Argentina: scetticismo per la nuova moneta



ECONOMIA-ARGENTINA:
Escepticismo ante la nueva moneda

Marcela Valente

BUENOS AIRES, 26 dic (IPS) - La nueva moneda anunciada para enero en
Argentina inyectará liquidez a un mercado deprimido, pero al igual que la
casi decena de bonos y letras ya en circulación, es un recurso para
postergar el fin del régimen de convertibilidad del peso.

"La propuesta económica del nuevo gobierno es mala y temo que va a
deteriorar muy rápidamente la imagen de ejecutividad que intentó transmitir
desde el primer día el presidente (interino Adolfo) Rodriguez Saá", dijo a
IPS el economista Eduardo Curia, crítico de la convertibilidad, que mantiene
un tipo de cambio fijo, y de la nueva moneda.

Curia, ex secretario de Hacienda y hoy analista económico, afirmó que la
nueva moneda paralela al peso "es un mamarracho",porque es inconvertible y
"nacerá degradada". "Si emiten poco, la astringencia de circulante se
mantendrá, y si se emite mucho se depreciará en forma inmediata y
anárquica", pronosticó.

Las autoridades aún no definieron la magnitud de la emisión del
argentino --nombre de la nueva moneda--, pero reconocen fuera de grabadores
que se depreciará en el momento de nacer, previsto para enero, y que se
trata sólo de un recurso de corto plazo para recobrar la confianza del
público.

Curia consideró que los operadores del mercado ya descuentan una
devaluación, que causará desabastecimiento y la subida de precios en los
próximos días. De hecho, las farmacias comenzaron a retener medicamentos a
la espera de un incremento de precios.

El presidente de la Federación del Comercio de la Ciudad de Buenos Aires,
Osvaldo Cornide, advirtió que ya circulan listas de precios de productos
industriales en que se calcula la devaluación, y aseguró que, ante la
recesión, los comerciantes rechazarán con fuerza esos aumentos.

"No le veo buen cauce a este gradualismo, y el problema es que la dinámica
de los acontecimientos es pavorosa", advirtió Curia.

De hecho, aun con el feriado cambiario que regirá hasta el 2 de enero, el
dólar, que por la ley de comvertibilidad debe cambiarse por un peso, se
cotizó este miércoles entre 1,10 y 1,25 pesos y comienza a surgir un mercado
informal con un precio incluso más alto.

El argentino no reemplazará al peso ni circulará como un bono, sino como una
tercera moneda, junto con el peso y el dólar.

Su objetivo es atender compromisos urgentes en materia de salarios y de
jubilaciones, reactivar el consumo y evitar una devaluación brusca del peso
antes de las elecciones presidenciales previstos para el 3 de marzo.

No obstante, la desconfianza ante esta alternativa comenzó a tener su
reflejo en la política.

Los gobernadores provinciales y otros dirigentes dispuestos a competir en
las elecciones presidenciales del 3 de marzo se replegaron sobre sí mismos y
ahora sólo hacen declaraciones sobre la coyuntura, y no sobre candidaturas.

En los últimos años, la recesión, el déficit fiscal y las restricciones a la
emisión que impone la convertibilidad habían llevado a las provincias a
crear diversos bonos que, si bien no son técnicamente moneda, tienen esa
apariencia.

Al menos siete provincias tienen circulante propio y hay también papeles
nacionales y municipales. "Quebracho", "patacón", "bonfe", "ceacor",
"lecor", "boncafor", "bocade" o "lecop" son nombres de los diversos billetes
que se usan en las distintas provincias para pagar salarios, bienes y
servicios.

Con la astringencia de la plaza en los últimos días, esos bonos ya llegaron
a la ciudad de Buenos Aires, donde eran desconocidos.

"Una paciente ofreció pagarme el tratamiento en 'lecop', y le dije que no
porque no sé ni qué es", comentó a IPS una desconcertada psicoanalista,
Sandra Novas. Mas tarde, un economista le recomendó aceptar "lo que sea"
porque, ante la iliquidez, cualquier papel es aceptado como sucedáneo del
peso.

Ninguno de estos bonos es convertible a dólares y tampoco lo será la nueva
moneda, el argentino. Quien quiera comprar dólares deberá cambiar los bonos
por pesos, pagando una comisión que oscila entre cinco y 50 por ciento,
según los casos, y luego comprar con ellos los billetes estadounidenses.

La idea de crear el argentino fue anunciada por las autoridades económicas
que acompañan a Rodríguez Saá tras descartar una devaluación.

El reemplazante de Fernando de la Rúa --que renunció en medio de un
estallido social que dejó un saldo de 28 muertos-- confía en llegar así a
las elecciones del 5 de marzo.

El flamante secretario de Hacienda, Rodolfo Frigeri, explicó que "no habrá
devaluación en este momento", en procura de "una salida ordenada de la
convertibilidad". "Es la salida menos traumática" del modelo, dijo.

Diversos columnistas explicaron que el aplazamiento de la salida de la
convertibilidad se decidió un día después de la renuncia de De la Rúa, a
pedido de empresas de servicios con tarifas en dólares que reclamaron tiempo
para cerrar sus balances y transferir las ganancias a sus casas matrices en
esa moneda.

Esta determinación de postergar la solución del problema quedó en un segundo
plano ante el más espectacular anuncio de la suspensión de pagos de la deuda
externa, que alcanzó los 147.000 millones de dólares.

Sin embargo, Curia explicó que la anunciada suspensión de pagos va a perder
peso en breve porque no regirá para acreedores internos de la deuda pública,
como bancos y administradoras de fondos de pensión que siguen financiando al
sector estatal.

Incluso este viernes se cancelarán 500 millones de dólares de vencimientos
con ese sector.

Curia consideró que el nuevo gobierno debió haber hecho "todo de un solo
golpe": pasar a pesos todos los depósitos bancarios, establecer un
cronograma de devolución de depósitos retenidos en los bancos desde fines de
noviembre e ir a una flotación de la moneda, que es lo que se hará, pero en
un futuro incierto.

De esta manera, el sistema de convertibilidad monetaria, creado en 1991 por
el ex ministro de Economía Domingo Cavallo para frenar la hiperinflación,
sigue vigente todavía, aunque sólo por efecto de la bancarización forzada de
los depósitos que impide a los argentinos cambiar todos sus pesos a dólares.

En este sentido, Frigeri aseguró que una vez que circule el argentino los
depositantes podrán retirar sus colocaciones en esa nueva moneda, una manera
de evitar la corrida bancaria y descomprimir la restricción de moneda.

Mientras, y por las dudas, la Secretaría de Hacienda está armando una red de
contención del sistema bancario.

La convertibilidad, creada por ley, establece que solo se pueden emitir
pesos si tienen el respaldo equivalente en dólares. En consecuencia, sólo
las divisas que llegan al país por comercio exterior o inversiones permiten
al Banco Central emitir pesos para pagar salarios, jubilaciones y todos sus
compromisos.

Frigeri reconoció este miércoles que actualmente el circulante en pesos en
poder de la población no llega a 10.000 millones de dólares, y que las
reservas líquidas, de libre disponibilidad, en poder del Banco Central
ascienden a apenas 3.300 millones.

Es decir que la convertibilidad no sería posible si se levantaran las
restricciones al retiro de depósitos.

Mientras todas estas alternativas se evaluaban, el ex ministro Cavallo, que
debió dejar el gobierno ante el descontento popular que se precipitó la
semana pasada, pidió a la justicia, donde está acusado de diversos delitos,
que lo autorice a salir del país con su familia por razones de seguridad
personal y porque necesita un descanso



Nello

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