Lettera di Rigoberta Menchú a G.W. Bush: "Una minaccia inaccettabile"



Fonte: PrimeraLinea - Chile    

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Carta de la premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, al presidente de
EE.UU.

Bush: "Una amenaza inaceptable"

 Viernes, 28 de Septiembre de 2001
Al día siguiente que el Presidente Bush pronunciara su discurso ante el
Congreso de su país, la Premio Nobel de la Paz le escribió al mandatario:
"quienes estamos hartos de poner los muertos en guerras ajenas no podemos
compartir la arrogancia de su infalibilidad, ni el camino equívoco al que
Ud. desea empujarnos, cuando afirma que "Todas las naciones en todas las
regiones deben tomar una decisión: o están con nosotros o están con los
terroristas".


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Al señor
George W. Bush
Presidente de los Estados Unidos de América
Washington, DC - E.U.A.


Deseo, en primer lugar, reiterar a Ud. la solidaridad y condolencia que
expresé a todo su pueblo el martes 11 pasado, luego de conocer los dolorosos
sucesos ocurridos en su país, así como compartir mi indignación y condena a
las amenazas que entrañan esos actos de terrorismo.

En los últimos días he estado pendiente de la evolución de los
acontecimientos, empeñando mis mejores oficios en que la respuesta a dichos
sucesos sea la reflexión, no la obcecación; la cordura, no la ira; la
búsqueda de justicia, no la revancha. He invocado la conciencia de los
pueblos del mundo, a los medios de comunicación, a las personalidades
eminentes con las que comparto un compromiso ético con la paz, a los jefes
de Estado y los líderes de los organismos internacionales, para que la
cordura ilumine nuestros actos.

Sin embargo, señor presidente, al escuchar el mensaje que anoche dirigió al
Congreso de su país, no he podido reprimir una sensación de temor por lo que
puede desprenderse de sus palabras. Llama Ud. a su pueblo a prepararse para
"una larga campaña como no hemos visto ninguna otra jamás", y a sus
militares a salvar su orgullo, marchando a una guerra de la que pretende
hacernos parte a todos los pueblos del mundo.

A nombre del progreso, el pluralismo, la tolerancia y la libertad, usted no
deja ninguna opción a quienes no contamos con la dicha de compartir la
libertad y los frutos de la civilización que desea Ud. defender para su
pueblo, y a quienes nunca tuvimos simpatía alguna con el terrorismo ya que
fuimos sus víctimas.

Quienes somos expresiones orgullosas de otras civilizaciones; quienes
vivimos día a día con la esperanza de convertir la discriminación y el
despojo en reconocimiento y respeto; quienes llevamos en el alma el dolor
del genocidio perpetrado en contra de nuestros pueblos; quienes, en fin,
estamos hartos en poner los muertos en guerras ajenas, no podemos compartir
la arrogancia de su infalibilidad ni el camino equívoco al que Ud. desea
empujarnos cuando afirma que "Todas las naciones en todas las regiones deben
tomar una decisión: o están con nosotros o están con los terroristas".

Al empezar este año, invité a los hombres y mujeres del planeta a compartir
el Código de Etica para un Milenio de Paz reclamando que: No habrá Paz si no
hay Justicia, No habrá Justicia si no hay Equidad, No habrá Equidad si no
hay Desarrollo, No habrá Desarrollo si no hay Democracia, No habrá
Democracia si no hay respeto por la Identidad y la Dignidad de los Pueblos y
las Culturas.

En el mundo de hoy, todos estos son valores y prácticas muy escasas, sin
embargo, la desigual manera en que están distribuidos no hace más que
alimentar la impotencia, la desesperanza y el odio. El papel de su país en
el actual orden mundial está lejos de ser neutral. Anoche esperábamos un
mensaje sensato, reflexivo y autocrítico, pero lo que escuchamos fue una
amenaza inaceptable. Comparto con Ud. que "el curso de este conflicto no se
conoce", pero cuando sentencia que, "su resultado es cierto", la única
certeza que me invade es la de un nuevo y gigantesco sacrificio inútil, la
de una nueva mentira colosal.

Antes de que dé Ud. la voz de "fuego", me gustaría invitarlo a pensar en un
liderazgo mundial diferente, en el que no necesite vencer sino convencer; en
el que la especie humana pueda demostrar que en los últimos mil años hemos
superado el sentido del "ojo por ojo" que tenía la justicia para los
bárbaros que sumieron a la humanidad en el oscurantismo medieval; en el que
no haga falta nuevas cruzadas para aprender a respetar a quienes tienen una
idea distinta de Dios y la obra de su creación; en el que compartamos
solidariamente los frutos del progreso, cuidemos mejor los recursos que aún
quedan en el planeta y a ningún niño le falte un pan y una escuela. Con la
esperanza en un hilo, lo saluda atentamente.

Rigoberta Menchú Tum, Premio Nobel de la Paz
Embajadora de Buena Voluntad de la Cultura de Paz