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Argentina: la institucionalizacion del autoritarismo
- Subject: Argentina: la institucionalizacion del autoritarismo
- From: "Nello Margiotta" <animarg at tin.it>
- Date: Wed, 31 Jul 2002 19:47:16 +0200
Claudio Lozano I. LA RENUNCIA DE DUHALDE: El punto fundamental a destacar para comprender la etapa económica y política que se ha abierto en la Argentina es el siguiente: "el gobierno de Duhalde ha renunciado a conducir la transición con destino a la consolidación del proceso de democratización. Sus definiciones en el marco de la economía y los términos del anticipo electoral planteado determinan condiciones para el ejercicio de un mayor autoritarismo político". Surgido del colapso del régimen de desigualdad que rigiera nuestro país durante el período 1976-2001, y en el marco de una profunda crisis de representación política que evidenciaba un importante cuestionamiento a la hegemonía de los sectores dominantes, el gobierno no sólo no asumió esta situación transformando el clima social vigente en la posibilidad de una nueva salida, sino que con sus definiciones permitió la afirmación de un cuadro de violencia económica que se ha expresado en arrojar cerca de 750.000 personas por mes bajo la línea de pobreza y que ha posibilitado incluso la reedición de fenómenos aberrantes de violencia represiva. Desde el momento en que el Gobierno renunció a definir regulaciones elementales en el terreno de la economía que le permitieran replantear la regresividad distributiva vigente mediante un nuevo posicionamiento frente a los organismos internacionales, por vía de una regulación expresa del mercado cambiario, del sistema de precios y del sistema financiero, renunció a sentar bases elementales para una salida democrática. Al afirmar, tal cual lo hiciera en su momento Remes y luego también Lavagna, que no podía estructurarse un plan sin acuerdo con el FMI, se le transfirió a este organismo la capacidad de condicionar el conjunto de la política económica. A su vez , al definir el denominado régimen de flotación cambiaria le trasladó a los exportadores y a los bancos el manejo del tipo de cambio y, por lo tanto, de la distribución del ingreso. Por último, y tal cual se observa hoy con la misión de notables que visitará el país con el objeto de discutir el plan monetario, se le ha trasladado a la Banca extranjera la capacidad de diseñar el futuro del sistema financiero argentino. De este modo, le ha trasladado a los actores mencionados el poder para determinar los términos de la salida de la crisis. Poder, que a su vez supone el traslado a estos mismos actores de una elevada capacidad de "daño" frente a cualquier amenaza que suponga una pérdida del control político institucional. En este marco, la "trampa " a la que asiste la sociedad argentina consiste en aceptar pasivamente el presente contexto, lo cual en la práctica implica asumir un proceso de "estabilización de la depresión económica vigente", o bien cuestionarlo aceptando la amenaza de un desmadre hiperinflacionario. Es más, será la amenaza de este segundo escenario la que pretenderá esgrimirse como fundamento legitimante de la "estabilización depresiva". II. EL ESCENARIO DE LA ESTABILIZACION DEPRESIVA Para que éste se consume debe observarse cierta alza controlada sobre el tipo de cambio de manera tal que este oscile hacia fin de año en una franja ubicada entre los $4 y los $4,50. El control de esta variable en el presente dispositivo de política económica tiene dos alternativas de hierro: el mantenimiento de una política monetaria absolutamente restrictiva acompañada de una mayor concentración del sistema financiero y/o la aplicación de un Bono compulsivo que transforme en deuda pública la crisis financiera vigente. Ambas opciones tienen un común denominador: implica que para la presente política económica (que convalida la dolarización y la apertura financiera de la economía argentina) la única alternativa que permite contener el tipo de cambio es la recesión. Asimismo, queda claro que en el esquema actual la tranquilidad cambiaria también reconoce importantes efectos institucionales. A saber: "que la Corte frene los amparos que obligan a los bancos a devolver el dinero a los ahorristas (dinero que a su vez presiona sobre el tipo de cambio) exige impedir la remoción del Supremo y Miserable Tribunal". El escenario que estamos describiendo implica un acuerdo tácito (de mínima) con el FMI basado en ir prorrogando los distintos vencimientos y asociando cada caso con sucesivas presiones dirigidas fundamentalmente a observar la evolución fiscal y el reordenamiento (concentración) del sistema financiero. El acuerdo más estructural con el Fondo asociado a reformas que aluden a posibles procesos de regionalización que alteren incluso el mapa institucional del país, liquidación de la Banca Pública y mercantilización de la educación quedará, a no dudarlo, para el futuro gobierno. En este contexto las reservas podrían exhibir una situación levemente declinante y la inflación minorista se ubicará en torno al 90% definiendo de este modo una caída promedio de los salarios para el conjunto del año del orden del 45%. El tipo de resolución de la crisis financiera y el deterioro en los ingresos indican que se profundizará la recesión y que, efectivamente, Argentina finalizará el año 2002 con 23 millones de argentinos bajo la línea de pobreza y casi 11 millones de personas en situación de indigencia. Cabe consignar que lo expuesto si bien resulta irracional desde el punto de vista del interés social y del conjunto de la población, tiene coherencia en relación al reordenamiento del bloque dominante y de la nueva coyuntura internacional. El final de la Convertibilidad fue precipitado por un hecho fundamental: en la fase depresiva del régimen convertible que se iniciara en 1998,y frente a un contexto internacional que comenzaba a racionar el ingreso de capitales y el financiamiento externo, si bien la depresión tendía a abultar el saldo comercial y, por lo tanto, recomponía la capacidad de pago de la Argentina, se profundizaba el desequilibrio fiscal por el efecto de la recesión sobre la recaudación y la imposibilidad de reducir el gasto público al nivel necesario ya que toda reducción agudizaba aún más la recesión y la caída de recursos. Por lo tanto, hacía imposible alcanzar resultados fiscales compatibles con el repago de la deuda. Es en este punto que sobreviene el final decretado por el FMI. Así las cosas, la salida devaluacionista impactó profundizando la recesión y elevando el saldo comercial pero, a su vez, el impacto inflacionario tiende a equilibrar las cuentas públicas induciendo una caída del gasto público real del orden del 50% en el año y recomponiendo los recursos por vía del aumento de los precios. Esta direccionalidad supone un replanteo en el ordenamiento del bloque dominante. En tanto el régimen convertible articulaba en un contexto de abundancia de financiamiento externo y dólar fijo, los intereses de los acreedores externos, los consorcios dueños de las empresas privatizadas y la gran banca privada local y extranjera; hoy sin financiamiento y con dólar alto se articulan los intereses de los grandes grupos exportadores con el de los acreedores externos siguiéndole en importancia la banca extranjera y quedando para el último lugar las privatizadas. Debe quedar claro que una direccionalidad de este tipo transforma a la recesión doméstica en una situación permanente y que se afirma un tipo de Argentina factoril con baja capacidad de generar empleo y con salarios sumamente reducidos (no más de u$100). Puede observarse que el escenario planteado define con claridad que en el rumbo vigente no hay oferta alguna ni de sociedad ni de democracia. Lo que se consolidaría es un proceso de mayor concentración, exclusión y autoritarismo político. ************************************************** Nello change the world before the world changes you because another world is possible
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