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Chiapas, otra vez en la ruta de las armas
- Subject: Chiapas, otra vez en la ruta de las armas
- From: "Nello Margiotta" <animarg at tin.it>
- Date: Fri, 20 Jul 2001 09:53:57 +0200
fuente Proceso Álvaro Delgado y Salvador Corro Una vez aprobado el dictamen del Congreso de la Unión por 17 legislaturas estatales -una más de las necesarias para ratificar la reforma constitucional en materia indígena-, el proceso de paz en Chiapas entró en una de las peores etapas de crisis desde 1994.Miguel Álvarez, secretario técnico de la desaparecida Comisión Nacional de Intermediación (Conai), sostiene que ante ese hecho, la organización Servicios y Asesoría para la Paz, que preside el obispo emérito Samuel Ruiz, ratifica el contenido de su documento Hacia una nueva estrategia de paz. Situación, riesgos y retos civiles, en el que se advierte: "Hoy vemos con preocupación un peligroso riesgo de retorno a las condiciones y criterios de la estrategia aplicada durante el sexenio de Zedillo." Servicios y Asesoría para la Paz, en el que además de Álvarez participa de manera destacada Gonzalo Ituarte, también exmiembro de la Conai, elaboró el estudio para consumo restringido, pero ante la situación actual decidieron adelantarlo a Proceso para entregarlo posteriormente a la red de organizaciones y personas interesadas en una salida pacífica y digna al conflicto de Chiapas. En entrevista, Álvarez afirma que el análisis y las conclusiones del documento cobraron particular vigencia en virtud de las implicaciones políticas y legales de la aprobación de las reformas constitucionales en materia de derechos y cultura indígenas. Según Álvarez, este informe -que ahora se integra a una serie de reportes semestrales con impacto internacional por ser distribuidos entre organizaciones nacionales y de varios países- preveía las implicaciones del voto aprobatorio: Que el gobierno no ha cumplido con las tres señales demandadas por el EZLN para reanudar el diálogo; que no hay condiciones de corto plazo para ello y, "algo más grave", que la transición política no está en condiciones de asumir la construcción de un proceso sólido de paz. Y precisa: Es decir, quedará establecido que la política no es todavía capaz de ser ofrecida como vía de participación y de disputa para todos los actores y todas las causas. Así, para diversos sectores, la razón del uso de las armas seguirá siendo vigente en este México moderno, en transición y cruzado por las injusticias. En resumen, manifiesta, "la ruta de las armas" vuelve a ser "viable para las partes, para otros grupos armados y para otras fuerzas duras del país". El conflicto, peor que con Zedillo En el análisis, fechado el 30 de junio de este año, se evalúa el nuevo contexto político representado por la Presidencia de Vicente Fox y la gubernatura de Pablo Salazar Mendiguchía en el estado de Chiapas. En estos seis meses del 2001, intensos y difíciles, hemos pasado por momentos de gran esperanza junto con otros de gran desilusión. Si bien para la paz el semestre inició con grandes expectativas y tendencias favorables, el semestre termina con mínimas expectativas y con tendencias otra vez desfavorables. Se recuerda que el gobierno foxista se comprometió a atender las tres señales exigidas por el EZLN. Eso propició que las partes convergieran en empujar en el Congreso la iniciativa de ley elaborada por la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), así como la caravana zapatista a la capital, realizada pese a la oposición de los sectores más conservadores. Al final, el Congreso aprobó una reforma indígena alejada de la propuesta por la Cocopa y del Convenio 169 de la Organización Internacional del trabajo (OIT), con el propósito de enviar varios mensajes: Al foxismo, en cuanto a la autonomía crítica y real del Congreso; al presidente Fox, al no permitirle un fortalecimiento más allá de los partidos; al zapatismo, por cuanto no se le reconoce como suficientemente representativo del movimiento indígena nacional ni como interlocutor principal para los cambios de fondo; al movimiento indígena, en que no se quiere que crezca demasiado; a los movimientos ciudadanos y a la transición democrática, en el sentido de que los partidos y los votos son los factores privilegiados de la acción política; a la paz en Chiapas, en que no merecen medidas extraordinarias ni prioridad nacional, y finalmente, a los movimientos armados, para que no esperen victorias importantes como "premios de acciones ilegales". Luego, dice, se procedió al proceso legislativo de ratificación de la reforma en las legislaturas de los estados, y el hecho de que la hayan rechazado 10 estados con numerosa población indígena acredita su "falta de legitimidad" y el inicio de una "profunda y riesgosa crisis". La aprobación de la reforma constitucional indígena, que Servicios y Asesoría para la Paz atribuye a una "disputa política y de poder", tiende a hacer fracasar la "quinta etapa" del diálogo y negociación entre las partes del conflicto. La primera etapa fueron los diálogos de Catedral, en febrero y marzo de 1994; la segunda, la realizada en Guadalupe Tepeyac durante enero de 1995; le siguió todo el proceso de la Mesa de San Andrés, y la cuarta fue la "vía paralela" entre el gobierno federal y el EZLN, por conducto de la Cocopa. Como en las ocasiones anteriores, cada etapa de negociación ha reflejado el contexto, la correlación y el momento concreto que vivía el conflicto; no se trata de la reanudación automática de las cosas como se quedaron en la fase anterior, pues el conflicto mismo replantea cada negociación. Si aborta en definitiva esta quinta oportunidad, el conflicto se reciclará y la tarea inmediata de paz no pasará por la reanudación del diálogo, pues para eso no habrá condiciones; vamos de regreso hacia el reciclamiento y recrudecimiento del conflicto. Con crudeza, en el documento se vaticina: Desgraciadamente, las señales marcan que este recrudecimiento será cruento y difícil, pues no depende ya sólo de las partes. Esto coloca al conflicto y a la paz en una situación aún peor que la vivida antes de diciembre del año anterior. Según el estudio, hoy se reconoce con más claridad y fuerza que lo que en el fondo está en juego es la pugna por definir la transición, y por conducirla al servicio de distintos proyectos de nación. "El tipo de paz a construir depende de esta disputa", asevera. La expectativa inicial que generó Fox abría condiciones para dar esta disputa, pues el discurso original planteaba una transición con base en propuestas que no se han materializado (por ejemplo, proyecto nacional, pacto político, reforma del Estado, nueva Constitución, consenso social, diálogo permanente, pluralidad y esperanza...). Sin embargo, el discurso y respaldo con los que comenzó Fox se han debilitado; la Presidencia es ahora cuestionada en todos sentidos. Su propuesta parece cada vez más de impulso al proyecto económico que por varios años ha venido adueñándose del país. Y la desconfianza crece, así como la debilidad de acciones y alternativas políticas. El país ha entrado a una encrucijada más allá de la alternancia partidaria. El viejo régimen no ha desaparecido, la transición es apenas de responsabilidades, todavía no de régimen ni de proyectos. Es el momento de la disputa de rumbos, y en ellos la paz ha quedado atrapada, pues se oponen a ella las fuerzas que no quieren consolidarla como un factor favorable de transición democrática. Se impone la lógica militar En este contexto político, los exmiembros de la Conai expresan desazón: "Hoy vemos con preocupación un peligroso retorno a las condiciones y criterios de la estrategia aplicada durante el régimen de Zedillo". Una de esas condiciones es "el resurgimiento de la lógica militar", a pesar de que el Ejército había aceptado retirarse de las siete posiciones en el área de conflicto y respaldó los esfuerzos de diálogo. Sin embargo, como elementos de deterioro reciente, el Ejército ha acentuado otra vez su presencia en la zona del conflicto, sumándose a los sectores que restan credibilidad o capacidad política al gobierno. Reaparecen, así, dos círculos viciosos que definieron la estrategia de Zedillo: "sin salida política se garantiza la salida militar" (lo que impide construir una salida política), y "a mayor tensión social más presencia militar" (lo que impide analizar políticamente las causas de la tensión). Sin nuevas iniciativas políticas, la inercia anterior volverá a establecer el predominio y peso de la lógica militar, lo que muy pronto cerraría las posibilidades de la lógica política... Por todo ello se analizan dos escenarios y estrategias ya probados en el régimen de Zedillo. Uno es el de "no diálogo" o el "desarrollo sin diálogo", que pretenden solucionar la pobreza mediante programas sociales diseñados verticalmente al margen de las comunidades indígenas, "al tiempo que se administra la contención por conducto del mantenimiento de la presión, presencia y actividad militar, para así dejar la definición de las contradicciones y confrontaciones al libre juego de los actores locales y los paramilitares". El otro es el del "diálogo a fuerza", planteado recientemente por el comisionado gubernamental, Luis H. Álvarez, que pretende presionar al EZLN mediante cambios a la actual Ley para el Diálogo, la Conciliación y la Paz Digna en Chiapas. "Se comprenderá que abrir ahora ese tema, sin correlación política favorable en el Congreso para la paz digna, puede conducir a un tercer escenario y estrategia, el de la fuerza sin diálogo". Ante este riesgo de continuación de la equivocada estrategia de Zedillo, y ante el hecho de que desde abril el EZLN ha reactivado la estrategia de resistencia civil y la consolidación y diversificación de las experiencias autónomas, urge insistir en la necesidad de una nueva estrategia de Estado hacia la paz con base en una valoración justa del conflicto, sus retos y riesgos. Es preciso replantear el conjunto del conflicto y el proceso de paz, dado que han quedado rebasados y en adelante no serán suficientes los pasos previos que se han dado: principios, reglas, formatos, leyes, acuerdos, actores, interlocuciones, andamiajes, etcétera. Ninguno de éstos bastará para reanudar el diálogo y reorientar el proceso de paz. Su vía de posibilidad, la atención de las causas, requiere de la reforma del Estado. Luego de plantear este escenario, el documento es pesimista: Así, ahora la paz depende de cómo se desarrolle la lucha política nacional, que ha abierto sus fronteras. Pero también se requiere de actores potentes que la promuevan con capacidad de convocatoria y movilización. Por ahora, lamentablemente, no aparecen ni esa nueva propuesta de paz ni esos actores nacionales con peso y tamaño para impulsarla. La nueva estrategia civil de paz Ante la nueva crisis en el proceso de paz, los exmiembros de la Conai estiman que es preciso articular una nueva estrategia civil que tenga como objetivo crear un consenso sobre un proyecto alternativo de nación y reflejarlo en una necesaria reforma del Estado. "(Se debe) asumir que se ha entrado a otra etapa de la lucha histórica del movimiento progresista y de las fuerzas populares frente al proyecto ahora hegemónico de derecha", sentencia el documento. Pero también, añade, la fase final de la reforma indígena plantea varios campos de acción: -Promoción de situaciones legislativas y políticas para realizar un período extraordinario de sesiones del Congreso con el fin de revisar el dictamen o discutir la reforma del Estado. -Exigir a Fox que ejerza las facultades constitucionales y políticas que permitan la reactivación legislativa de la iniciativa de la Cocopa. -Presentar demanda de inconstitucionalidad por violentar el procedimiento de consulta a los pueblos, señalado en el Convenio 169 de la OIT y en algunas legislaciones locales. -Elaborar un informe para los tribunales internacionales con competencia en la materia, bajo la consideración de que el dictamen contraviene el Convenio 169 de la OIT. Por último, preconiza la intensificación de las estrategias de difusión frente a la opinión pública nacional e internacional, y ejemplifica recomendando "explorar las posibilidades, invitados y formatos de un Encuentro Internacional por la Paz en México". Nello www.peacelink.it/tematiche/latina/latina.htm
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