Kissinger: punto chiave del periodo di dittature in latinoamerica



DA: El Diario di Bolivia del 5/1/2002
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Kissinger, pieza clave en período dictatorial dentro del Cono Sur

Washington, 4 (ANSA)

Documentos oficiales a punto de ser liberados por el gobierno de Washington
demuestran que el entonces secretario de Estado Henry Kissinger ³jugó un
papel central² en asegurar a los militares argentinos que la Casa Blanca ³no
criticaría² las atrocidades cometidas por la dictadura que impusieron en
marzo de 1976.

Los documentos, citados por una investigación del semanario Insight, del
diario conservador The Washington Times y que sale a la venta esta noche,
cubren el período junio-octubre de 1976 y muestran que los líderes militares
argentinos estaban ³convencidos de que no habría un verdadero problema con
Estados Unidos sobre el tema² de los derechos humanos.

La nueva investigación es otro capítulo de las serias acusaciones en contra
de Kissinger, sobre quien pesan graves indicios de connivencia con las
dictaduras militares que asolaron las naciones del cono sur sudamericano
durante los Œ70.

Un cable diplomático estadounidense, citado en la investigación de los
reporteros Martin Andersen y John Dinges, dijo que ese ³convencimiento² de
los militares argentinos de tener las manos libres para los atropellos
humanitarios surgió luego de una entrevista de Kissinger con un alto
funcionario de la dictadura, en Washington.



Kissinger dio ³luz verde² en 1976 a represión en Argentina

Tranquilizó a la junta militar de entonces, indicando que Washington no
protestaría por las violaciones a los derechos humanos, según revelan los
documentos desclasificados por decisión de la ex secretaria de Estado,
Madeleine Albright, pero que aún no fueron divulgados

Washington, 4 ene. (dpa)

Documentos desclasificados señalan que el ex secretario de Estado
norteamericano Henry Kissinger tranquilizó en 1976 a la dictadura militar
argentina indicando que Washington no protestaría por las violaciones a los
derechos humanos y dando ³luz verde² a la represión contra los disidentes.
Este fue el mensaje que Washington dio a la junta militar que gobernó
Argentina a partir del golpe de Estado de marzo de 1976, a través de
reuniones mantenidas en octubre de ese año en la capital estadounidense
entre el entonces canciller argentino, almirante César Guzzetti, con
Kissinger, el vicepresidente Nelson Rockefeller y otras altas autoridades
del Departamento de Estado.
Los documentos que así lo revelan fueron desclasificados por decisión de la
ex secretaria de Estado Madeleine Albright, pero aún no fueron divulgados a
la luz pública, porque toda desclasificación lleva un proceso en que las
autoridades revisan y tapan con tinta negra algunas palabras, frases o
párrafos.
Sin embargo, la revista Insight, de la editorial conservadora que edita The
Washington Post -propiedad de la Secta Moon- tuvo acceso a algunos de ellos
y publicó hoy una investigación titulada ³Kissinger dio una mano en la
guerra sucia².
Uno de estos documentos es un cable de tres páginas fechado el 19 de octubre
de 1976, escrito por el entonces embajador de Estados Unidos en Buenos
Aires, Robert Hill.
En el cable, Hill presenta su protesta por el mensaje de aceptación y
complacencia que Kissinger, Rockefeller y demás autoridades dieron al
canciller argentino, almirante César Guzzetti, en el área de los derechos
humanos.
Según el cable, Guzzetti estaba asustado de lo que Washington pudiera
decirle acerca del tema, pero después de las reuniones llegó a Buenos Aires
³eufórico², ³casi extasiado² y en un ³estado de júbilo², a reportar los
resultados de su viaje al entonces dictador Jorge Videla.
³Guzzeti dijo que el vicepresidente (de Estados Unidos, Henry Kissinger) lo
urgió a recomendarle al presidente Videla que termine el problema terrorista
rápidamente², indica el cable. Agrega que Kissinger le habría dicho a
Guzzeti que ³si el problema terrorista se superaba para diciembre o enero,
él (Kissinger) creía que se evitarían serios problemas en Estados Unidos².
Hill había presentado la protesta de Washington a la junta militar en Buenos
Aires por las violaciones a los derechos humanos, y le había dicho a Guzzeti
que ³matar curas y arrojar 47 cadáveres en las calles en un día no puede ser
visto en el contexto de derrotar a los terroristas rápidamente; por el
contrario, semejantes actos fueron probablemente contraproducentes².
Así quedó escrito en un cable que Hill envió al Departamento de Estado el 20
de septiembre de 1976.
Pero Hill se vio desautorizado en su protesta al enterarse de lo que las
autoridades de Washington le habían dicho a Guzzeti en octubre, de lo cual
el embajador se enteró por boca de Guzzeti.
Guzzeti viajó a Estados Unidos ³esperando escuchar algunas advertencias
fuertes, firmes y directas sobre las prácticas de derechos humanos de su
gobierno. En lugar de eso, volvió en un estado de júbilo, convencido que no
hay ningún problema real con Estados Unidos sobre este tema. Basado en lo
que Guzzeti está informando al gobierno de Argentina, el gobierno debe creer
ahora que no tiene ningún problema con Estados Unidos por temas de derechos
humanos, que están confinados a ciertos elementos del Congreso², escribió
Hill.
La respuesta del Departamento de Estado a este cable de Hill, dice Insight,
escrita por el encargado de Asuntos Latinoamericanos del Departamento de
Estado, fue que Guzzeti pudo haber interpretado mal ³quizás por su mal
entendimiento del inglés².
Hill respondió que Guzzeti recibió el mismo mensaje de parte de cinco altos
funcionarios estadounidenses, en cuatro reuniones diferentes.
Este cable se transformó además en una prueba material de que ese encuentro
entre Kissinger y Guzzeti en octubre de 1976 tuvo lugar, lo cual había sido
negado en varias oportunidades por colegas y colaboradores de Kissinger.
Un documento anterior sobre el tema fue un memorandum escrito en 1977 por la
entonces secretaria de Estado Adjunta para Derechos Humanos, Patricia
Derian, en el cual relató que en esa reunión de octubre de 1976 entre
Kissinger y Guzzeti, Kissinger ³aprobó² que la dictadura argentina ³limpiara
el problema² de la oposición.


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Martin E.Iglesias     martinerrico at libero.it
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³Cadauno de nosotros somos el ladrillo de nuestra futura casa....²
³Ciascuno di noi è il mattone della nostra casa futura....²
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(Dalla Campagna NoNobel - http://www.peacelink.it/tematiche/latina/nobel/)