BRASIL:El PT busca ser columna vertebral del país




Mario Osava

RIO DE JANEIRO, 23 oct (IPS) - Las elecciones del próximo domingo en Brasil,
que llevarán casi seguramente a Luiz Inácio Lula da Silva a la presidencia,
son también la oportunidad para la conversión del izquierdista Partido de
los Trabajadores (PT) en eje de la política nacional.

Pero el gobierno de Lula y del PT deberá superar la crisis financiera que va
a heredar de la actual administración, para poner luego en práctica sus
proyectos de crecimiento económico y de combate contra las desigualdades
sociales.

El triunfo de Lula en la segunda y definitiva ronda electoral organizada
para este domingo ha sido anunciado por todas las encuestas. Se trata de un
acontecimiento singular en América Latina, no sólo por tratarse del arribo
al poder de un obrero metalúrgico que sólo ha cursado cuatro años de
enseñanza primaria.

Es también la culminación de un proceso de 22 años de construcción de un
partido, el PT, basado en sectores organizados de la sociedad, especialmente
sindicatos y con sus bastiones en las grandes ciudades.

El PT es hijo del nuevo sindicalismo nacido de la industrialización y de la
acelerada urbanización de Brasil a partir de los años 50, un proceso
impulsado especialmente por el sector automovilístico.

No es casualidad que la ciudad de Sao Bernardo do Campo, el principal centro
de producción de vehículos de Brasil, localizado en la periferia de Sao
Paulo, fuera la cuna tanto del PT como de su contraparte sindical, la
Central Unica de Trabajadores (CUT), dos organizaciones fundadas por Lula.

Lula no presenta, por tanto, similitudes con otros líderes surgidos en
América Latina por fuerza de su carisma o de acciones personales, como el
presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ni procede de partidos tradicionales.

Su ascenso coincide con el crecimiento sostenido del PT, rápido en términos
históricos pero gradual y lento en comparación con movimientos repentinos
que llevaron al poder muchos presidentes en América Latina.

El actual presidente, Fernando Henrique Cardoso, conquistó la presidencia en
1994 y logró la reelección en 1998 debido en especial a la oportunidad que
tuvo, como ministro de Hacienda, de poner en marcha el Plan Real, que puso
fin a tres décadas de alta inflación.

Cardoso no era ni siquiera el principal dirigente de su Partido de la
Socialdemocracia Brasileña (PSDB), fundado seis años antes de su triunfo
electoral por disidentes del Partido del Movimiento Democrático Brasileño
(PMDB).

El PSDB enfrenta ahora la perspectiva de ser "absorbido" por el PT, según el
diputado Antonio Delfim Netto, ex ministro de Hacienda y de Planificación en
los años 70 y 80.

Ese riesgo obedece a que ambos se disputan el mismo espacio de la
socialdemocracia, con ventaja para el PT, que cuenta con base sindical,
explicó Delfim Netto. El PSDB está formado por intelectuales y tecnócratas,
explicó.

Además, el PT logró en la primera ronda electoral, el 6 de este mes, lo que
Lula calificó como "la más grande victoria de un partido de izquierda en
América Latina".

Esa victoria tuvo como aspecto saliente el respaldo a Lula, que llegó a
46,44 por ciento de los votos positivos (no se computan los anulados ni en
blanco), el doble de los sufragios obtenidos por su competidor de este
domingo, el oficialista José Serra.

El PT también fue el partido que obtuvo más diputados nacionales en las
elecciones generales y pasó de los 58 escaños actuales a 91 en el próximo
periodo legislativo, en una cámara integrada por 513 representantes. En
tanto, en el Senado aumentó de ocho a 14 lugares, de los 81 que conforman
esta cámara alta.

El partido de Lula fue también el que conquistó mayor cantidad de
representantes a las asambleas estaduales, al sumar 147, y el único que
tendrá por lo menos un diputado en cada uno de los 27 estados brasileños.
Sus candidatos a gobernadores estaduales también sorprendieron por la
votación superior a la esperada.

El éxito electoral se suma al hecho de ser considerado, en las encuestas, el
partido mejor organizado y más "auténtico" del país, es decir de mayor
cohesión ideológica.

Todo eso abre al PT la posibilidad de convertirse en la referencia básica de
la política brasileña. Desde 1989, cuando Lula y el PT disputaron por
primera vez el gobierno, la preocupación de los sectores conservadores era
la de identificar candidatos en mejores condiciones para derrotarlos.

A esta posible hegemonía del PT contribuye también la escasa solidez de los
grandes partidos brasileños.

El PMDB y el Partido del Frente Liberal, se dividieron en estas elecciones y
difícilmente mantendrán la unidad ante un gobierno del PT. La tendencia
apunta a una reorganización de los conservadores.

Líderes empresariales, como el presidente de la Federación de las Industrias
de Sao Paulo, Horacio Piva, recomiendan al PSDB que conforme una alianza con
el PT, pese al desgaste entre ambas fuerzas políticas derivada de la disputa
de la segunda ronda presidencial.

Sin embargo, los graves problemas económicos que afronta Brasil entorpece un
acercamiento al PT. Serra advirtió en su campaña electoral que "la
incapacidad de Lula" puede provocar una crisis similar a la de Argentina.

Un fracaso de la magnitud del ocurrido en el país vecino haría cumplir el
pronóstico del ex senador Jarbas Passarinho, también ex ministro de
Educación y de Trabajo de gobiernos militares en los años 70, de que la
izquierda en el gobierno es "como sarampión, ocurre una sola vez"

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Nello

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