérdida de la dignidad humana", describió.

En el hospital del Niño Jesús se realizan cada día entre 800 y 1.000
consultas, pero son muchos más los que no pueden ni siquiera acercarse al
centro por falta de recursos de todo tipo.

La capacidad del edificio está colmada, con 220 camas y 250 internados. En
ese marco, 30 niños sobreviven apenas alimentados por vía intravenosa y
ubicados en sillones o simplemente en brazos de sus familiares.

No obstante esas carencias, González desconfía de la llegada de una
delegación del gobierno nacional, enviada para contribuir a paliar la
crisis.

"El gobierno trae médicos, enfermeros, el ejército trae hospitales de
campaña, pero nosotros tenemos aquí hospitales cerrados y personal sin
empleo que podría trabajar", señaló.

La comitiva oficial es encabezada por la esposa de Duhalde, Hilda González.
"Cuando la señora se vaya, ¿podrán los niños desnutridos beber agua potable?
¿podrán tener cloacas, una vivienda digna? ¿podrán dejar de comer de los
basurales? Porque, si no es así, no habrá hecho más que proselitismo",
advirtió.

A su juicio, muchos de los problemas de la provincia son de desidia y
corrupción política.

"Aquí hay hambre e indignidad, y los votos se pagan con bolsones de
alimentos. Todo vale un bolsón de comida: un acto proselitista, una
manifestación de apoyo, un voto en cada nueva elección, todo tiene ese
valor", describió González.

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Nello

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