Paraguay: Freno temporal a la privatización



ALAI, América Latina en Movimiento
2002-06-06

Marlon Carrión C.
Las dos últimas semanas de mayo y la primera de junio fueron muy ajetreadas
para Paraguay. Movilizaciones campesinas a nivel nacional, represión
gubernamental, acusaciones de corrupción en el proceso de privatizaciones,
convocatoria a una huelga nacional, amenazas de juicio político y
destitución del primer mandatario, fue la tónica en este tiempo.
La cuerda política se tensó casi hasta el límite. El movimiento social
paraguayo torció el brazo al Presidente Luis González Macchi en su intento
de profundizar las privatizaciones en su país. Campesinos, obreros,
indígenas, sectores urbanos y sectores de la iglesia asumen colectivamente
dicha victoria.
El mandatario no pudo soportar la presión de un país que se levantó contra
la corrupción y el desgobierno. De a poco Paraguay se hunde en una profunda
crisis económica y social. Mientras en 1998 se calculaba que existían 450
mil pobres, hoy esa cifra superó el millón. Hace 4 años había 260 mil
campesinos sin tierra, ahora son el triple.
En una población de 6 millones de personas, 2 millones cuarenta mil no
tienen empleo o son subempleados; uno de cada cuatro campesinos vive en
pobreza extrema.
Sin embargo, en el desarrollo de su política neoliberal, el Presidente
presentó al Congreso Nacional una serie de proyectos de leyes que
facilitaban las privatizaciones exigidas por el FMI y BM: la Ley
Antiterrorista reclamada por la embajada estadounidense en Asunción; la Ley
de Fusión de las entidades públicas de crédito (privatización de la banca
pública), solicitada por el Banco Interamericano de Desarrollo; el proyecto
de IVA para los productos agrícolas, impulsado por el Ministerio de Hacienda
y a Ley General de Privatizaciones, signada con el número 1615.
González Macchi y su gabinete aseguraban que su intención era la de colocar
al país en mejor posición de negociación frente a sus socios del Mercosur:
Brasil, Argentina y Uruguay; así como prepararse competitivamente para su
participación en el Área de Libre Comercio de las Américas.

El Congreso Democrático del Pueblo
Sin contar con la respectiva ley, el gobierno pone en venta la Compañía
Paraguaya de Comunicaciones, Copaco, una de las más grandes y rentables
empresas estatales. El precio base era de 200 millones de dólares, aunque
para el español Banco Santander, asesor comercial en la venta, el precio
real de Copaco era de 100 millones de dólares.
Diversos sectores sociales paraguayos se levantaron en protesta por la
corrupción presente en el proceso de privatización y contra los proyectos de
leyes. Es así como mediados de mayo se decide conformar el Congreso
Democrático del Pueblo, instancia integrada por dos grandes frentes:
Plenaria Popular y el Frente Contra la Enajenación de los Bienes Públicos.
El CDP ejerce presión en todo el país, los campesinos bloquean las
carreteras, se producen tomas de instalaciones, huelgas sectoriales,
paralización del sector educativo y presión política desde la oposición.

González tambalea

En una decisión no consensuada con los restantes sectores de poder, el
Presidente paraguayo intenta bajar la presión social y eliminar el fantasma
de un juicio político en su contra, mediante el retiro de sus proyectos de
leyes. Solo se queda con la privatización de Copaco y la Ley 1615, para
seguir negociando.
El cálculo del margen de maniobra que realizó González Macchi fue erróneo.
Algunos de sus colaboradores amenazaron con renunciar, la bancada opositora
en la legislatura reunía votos para la destitución y la Mesa Coordinadora de
Organizaciones Campesinas llamó a una Marcha sobre Asunción para asegurar la
inicial conquista.
Las protestas desbordaron a las fuerzas públicas, quienes procedieron a
reprimir con toda la fuerza causando la muerte de un campesino, varios
heridos y centenares de detenidos en todo Paraguay. Entonces el Presidente
da un nuevo paso hacia atrás y posterga indefinidamente la venta de Copaco.

Quiebre final


Con la suspención de la venta de Copaco los funcionarios gubernamentales le
temían más a la reacción del Fondo Monetario Internacional que al juicio
político o al mismo desborde popular. Los empresarios reniegan del
Presidente y lamentan que se ponga en riesgo todo el proceso de traspaso de
los bienes públicos a manos privadas. De todas maneras no se quedan quietos
y se sientan a diseñar una nueva estrategia para las privatizaciones.
La presión final de la jornada provino de los obreros que convocaron a una
huelga nacional indefinida. Ante esto el Senado, con amplia mayoría, vota
por la supresión de la Ley 1615, lo cual es inmediatamente aceptado por su
proponente, el mandatario.
Los sectores populares y campesinos movilizados cantan victoria, regresan a
sus propios espacios pero se mantienen atentos a las próximas jugadas
neoliberales. "Debemos custodiar esta victoria popular", dijeron los
dirigentes.
Los sectores populares paraguayos saben que se trata de una victoria
temporal que de todas maneras sienta precedente, no solamente en el país,
sino en el Cono Sur y más allá. Otras batallas por cumplir vendrán: el ALCA,
como mecanismo de dominación de Estados Unidos sobre el continente, está en
el horizonte.


Nello

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possible

www.peacelink.it/tematiche/latina/latina.htm