Piccola Rassegna Stampa LatinoAmericana



(1) La prensa latinoamericana y la guerra: 

El Clarín de Argentina subraya que EE.UU. ha consolidado antes de los
ataques una diplomacia global.

Buenos Aires. 9/10/2001.
Los Estados Unidos han encarado una respuesta frontal a las redes del
terrorismo fundamentalista islámico asentadas en Asia Central. Cuentan, para
ello, con el más amplio apoyo jamás antes conocido por un solo país, el cual
incluye no sólo a los países miembros de la OTAN, el resto de Europa, los
países latinoamericanos y Rusia sino también el acompañamiento de la
comunidad internacional representada en la Organización de las Naciones
Unidas, de la que forman parte los casi doscientos Estados nacionales
reconocidos en el mundo. Este consentimiento debe ser justamente apreciado
por el gobierno norteamericano, en orden a circunscribir sus acciones a la
desarticulación de esas bases terroristas y de las connivencias de gobiernos
y grupos de poder con acciones de violencia como las que alcanzaron hace
pocas semanas su carácter más ominoso. Es fundamental que exista, al mismo
tiempo, el mayor resguardo de la población civil en las zonas afectadas por
la operación y que se actúe en todo momento dentro del marco de la legalidad
y la legitimidad internacional, tensadas al máximo por la situación de
guerra en la que el mundo se está internando. En tal sentido, el Consejo de
Seguridad de la ONU ha colocado un hito en el derecho internacional al
incorporar al terrorismo dentro de las amenazas a la paz y la seguridad
internacional que habilitan el uso de la fuerza por parte de un Estado o
grupo de países, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o
colectiva.(...) Los Estados Unidos no pueden enfrentar solos con éxito el
desafío que representa esta clase de terrorismo. La segunda es que es el
conjunto de la comunidad internacional el que se encuentra expuesto a graves
peligros como consecuencia de este enfrentamiento de fuerzas tan disímiles.
El inmediato respaldo de la Alianza Atlántica y la Unión Europea y las
resoluciones del Consejo de Seguridad de apoyo a la lucha contra el
terrorismo muestran una dinámica en la que, si bien los Estados Unidos se
colocan en un nuevo ejercicio de su condición de superpotencia con una
indiscutida supremacía, deben al mismo tiempo compartir con otros poderes el
compromiso de enfrentar las principales amenazas a la paz y la seguridad.
(...) Washington aceleró, a partir de entonces, la designación del
representante ante la ONU y se reactivaron las instancias de la diplomacia
multilateral reconociéndose la importancia de contar con un más fluido
sistema de consultas a la hora de definiciones tan cruciales como las que
significan el lanzamiento de represalias bélicas o la conformación de
fuerzas multinacionales para actuar en zonas de conflicto. En esa dirección
se inscribió la intensa actividad del secretario de Estado, Colin Powell,
con las cancillerías latinoamericanas y del propio presidente Bush con los
países europeos así como la gira del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld,
por países del mundo árabe, Turquía y Uzbekistán. El respaldo de Rusia y la
aquiescencia de China reflejan otro aspecto decisivo del grado de consenso
que permite, por primera vez en la historia, poner en funcionamiento todos
los mecanismos previstos por la Carta de las Naciones Unidas cuando terminó
la Segunda Guerra Mundial. Allí, se recuerda, las potencias vencedoras
prometieron trabajar para librar a la Humanidad del flagelo de las guerras.
(...) Es fundamental que se mantengan en pleno funcionamiento las acuerdos
regionales, instancias de consulta y mecanismos de decisión, particularmente
entre la alianza de países que participan de las acciones bélicas y los
gobiernos de Asia Central que se propongan la búsqueda del más rápido
desenlace y de un nuevo equilibrio de poder que contenga los peligros más
graves.
Fuente :EL CLARÍN/ARGENTINA
=http://www.clarin.com


(2) La prensa latinoamericana y la guerra:

La República de Perú afirma que el terrorismo se derrota también combatiendo
la pobreza y las injusticias.

Lima. 9/10/2001.
Con el lanzamiento de medio centenar de mísiles Cruiser sobre blancos
ubicados en territorio afgano y bombardeos aéreos terminó la cuenta
regresiva iniciada el 11 de septiembre...(...) La oferta hecha a último
momento por la dictadura de los talibanes para llevar a bin-Laden a juicio
ante un tribunal islámico fue considerada insuficiente y rechazada por los
Estados Unidos. (...) De acuerdo con las escuetas informaciones, los misiles
habrían sido lanzados desde barcos norteamericanos y británicos contra
blancos terroristas, es decir, contra bases en las que se sospecha podría
encontrarse escondido el millonario saudita que ha declarado una guerra
personal contra lo que él denomina el "gran satán". (...) La dirigencia
pakistana ha cumplido sus acuerdos con los Estados Unidos, es decir que ha
permitido la utilización de su espacio aéreo por parte de la coalición,
obteniendo a cambio el levantamiento de las sanciones impuestas a causa de
sus ensayos nucleares, un alivio en su cuantiosa deuda externa y el
compromiso norteamericano de presionar a la India para negociaciones sobre
el viejo litigio de Cachemira. Es muy pronto para contar con informes
precisos sobre el resultado de estos bombardeos. Si hemos de creer a los
talibanes pero no tenemos por qué hacerloñ tanto Osama bin-Laden como el
jeque Mohammed Omar, su máximo dirigente espiritual, han escapado indemnes.
En un mensaje grabado, el líder de Al Qaeda abomina otra vez de los Estados
Unidos y asegura que nunca más podrán sentirse seguros por haber atacado a
musulmanes. Resulta impredecible el curso que tomarán los acontecimientos.
Lo que es seguro es que los Estados Unidos no se darán por satisfechos con
una solución a medias. En esto pesa demasiado el resultado de la operación
"Tormenta del desierto" contra Saddan Hussein que, al no concluir en su
derrocamiento, dejó la situación intacta. Pero, una vez más, el mundo se
encuentra en guerra y la guerra nos afecta a todos. Las tendencias recesivas
manifestadas por la economía global se agudizarán, y los precios de algunas
materias primas ñocurre ya con el petróleoñ conocerán alzas respetables. La
guerra pone nerviosos a los mercados e inversionistas y esto trae
consecuencias globales. Una guerra que tiene como objetivo la derrota del
terrorismo debería ser mirada con simpatía por los peruanos, que lo
padecimos por más de 15 años. Sin embargo, sabemos también por experiencia
que no basta con derrotarlo militarmente, que es necesario derrotarlo
políticamente y esto en el Perú como en el mundo sólo se consigue
disminuyendo las distancias entre ricos y pobres y haciendo que las
posibilidades de desarrollo sean compartidas, y no solo privilegio de unos
pocos. Nuestro deseo es que este conflicto tenga la menor duración posible,
que no se altere de modo permanente la precaria estabilidad del planeta y
que, como tantas veces ha ocurrido, no sean los pobres quienes lleven la
peor parte. El mundo necesita de paz y solidaridad, no de terrorismo y
guerra.

Fuente :LA REPÚBLICA/PERÚ
http://www.larepublica.com.pe



(3) La prensa latinoamericana y la guerra:

La Opinión de Los Ángeles afirma que habrá que extirpar de raíz las causas
profundas del terrorismo.

Los Ángeles. 9/10/2001.
Después del devastador ataque del 11 de septiembre, el pueblo y el gobierno
de Estados Unidos quedaron frente al hecho de una vulnerabilidad hasta
entonces desconocida. Fuera de sus víctimas y objetivos de destrucción
inmediata, la agresión logró un tremendo impacto sobre la economía del país.
Desde el primer momento fueron evidentes el peligro de nuevos ataques, y la
necesidad ineludible de lanzar una operación de grandes alcances
diplomáticos, de inteligencia, y militares contra los agresores. El éxito de
la ofensiva iniciada ayer depende de una clara definición de objetivos y de
la capacidad de Washington para mantener la unidad de la coalición contra el
terrorismo. A pesar de su gran contundencia, es posible que la operación
aérea tenga una importancia sobre todo simbólica. En efecto, el enemigo
terrorista está demasiado desperdigado como para ser alcanzado vitalmente
mediante cohetes y mísiles. Para socavarlo del todo habrá que extirpar de
raíz las causas profundas del terrorismo. Y eso requerirá instrumentos mucho
más sutiles -estratégica y políticamente- que los cohetes y los mísiles. Los
aliados deben a toda costa evitar daños a la población civil, es decir,
deslindar eficientemente a los talibanes y terroristas del resto de la
población afgana. La acción de ayuda humanitaria debe llevarse a efecto con
medios tan sofisticados como la misma guerra. Es necesario organizar una
operación de grande alcance, que involucre organizaciones internacionales, y
grandes recursos, para aliviar las penurias del pueblo afgano, de los
refugiados, y de otras poblaciones musulmanas. El humanitarismo a gran
escala es quizá la mejor arma contra el terrorismo. Debemos ser conscientes
de que el inicio del contraataque de la coalición encabezada por Estados
Unidos contra la red terrorista Al Qaida, plantea serios riesgos de
represalias de ésta y repeticiones de ataques terroristas contra objetivos
estadounidenses. El país ha entrado pues en una fase de alerta máxima, que
se mantendrá durante varias semanas, en el mejor de los casos. Es necesario
guardar la calma, confiando en que algún día la paz regrese para quedarse.

Fuente :LA OPINIÓN DE LOS ÁNGELES
http://www.laopinion.com



(4) La prensa latinoamericana y la guerra:

La Tercera de la Hora de Chile destaca la alianza EE.UU.-Rusia y la
recuperación del papel de la ONU.

Los Ángeles. 9/10/2001.
A todos los que se atrevan a dimensionar el verdadero alcance de las
operaciones militares iniciadas contra los refugios de bin-Laden en
Afganistán les convendría recordar una de las importantes lecciones de la
Guerra del Golfo, llevada a cabo en 1990 por el padre del actual presidente
de Estados Unidos, George Bush. Hoy se sabe que la ofensiva iniciada el 17
de enero de ese año -que entonces y en las semanas siguientes fue presentada
como muy precisa y con blancos limitados- devastó Irak y dejó un saldo
cercano a los 100 mil muertos. (...) Sin embargo -más allá del escepticismo
con que deben ser recibidos los comunicados oficiales- la forma en que se
gestó la respuesta militar, lanzada casi un mes después del cruel atentado
contra las Torres Gemelas y el Pentágono, es una demostración de los
numerosos cambios que han ocurrido en el mundo desde el ataque.(...) Una de
las novedades más destacadas es la inusitada alianza entre Estados Unidos y
Rusia, algo inimaginable hasta el pasado 11 de septiembre. En agradecimiento
a la ayuda logística rusa, Washington ha tenido deferencias como alinearse
con las exigencias del Kremlim en Chechenia, olvidándose de las críticas a
los atropellos a los derechos humanos por parte de las tropas rusas. "No
deseo cometer exageraciones para hacer más poético el hecho, pero esta es la
primera vez, desde el 7 de diciembre de 1941 (día del bombardeo a Pearl
Harbour), que los Estados Unidos y Rusia tienen un enemigo potencial común",
dijo al diario The New York Times el historiador Robert Legvold,
especialista en Rusia de la prestigiosa Universidad de Columbia. También es
significativo el giro de Washington respecto del rol de las Naciones Unidas,
el organismo más indicado para articular una coalición a escala
internacional contra el terrorismo. Hasta el 11 de septiembre, la Casa
Blanca no escondía su desprecio e irritación con la ONU. Incluso el Congreso
de Estados Unidos no había ratificado al nuevo embajador ante el organismo y
el país había dejado de pagar sus cuotas. Ambos atrasos se corrigieron
apresuradamente tras los atentados.(...) Puede que aún sea temprano para
evaluar hasta qué punto esas nuevas tendencias, inimaginables antes de los
atentados del 11 de septiembre, podrían ser duraderas. Lo que está claro es
que las casi cuatro semanas que han transcurrido desde el ataque de
bin-Laden están dándole la razón a quiénes vaticinaban que se convertiría en
un hito que marcaría un cambio en el mundo. (...) Sin embargo, hay que
ponerle tanta atención a eso como al vertiginoso proceso de cambios
políticos, económicos y culturales que ha desencadenado la denominada
primera guerra del siglo XXI. Más temprano que tarde, para bien o para mal,
repercutirán con fuerza en Chile, cuya influencia en los acontecimientos
actuales es, en todo caso, irrelevante. Pese a los esfuerzos de nuestra
cancillería por intentar atribuirse un papel mayor.

Fuente :LA TERCERA DE LA HORA/CHILE
http://www.tercera.cl


**********************************************************************
Martin E.Iglesias     martinerrico at libero.it
**********************************************************************

³Cadauno de nosotros somos el ladrillo de nuestra futura casa....²
³Ciascuno di noi è il mattone della nostra casa futura....²
------------------------------------------------------------
(Dalla Campagna NoNobel - http://www.peacelink.it/tematiche/latina/nobel/)