Colombia: la vittoria di Uribe alimenta negli USA sogni di guerra



EEUU-COLOMBIA: Victoria de Uribe alimenta sueños de guerra

Jim Lobe

WASHINGTON, 29 may (IPS) - Los sectores derechistas del gobierno de Estados
Unidos esperan que la contundente victoria de Alvaro Uribe en la primera
vuelta de las elecciones presidenciales del pasado domingo en Colombia
asegure una guerra definitiva contra la insurgencia.

"Uribe es el George W. Bush de Colombia, promete el fin del apaciguamiento y
dirigir la guerra del terror contra los terroristas. Después del domingo,
nadie puede dudar de su legitimidad democrática", subrayó este miércoles un
artículo editorial del diario The Wall Street Journal.

Durante la campaña electoral, Uribe, un disidente del opositor Partido
Liberal, prometió mano dura contra los rebeldes de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional
(ELN).

Sin embargo, el presidente electo con 5,8 millones de votos en un total de
11,2 millones, dijo el lunes que procurará la mediación de la Organización
de las Naciones Unidas para resolver el conflicto armado.

No obstante, la polémica ya se encendió en Washington, donde el Congreso
(legislativo) y el Departamento de Estado (cancillería) tienen dudas sobre
los vínculos de Uribe con las paramilitares y derechistas Autodefensas
Unidas de Colombia (AUC).

"Hay gran preocupación en el Congreso sobre el aumento de la asistencia
(militar) y el peligro de (que Washington) sea absorbido en una situación de
la que puede ser muy difícil salir", aseveró Michael Shifter, vicepresidente
del Diálogo Interamericano, un influyente instituto de estudios con sede en
Washington.

"Y existen temores por la situación de los derechos humanos, particularmente
ante los planes de Uribe", agregó.

El fracaso del proceso de paz de tres años entre el gobierno de Andrés
Pastrana y las FARC puso fin en febrero a la discusión sobre la restricción
de la ayuda militar estadounidense a las operaciones contra el narcotráfico.

"Pero no hay acuerdo sobre qué tan profundo involucrarse" en el conflicto,
según el experto en política colombiana Adam Isacson, del Center for
International Policy.

Washington entregará este año 500 millones de dólares a Colombia, la mayor
parte en ayuda militar, y ha solicitado al Congreso la aprobación de un
fondo adicional de 375 millones para 2003, muy por debajo de lo que Uribe
necesitaría para lograr progresos mínimos en su ofensiva contra la
guerrilla, según analistas militares.

El debate político en Washington es esencial para Uribe, que ha pedido más
asistencia bélica a Estados Unidos, así como su respaldo para lograr nuevos
préstamos y una reprogramación de deudas del Fondo Monetario Internacional y
el Banco Mundial.

Uribe prometió llevar al doble los 50.000 efectivos del ejército y los
100.000 de la policía nacional, así como reclutar un millón de civiles como
auxiliares en la guerra contra los insurgentes.

Estos planes podrían costar al país miles de millones de dólares, que la
estancada economía nacional no podrá afrontar.

"La política de Uribe contra la guerrilla es muy clara, pero hay
incertidumbre sobre lo que represente en términos de gasto", dijo el
especialista Ben Laider al diario The Wall Street Journal la semana pasada.

Las propuestas de Uribe se hacen eco de sugerencias de analistas militares
estadounidenses.

Un documento publicado hace un año por Angel Rabasa y Peter Chalk, afirmaba
que la estrategia antinarcóticos de Washington era inoportuna y que el
poderío de las FARC iría en aumento aunque la asistencia militar de
Washington alcanzara, como ocurrió, volúmenes sin precedentes.

Además de fortalecer a las Fuerzas Armadas y expandir la guerra más allá del
narcotráfico, ambos analistas recomendaron establecer "organizaciones de
autodefensa apropiadamente supervisadas" en áreas bajo control de la
guerrilla o de las AUC.

Muchos analistas subrayan que las medidas de Uribe hacia las AUC,
responsables de atroces violaciones a los derechos humanos en las últimas
décadas, podrían determinar el grado de respaldo que obtenga de Washington.

El Congreso condicionó su aprobación a la infusión de dinero y armas a
Colombia --en 2000 el tercer destinatario de asistencia militar después de
Israel y Egipto-- a que el ejército rompiera sus vínculos con los
paramilitares.

Ese año Bogotá recibió más de 1.000 millones de dólares para sostener su
campaña militar en las zonas del sur del país, controladas por la guerrilla,
donde se encuentran los cultivos ilegales de coca.

Una propuesta legislativa para impedir que Washington autorice el uso de la
asistencia para combatir el narcotráfico en la guerra contrainsurgente fue
derrotada la semana pasada por el estrecho margen de 192 votos a favor y 225
en contra.

Sus promotores citaron en reiteradas ocasiones evidencias de que altos
jerarcas militares colombianos continúan respaldando a las AUC.

"Esta votación señala el creciente escepticismo del Congreso sobre la ayuda
militar a Colombia", estimó Jason Hagen, especialista de la independiente
Washington Office on Latina America.

Durante sus años como gobernador del departamento de Antioquia (1995-97)
Uribe patrocinó la creación de grupos de autodefensa, muchos de los cuales
fueron coptados por "conocidos integrantes de organizaciones paramilitares",
según la oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos en Bogotá.

De hecho, los líderes de las ilegales AUC no ocultaron su entusiasmo por la
victoria de Uribe ni por sus sugerencias de involucrarlas en un futuro
proceso de paz.

"Si (Uribe) se acerca a las AUC, incorporándolas a fuerzas de defensa civil
conducidas por el ejército o permitiéndoles que continúen operando, tendrá
dificultades para lograr el respaldo del Congreso", advirtió un asesor del
gobernante Partido Republicano en el Capitolio.

"Una clara ruptura de Uribe con los paramilitares" será el único camino para
que obtenga ayuda económica y militar significativa, estimó este miércoles
el ex secretario adjunto de Estado Bernard Aronson, en una columna publicada
por el diario The Washington Post.

Aronson, que dirigió la política hacia América Latina del gobierno de George
Bush padre (1989-1993), integra un sector que respalda el fortalecimiento
militar de Colombia hasta el punto en que las FARC reconozcan que no podrán
ganar la guerra, lo que habilitaría un proceso de paz similar al de El
Salvador.

Pero la extrema derecha del Departamento de Defensa y de sectores
republicanos del Congreso procuran colocar el conflicto colombiano en el
escenario de "la guerra contra el terrorismo", que debería conducir a la
victoria sobre las FARC, aunque eso signifique admitir a los paramilitares,
añadió el experto Shifter.

Nello

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