Da CORREPI - Argentina



Da CORREPI - Argentina

FESTIVITA' IPOCRITE

Buenos Aires, 19 de abril de 2001.-

En relación al tratamiento, el día de hoy, jueves 19 de abril de 2001, en la
Legislatura de la Ciudad, de un proyecto de ley "en homenaje al adolescente
Walter Bulacio" impulsado por los diputados Cortina y Caram, CORREPI y los
FAMILIARES DE VICTIMAS DE LA REPRESION POLICIAL decimos:

1.- SINTESIS DEL PROYECTO:
Hace dos días el diputado Roy Cortina nos invitó a estar presentes en la
sesión, y ante nuestro requerimiento nos remitió copia del proyecto que
propone instituir el 19 de abril como "DIA DE LA NO VIOLENCIA CONTRA LOS
JÓVENES", a cuyo fin se deberán organizar actividades vinculadas a la
difusión y protección de los derechos de los jóvenes en el ámbito de las de
las futuras Comunas, en los centros de gestión y participación y en las
escuelas de nivel medio dependientes del Gobierno de la Ciudad.


En la larga fundamentación se relatan los hechos que precedieron la muerte
de Walter Bulacio. Ni CORREPI ni los integrantes de CORREPI que representan
a la familia de Walter en las causas judiciales en el país y en el exterior
fueron consultados previamente para evitar incurrir en algunas inexactitudes
e incorrecciones de ese relato, que de todas formas resultan irrelevantes
debido a lo notorio del caso.


Tampoco se da crédito más que como anónimas "fuentes consultadas" al párrafo
que se transcribe literalmente de la Introducción del ARCHIVO DE CASOS DE
PERSONAS MUERTAS A MANOS DE LAS FUERZAS DE SEGURIDAD EN ARGENTINA 1983/1998
elaborado y difundido por CORREPI. Para la próxima vez, sugerimos a los
Sres. Legisladores actualizar sus datos, usando la versión anualmente
publicada del Archivo cada mes de diciembre. En el caso del año 2000, la
cantidad de personas asesinadas por las policías y otras fuerzas de
seguridad desde 1983 ya era, al 1° de diciembre de ese año, de 833. Tampoco
esta observación es demasiado trascendente. CORREPI no reclama derechos de
autor por la reproducción total o parcial del Archivo. No es nuestra la
autoría, sino de los agentes del ESTADO.


Se interna luego la fundamentación en una serie de consideraciones de orden
psicológico-social, creyendo encontrar las causas de la represión policial
en falta de comprensión, de tolerancia, de capacidad para asimilar lo
diferente, etcétera. Así, define "policía y juventud como dos categorías
sociales que no se vinculan con simpatía", y considera a los jóvenes
represaliados por la policía como "chivos expiatorios" debido a
"asociaciones perversas" que se montan en el "imaginario social".


Finalmente, y como forma de "instalar en la conciencia juvenil y en la de
toda la sociedad la necesidad de reflexionar (...) respecto al conocimiento
del piso mínimo de derechos" de los jóvenes, y para que ellos puedan
"acceder a la información/formación sobre sus derechos y deberes en el marco
del homenaje a un adolescente que perdió su vida tan solo por ser tan
joven", se propone construir "herramientas que permitan a nuestros jóvenes
conocer sus derechos, conocerlos para practicarlos y practicarlos para
defenderlos".

2.- MOTIVOS DE NUESTRO RECHAZO:

Hace ya bastante que se manifiestan algunas formas de "homenaje"
institucional a los luchadores políticos y sociales del pasado reciente. En
el ámbito legislativo, además del proyectado MONUMENTO A LOS DESAPARECIDOS,
se ha instituido el 24 de marzo como "DIA DE LA MEMORIA" y el 16 de
septiembre como "DIA DE LOS DERECHOS DE LOS ESTUDIANTES SECUNDARIOS". Al
manifestar nuestro rechazo al proyecto del monumento en la Costanera,
dijimos que esa iniciativa contiene, más o menos expresa, la vocación de
anclar en el pasado y "desaparecer" nuevamente la real causa del martirio de
los militantes que dieron todo de sí por los oprimidos. Recuerdan la lucha
pasada, a la que sostienen que nunca debe volverse, detrás de un pacifismo
que reniega de esa lucha para suprimir todas y cada una de las reales causas
de la pobreza, la opresión, la exclusión, que siguen vigentes.

Debemos plantear lo mismo en relación al proyecto de instituir el 19 de
abril como "DIA DE LA NO VIOLENCIA CONTRA LOS JOVENES". El gatillo fácil,
las torturas, las detenciones arbitrarias y otras formas de represión
policial no son el resultado no querido por el Estado de conflictos
psicológicos individuales ni de restos de autoritarismo que perduran al
interior de las fuerzas de seguridad. Tampoco son un problema que la joven
democracia no ha sabido resolver. Mucho menos refieren a una ausencia de
comunicación o simpatía entre dos "categorías sociales" equivalentes. La
policía forma parte del aparato represivo del Estado, es el brazo armado del
sistema destinado a aplicar las políticas de control social sobre los
sectores más desprotegidos, de los que, acordamos, forman parte los jóvenes,
y en especial los jóvenes pobres.

Plantear que la represión policial es el resultado de la ausencia de
información/formación de los jóvenes sobre sus derechos es lo mismo que
sostener que la lucha de clases es un malentendido.

Walter Bulacio no murió "solo por ser tan joven" o por "tener gustos
distintos como ir a un recital de rock". Walter Bulacio, y casi 1.000
jóvenes más desde 1983 a hoy, murieron porque vivimos en un sistema opresor
en el cual el Estado descarga sus políticas represivas sobre ellos -sobre
los pobres, sobre los excluidos- para disciplinarlos socialmente y generar
las condiciones para la profundización de sus políticas económico-sociales
injustas.

No son los jóvenes los que necesitan una fecha convertida en efeméride
oficial para aprender sus derechos, practicarlos y defenderlos. Ellos los
conocen y defienden a diario, y se expresan públicamente como lo vienen
haciendo por millares en las masivas marchas contra la represión, en los
recitales que han rendido auténtico homenaje a Walter y a otras víctimas de
la policía, con las canciones de los grupos de rock y de cumbia villera que
reproducen y simbolizan la lucha contra las detenciones arbitrarias, contra
el gatillo fácil y las torturas. Son ellos los que nos convocan cada año,
desde los colegios secundarios, a participar en charlas, debates, mesas
redondas y todo tipo de actividades relacionadas con sus derechos
cotidianamente conculcados. Son ellos los que saben que la policía no está
al servicio de la comunidad sino de los intereses de clase de los poderosos,
y que adentro de la comisaría mejor no patalear, porque si no, además de la
"encanada", te comés el cachetazo, en el mejor de los casos.

Son los jóvenes los que han mantenido vigente durante 25 años la Noche de
los Lápices como jornada de lucha ­sin necesidad de decretos ni leyes-,
reinvindicando a los compañeros caidos por el mismo sistema que hoy los
victimiza a ellos con otro método ­y de hecho, las marchas del 16 de
septiembre siempre son reprimidas por la policía.

Son los jóvenes los que este viernes van a marchar a la Plaza de Mayo, con
las Madres, con los HIJOS, con los familiares de las víctimas del gatillo
fácil, sin que les haga falta que les vengan a enseñar que "tienen derecho a
tener derechos". Ellos pelean por sus derechos, y los matan o los meten
presos por eso, como está preso Emilio Alí, con 25 años, por pedir pan y
trabajo.

Nos parece muy bien que haya legisladores preocupados por la real vigencia
de los derechos de los jóvenes, como sería bueno que también les preocuparan
los derechos elementales a la vida digna que cada día vemos coartados, en un
país con 55 chicos que mueren por día por causas atribuibles directamente a
la pobreza. No discutimos el derecho de los legisladores a rendir homenaje a
Walter Bulacio o a cualquier otro represaliado del sistema.

Sí repudiamos cualquier homenaje por parte de quienes no pueden disponer de
legitimación para usar el nombre de quienes cayeron como consecuencia de la
injusticia social y las políticas represivas que ellos gerencian.

Y si estos, u otros legisladores de la Ciudad quieren rendir un justo
homenaje a Walter Bulacio, en tanto símbolo de la lucha antirrepresiva,
CORREPI les propone que elijan para ello una vía apta para la real vigencia
de los Derechos Humanos. Para empezar ­sólo para empezar- podrían dotar de
operatividad el art. 13 de la Constitución de la Ciudad, derogando la ley
23.950 que faculta a la policía a detener personas en averiguación de
antecedentes. Ese fue el reclamo que, en el marco de la denuncia contra el
Estado Argentino por el caso Bulacio, hicimos en nombre de sus padres a la
Cancillería Argentina, que lo rechazó sin demora. Ese, sí, es un justo
homenaje a 10 años de la detención y muerte de Walter Bulacio.