il nuovo premio nobel esorta a continuare la lotta contro la globalizzazione



ECONOMIA:
Premio Nobel estimula movimiento antiglobalización

por Tim Shorrock

WASHINGTON, 15 oct (IPS) - Joseph Stiglitz, cuyas críticas al
fundamentalismo de libre mercado le costaron su puesto en el Banco Mundial
en 1999 y que la semana pasada ganó el premio Nobel de Economía, exhortó a
continuar la lucha contra la globalización.

"El reconocimiento de que los acuerdos de libre comercio del pasado fueron
injustos es una de las lecciones importantes del movimiento
antiglobalización", dijo. "Y si hay una nueva ronda de negociaciones
comerciales, (ese reconocimiento) dará forma a nuestras discusiones",
agregó.

Estados Unidos y otros países ricos deberían tomar ejemplo del principio
"todo excepto armas" acordado por los 15 países de la Unión Europea para
abrir sus mercados a las naciones menos desarrolladas, instó el ex
economista jefe del Banco Mundial.


La apertura debería realizarse de inmediato, independientemente de si el mes
próximo se lanza en la reunión ministerial de la Organización Mundial del
Comercio (OMC), en Qatar, una nueva ronda de negociaciones comerciales
multilaterales, urgió Stiglitz.

Esa medida, agregó, afectaría de manera insignificante a las naciones ricas
y en cambio "daría a los países menos desarrollados la oportunidad de
producir algo con mercado".

En cuanto al Fondo Monetario Internacional (FMI), al que Stiglitz criticó
por concentrarse en "viejos problemas" como la inflación, el economista
propuso que retome su misión original de atender problemas mundiales como la
recesión, que se ha agravado desde los atentados del 11 de septiembre en
Estados Unidos.

"Es hora de que el FMI se preocupe por la recesión y provea la liquidez
necesaria para la expansión mundial", exhortó.

Así mismo, instó al Fondo a dirigir sus recursos a "necesidades económicas
mundiales" como "la lucha contra el terrorismo, los esfuerzos por mejorar el
ambiente y la lucha por un mundo más justo, donde se reduzca la brecha entre
ricos y desposeídos".

Los consejos de Stiglitz recibirán más atención ahora que ganó el Premio
Nobel de Economía 2001, junto con los economistas George Akerlof y Michael
Spence.

El premio, anunciado el 10 de octubre, les fue otorgado por haber demostrado
mediante investigaciones realizadas en las décadas del 70 y el 80 el efecto
distorsianante de la llamada "asimetría de la información".

De ese modo se designa la situación en que una de las partes involucradas en
una relación comercial está en inferioridad de condiciones en cuanto a la
información sobre la materia negociada.

Los gobiernos tienen la obligación de corregir ese problema ejerciendo un
papel más fuerte en el sistema de mercado, concluyeron los economistas.

"Las numerosas contribuciones de Joseph Stiglitz transformaron la forma de
pensar de los economistas sobre los mercados", declaró el Comité Nobel, de
Noruega, al anunciar el galardón.

Actualmente, Stiglitz es profesor de Economía de la Universidad de Columbia,
en Nueva York.

Durante el gobierno de Bill Clinton (1993-2001), fue presidente del Consejo
de Asesores Económicos y posteriormente fue designado economista jefe del
Banco Mundial.

Desde ese cargo, criticó al FMI por rescatar a inversionistas potentados y
conducir a Asia a la crisis financiera en 1997, lo cual le valió la ira del
entonces secretario del Tesoro estadounidense, Larry Summers.

Stiglitz explica así lo que sucedió en Asia entonces: "La crisis estalló
cuando los bancos se negaron a refinanciar préstamos a Corea del Sur e
Indonesia. Esa fue una imperfección del mercado financiero por fallas de
información".

Interrogado sobre lo que diría ahora a Summers, el FMI y el Banco Mundial,
que condenaron sus críticas al llamado "consenso de Washington" sobre
liberalización comercial, Stiglitz destacó la ironía de la situación.

"En los años 70 y 80, el período por el cual obtuve el premio, había un
creciente reconocimiento de los problemas del modelo fundamentalista de
mercado" en el ambiente académico, dijo.

Sin embargo, "el consenso de Washington, basado en ese modelo, se solidificó
y perduró como posición institucional".

Stiglitz criticó a Estados Unidos y a Europa por subsidiar la agricultura y
negarse a liberalizar el comercio en ciertas industrias, como el transporte
marítimo.

En la próxima ronda de negociaciones, expresó, "quisiera que se corrigieran
algunos desequilibrios y hubiera más sensibilidad a las necesidades y
preocupaciones de los países en desarrollo".

La agricultura es un sector donde los países en desarrollo tienen ventaja
comparativa, "pero no pueden competir con mercados que tienen enormes
subsidios".

En el área de los servicios, países ricos como Estados Unidos sólo acordaron
abrir sus mercados a los servicios financieros, subrayó Stiglitz.

"¿Qué país es el mayor exportador de servicios financieros? Estados Unidos.
¿Qué servicios no fueron abiertos? Construcción, transporte marítimo,
servicios de mano de obra no especializada que interesan al mundo en
desarrollo. Estos permanecen cerrados", observó.

Es por esto que el movimiento antiglobalización es tan importante, destacó
el economista, y puso como ejemplo lo ocurrido con la industria
farmacéutica, que fue blanco de una campaña mundial por vender fármacos
indispensables para la vida de algunos enfermos a precios inaccesibles para
el mundo en desarrollo.

Los acuerdos propuestos por el representante comercial de Estados Unidos
hubieran respaldado la política de precios de esos laboratorios, "pero la
indignación mundial fue tan fuerte que debieron llegar a un acuerdo para
volver accesibles esos medicamentos", dijo a IPS.

"Fue el enojo mundial, el movimiento de la sociedad civil, el que lo logró",
concluyó.



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