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AMERICA LATINA:Más armas para la paz
- Subject: AMERICA LATINA:Más armas para la paz
- From: "Nello Margiotta" <animarg at tin.it>
- Date: Tue, 19 Feb 2002 18:29:51 +0100
José Zambrano CARACAS, feb (IPS) - América Latina, una región sin guerras salvo el conflicto interno de Colombia, aumenta las compras de armas y los gastos de defensa, como lo demuestra la decisión chilena de adquirir 10 cazabombarderos F-16 a Estados Unidos en 660 millones de dólares. También la dotación colombiana de 35 helicópteros Black Hawk y 45 Bell UH, en el marco del apoyo de Washington al Plan Colombia de lucha antidrogas y desarrollo, presagia nuevas compras de los países vecinos para mantener lo que las fuerzas armadas consideran equilibrio en su capacidad de disuasión. "Nos preocupa cualquier incremento de la presencia militar, venga de donde venga, y no sólo de Estados Unidos", dijo el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, al comentar la situación colombiana. Chávez agregó que, "si hubiese algún país o fuerza que apoye a la guerrilla con armas, también nos preocuparía", pues "ese es el camino hacia el recrudecimiento de la guerra civil. El fuego no se va a acabar si tú le echas más leña", apuntó. En América Latina y el Caribe no existe hoy ninguna confrontación militar entre países y sólo Colombia sufre un conflicto armado interno. Si embargo, la región mantiene 1,4 millones de efectivos en actividad y gasta en defensa 26.500 millones de dólares anuales, 10.000 millones más que hace 10 años, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). El estudio de la Cepal añade que por cada dólar que se gasta en defensa se invierten 1,10 dólares en educación y 90 centavos de dólar en salud. Las ventas de armas en el mercado internacional sumaron 36.800 millones de dólares en 2000, 25.400 millones de los cuales corresponden a compras de los países del Sur en desarrollo, señala el reporte que presentó el especialista Richard Grimmett al Congreso de Estados Unidos. Estados Unidos acapara alrededor de la mitad de ese mercado mundial, escoltado por Rusia, Francia, Alemania, Gran Bretaña, China e Italia. Además, en la lista de las 10 mayores compañías vendedoras de armas aparecen siete estadounidenses, encabezadas por Lockheed, con base en Texas, el meridional estado del que fuera gobernador el presidente de Estados Unidos, George W. Bush. El informe de Grimmett indica que América Latina destinó 5.200 millones de dólares para la compra de armas entre 1993 y 1996 y otros 3.500 millones entre 1997 y 2000. También ubica a Estados Unidos como el principal proveedor, con 36 por ciento de las ventas a la región, y su participación tiende a crecer. Mientras, analistas militares venezolanos observan con preocupación el poderío militar de Colombia, con base en sus helicópteros, otras armas y los casi 250.000 efectivos. "La base de nuestro esquema defensivo son 20 aviones F-16 y los 80 tanques franceses AMX-30. Pero el peor enemigo que tiene un tanque, y que anula nuestra capacidad operativa, son los helicópteros", observó a IPS el general retirado del ejército venezolano Alberto Müller. Con Chávez inmerso en un intenso debate político interno, y tras haber volcado recursos militares a programas sociales, los planes venezolanos de rearme hibernan, pero existen. Incluyen la reactivación de aviones, de fragatas, la compra de helicópteros y blindados y una renovación del parque de fusiles. Rumbo al sur de América, las mayores compras de armas de la década pasada fueron efectuadas por Perú, tras su guerra fronteriza con Ecuador de 1995. El entonces presidente peruano Alberto Fujimori (1990-2000) informó de la adquisición a Belarús de aviones MIG-29 para intercepción y Sukhoi para ataque, por unos 400 millones de dólares. Esa operación, precisamente, restó eficacia a las quejas de Lima por el lanzamiento en 1995 del programa chileno de repotenciación de su poderío aéreo, en el marco del cual debió optar entre los cazabombarderos F-16, de Estados Unidos, los Mirage 2000, de Francia, y los Gripen, de Suecia. La disputa entre Lima y Santiago prosiguieron tras la llegada al gobierno peruano en julio pasado de Alejandro Toledo, quien pidió a Chile suspender la compra de los F-16 --finalmente elegidos-- cuando ya estaba acordada con Washington. Toledo planteó su protesta en el marco de una propuesta para aplazar las compras de armas y los gastos de defensa de toda América Latina. La queja de Perú se basó en que sus aviones son de carácter defensivo, mientras que los cazabombarderos negociados por Chile con Estados Unidos son "ofensivos", un argumento que tiene buena base, a juzgar por el equipamiento de las aeronaves, según el estudioso chileno Eduardo Ahumada. Pero el gobierno chileno de Ricardo Lagos desechó el reclamo e insistió en que la operación no aumenta el armamento en su poder, sino que sólo cambia "viejo por nuevo". Los aviones F-16 permitirán a Chile a partir de 2006 desafectar una flota de dos docenas de treintañeros A-37 Dragonfly, explicó la ministra de Defensa de ese país, Michelle Bachelet. "De ninguna manera puede ser entendido (esa compra de aviones) como una forma de emprender una carrera armamentista", subrayó. Pero Toledo lamentó "que se haya ejecutado (la compra) mientras aún estábamos en conversaciones sobre el tema", en referencia a las negociaciones sobre homologación de gastos de defensa entre Santiago y Lima. Por su parte, el presidente de Bolivia, Jorge Quiroga, cuyo país limita con Perú y Chile, dijo respetar aunque no compartir la decisión del gobierno de Lagos. La homologación de los gastos militares en la región fue examinada por Lagos en su visita a Toledo en agosto pasado, tomando como base el principio de acuerdo entre Argentina y Chile, que tiene soporte técnico de la Cepal. En esa oportunidad se había previsto que los dos mandatarios siguieran conversando al respecto en marzo en Santiago. Sin embargo, Toledo suspendió su visita a Chile para concentrarse en la preparación de la reunión de ese mismo mes en Lima con los presidentes de Estados Unidos, Bolivia, Colombia y Ecuador. La compra chilena impactará hacia los países del océano Atlántico, según Wayne Boese, de la no gubernamental Asociación para el Control de Armas, con sede en Washington. Boese entiende que, "cuando se introducen armas más avanzadas, los vecinos se sienten obligados a hacer lo mismo". Por su parte, George Vickers, de la no gubernamental Oficina para América Latina, también de Washington, precisó que la aceptación de Argentina como aliado extra de la Organización del Tratado del Atlántico Norte bastó para que Brasil desempolvara en los años 90 su plan de compra de 70 nuevos aviones. Ahora, Estados Unidos se ha mostrado complacido con la compra chilena de aviones F-16, y el diario El Metropolitano, de Santiago, comentó que el mejor agente de la compañía Lockheed, fabricante de las aeronaves, ha sido precisamente el secretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos, Otto Reich. Con esta operación, Washington abandona la veda de ventas bélicas a Chile, en vigor desde mediados de los años 70, durante la dictadura del general Augusto Pinochet. Nello change the world before the world changes you www.peacelink.it/tematiche/latina/latina.htm
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