Prepara Cuba severos ajustes económicos por la caída de ingresos



Alza masiva de precios

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GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

la habana, 9 de junio. Tras salir a flote remando una década contra la
corriente, ya sin el salvavidas soviético, la economía cubana empezó a
perder velocidad y a lanzar señales de que se dispone a realizar fuertes
ajustes en sus planes, que por ahora incluyen dos decisiones de impacto
social: una masiva alza de precios y una operación de cirugía mayor sobre la
industria azucarera.

Ambas medidas, anunciadas hace una semana casi en forma simultánea y con
bajo perfil, siguieron a la irrupción de avisos de emergencia: la caída del
turismo, pilar económico de la isla; la posible contracción de las remesas
familiares, el ingreso neto más importante; la depresión de precios y
mercados del azúcar, el níquel y el tabaco, puntales de las exportaciones
cubanas y un conflicto con Venezuela, que provocó la interrupción del
suministro de un tercio del consumo nacional de petróleo.

El cuadro se entrelaza con los tres factores explosivos que desdibujaron el
horizonte económico de la isla el último tercio del año pasado: la recesión
mundial, el 11 de septiembre y el paso del huracán Michelle, el más
devastador en medio siglo.

Alza de precios

La subida de precios en el mercado interno en dólares empezó a regir el
pasado lunes 3 en forma confusa. A pesar de que son notorios algunos casos,
ni el gobierno ni las cadenas de tiendas ofrecieron un listado preciso de
aumentos o rebajas, también previstas por las autoridades.

Las gasolinas, que según versiones en los propios expendios tendrían un
incremento sustancial, mantuvieron el precio, aunque los mismos
despachadores creen saber que sólo se trata de una posposición y el alza se
hará efectiva en fecha próxima.

En cualquier caso, la decisión de aumentar precios indica la convicción del
gobierno de que ha llegado la hora de mirar debajo de los colchones de los
cubanos, donde según especialistas pueden estar guardados cientos de
millones de dólares.

La solvencia financiera de un sector de la población fue revelada
plásticamente en los días inmediatamente anteriores al alza: los tumultos
para comprar a precios viejos, estimulados por el rumor de los aumentos,
provocaron una venta en todo el país que el gerente de una tienda calculó
como superior a la facturación total de enero-abril.

¿De dónde salió tanto dinero?

Aunque hay fuentes internas de dólares para los cubanos (microempresas,
autoempleo, propinas, sobresueldo, mercado negro y otros giros ilegales), el
grueso viene de la ayuda que envían los familiares residentes en el
extranjero. El Ministerio de Economía calcula que cerca de 60 por ciento de
los 11 millones de cubanos tiene acceso de alguna manera al billete verde.

No hay registro conocido de este rubro, pero los economistas locales lo
calculan a partir de su destino casi exclusivo: el ingreso bruto en las
tiendas en dólares (unos mil millones en 2000; entre 800 y 900 millones el
año pasado). Y es que, aunque hay otras opciones potenciales, la capacidad
de compra de los cubanos en moneda fuerte está restringida casi
exclusivamente a los bienes de consumo y enseres domésticos, que salen a un
mercado cautivo.

En círculos empresariales se considera que en 2001 las remesas tuvieron una
caída, como reflejo de la recesión, que las ubican por debajo de su media
estimada en 500 millones de dólares anuales, una masa que en su mayor parte
entra al consumo o se guarda en el colchón, pues por diversos factores no
llega al sistema bancario y tiene casi nulas opciones productivas.

En cualquier caso, el alza parece indicar el interés del gobierno por
extraer dólares del ahorro privado, pero al mismo tiempo por presionar por
esa vía para reducir el circulante en moneda nacional. Según la Oficina
Nacional de Estadísticas, la liquidez en pesos llegó el año pasado a 12 mil
337 millones 600 mil pesos, nivel sólo comparable con el que alcanzó a
mediados de los 90 y que, para la dimensión de la economía cubana, es
considerado inflacionario. Esa cifra puede indicar que en la calle hay más
capacidad de compra que la oferta del circuito comercial.

El cubano común es atraído por la oferta en divisas, donde encuentra
artículos inexistentes o escasos en el mercado en moneda nacional, si bien
encarecidos por una sobretasa que puede llegar a 240 por ciento sobre el
precio de costo. Si no tiene acceso directo al billete verde, puede cambiar
pesos en las casas de cambio oficiales (27 pesos por dólar). Por ello los
primeros resultados del alza parecen ser una depreciación del peso, un
encarecimiento del costo de la vida y un encogimiento del salario real y el
ahorro.

Azúcar: fin de época

La industria azucarera, columna vertebral de la economía cubana durante
siglos, parece haber llegado al final de una época. El pasado 1º de junio el
diario oficial Granma publicó una pequeña noticia, que en dos párrafos
anunció un viraje histórico:

"Todos los análisis coinciden en que esta realidad económica impone para la
próxima zafra y en el futuro, una producción que satisfaga nuestro consumo
interno, cumplir los compromisos contraídos y acceder al mercado externo con
un precio que genere ingresos en divisas superiores al costo de fabricación.

"Tal situación convoca a todos los trabajadores de la agroindustria a una
transformación profunda, que se corresponda con la realidad actual del
mercado y que permita producir con más bajos costos."

En la zafra recién terminada (2001-2002) molieron sólo 104 de los 156
ingenios, para producir 3 millones 610 mil toneladas de dulce, un resultado
pobre, pero ubicado dentro del rango de resultados en la última década, que
contrasta con la media de más de 7 millones de toneladas en la segunda mitad
de los 80.

Pero hay otro problema: los precios internacionales del azúcar están
deprimidos (por debajo de los 6 centavos de dólar por libra, nivel
insostenible, según los expertos). Granma informó que con la producción
actual, superior en 80 mil toneladas a la del año pasado, el ingreso será de
120 millones de dólares menos (es decir, pasará de 561 millones de dólares a
441 milones).

La racionalización del sector azucarero es un viejo tema de la economía
cubana, al menos desde los años 80. Se trata de sumar al país a la tendencia
internacional de elevar la productividad, modernizando y reduciendo
dimensiones. Expresa o tácitamente, las autoridades reconocían esa
necesidad, pero explicaban la demora en resolverla por el costo social que
pudiera implicar.

Más que una rama económica, la explotación de la caña de azúcar es en Cuba,
como en otros países, una tradición centenaria: los ingenios, algunos con
casi un siglo de vida, han sido eje de comunidades y ciudades, referencia
para la traza de carreteras y líneas férreas, lazo de cohesión familiar y
generacional, signo de identidad, fuente de imaginería social, plataforma de
creación cultural, foco de rebeliones raciales y gremiales y hasta ahora
sustento de 400 mil trabajadores de los que dependen dos millones de
personas.

Versiones de distintas fuentes indican que el gran viraje consistirá en el
cierre de 71 ingenios, de los cuales 60 podrían mantenerse produciendo
azúcar (es decir, 38 por ciento de los complejos actuales) y 25 se
dedicarían a derivados como alcohol y fármacos. La compactación y la
búsqueda de productividad y rentabilidad acerca a la política sectorial
cubana a rangos mundiales donde, por ejemplo, Australia produce 5 millones
de toneladas de azúcar en 28 ingenios y el estado de Florida llega a 2.5
millones con 7 fábricas.

Por ahora sólo se conoce el escueto comentario de Granma y trascendidos
extraoficiales, que dejan interrogantes sobre dos consecuencias inmediatas:
a) el destino de los desempleados y de las poblaciones que salen de la
industria y b) las metas de producción y su impacto en el respaldo
financiero del país (como materia prima cotizable, el azúcar funciona como
garantía de pago internacional).

Divisas: el flanco débil

El entorno de las dos grandes decisiones cubanas de estos días tiene un
factor común: la escasez de divisas, el flanco más débil de la economía de
la isla. La recesión ya había arrastrado al turismo mundial el año pasado,
cuando el 11 de septiembre terminó por dar a la industria el peor golpe en
mucho tiempo. El crecimiento sostenido del sector en Cuba, una media de 7
por ciento, se desplomó hasta el uno por ciento.

En los primeros cuatro meses de 2002, según el Ministerio de Turismo, la
actividad ha caído 14 por ciento, comparado con el mismo periodo del año
anterior. El ingreso turístico había caído en 2001 respecto del ejercicio
previo (de 2 mil millones de dólares a mil 800). El níquel y el tabaco, dos
de las principales exportaciones nacionales, enfrentan un panorama que
igualmente reporta baja en el ingreso de moneda dura en la isla: techos de
producción y mercado y baja de precios.

Los ingresos son insuficientes para financiar las compras de Cuba,
encabezadas por dos fuertes rubros: petróleo (unos mil millones de dólares
al año) y alimentos (600 millones). El primero ya resintió este año un
sobreprecio causado por un diferendo con Petróleos de Venezuela, S.A.
(PDVSA), que mantiene paralizado el suministro de 53 mil barriles diarios de
crudo.

Las acciones sobre los precios y la industria azucarera siguen a otras de
diversa cuantía, como limitación de exportaciones y un drástico plan de
ahorro de energía, pero que apuntan al mismo objetivo de reducir la presión
sobre el presupuesto en divisas, que se desempeña en el peor ambiente
posible debido al bloqueo económico estadunidense que hostiliza el
financiamiento, las operaciones en dólares y el flete, además de mantener
obstruido el mercado principal y natural de la isla.

La desaparición de la Unión Soviética representó para Cuba la caída en
picada de su economía, pero un plan de modesta y controlada apertura a
mecanismos de mercado y la inversión extranjera evitó el colapso y permitió
reiniciar el camino, con un crecimiento sostenido en promedio de 4 por
ciento en la segunda mitad de la década pasada.

Pero el producto interno bruto creció el año pasado 3 por ciento y el plan
oficial para 2002 es repetir esa cifra. La experiencia conocida parece haber
agotado sus posibilidades y la economía cubana podría estar en el umbral de
una nueva etapa.

Nello

change the world before the world changes you because  another world is
possible

www.peacelink.it/tematiche/latina/latina.htm