La revolución cubana significó la posibilidad concreta para todos los pueblos de Latinoamérica de hacer una revolución. Fue allí ahí donde Fidel Castro y el Che Guevara aplicaron la teoría marxista leninista con el objetivo de la toma del poder político y la construcción del socialismo, logrando -en un proceso dialéctico con las masas- la liberación de Cuba.

En las viejas colonias, hoy los países pobres y exprimidos por las potencias imperialistas, la mayoría de la población vive en condiciones de miseria. Pero América Latina tiene una historia de levantamientos contra el régimen opresor. Lo decisivo, la conciencia y voluntad de cambio y la existencia de una dirección revolucionaria que encabece ese proceso de organización del pueblo.

Cuba se vuelve un faro para otros países. Así, muchos siguieron su ejemplo y levantaron sus banderas de lucha en el continente: Nicaragua, Argentina, Salvador, Chile…En un intento de abrir un nuevo frente de lucha guerrillera en la región, con el internacionalismo en mente y el objetivo de expandir las fronteras socialistas para fortalecer las luchas del pueblo latinoamericano y oxigenar al incipiente socialismo de la patria cubana, Guevara viaja a Bolivia.
Tras la traición del PC boliviano y sin lograr la adhesión del campesinado y los mineros, con Estados Unidos interviniendo en la zona y un ejército de mercenarios enfrentándosele, el 8 de octubre de 1967 el comandante Guevara cae combatiendo, consecuente con sus ideas y pensamientos, llevando adelante el proyecto revolucionario de liberar no sólo a Cuba, sino a todo el pueblo latinoamericano.

¿Por qué recordarlo, 44 años después?
La concepciones revolucionarias del Che, su aplicación del marxismo, nos recuerdan la importancia que los sujetos y el humanismo tienen en una revolución. La importancia del factor subjetivo en el desarrollo de la conciencia y la lucha del pueblo. La práctica de la solidaridad constante, con todos los pueblos en lucha. Dar un duro combate al individualismo y al burocratismo. Lo principal: liberal al hombre de sus cadenas, pero no sólo de la explotación capitalista. Retornar aquello que ha sido enajenado, la capacidas de transformar y transformarnos; ser dueños de nuestros medios de producción materiales y espirituales. Una nueva moral, forjada al calor de nuevas formas de producción y relaciones. Pues así comolos hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su librearbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajocircunstancias con que se encuentran directamente, que existen ytrasmite el pasado, así es que los hombres hacen la revolución pero deben forjar día a día su espíritu revolucionario, purificando lo mejor de lo humano, a través del ejercicio constante de la solidaridad con el pueblo.

Las enseñanzas de Ernesto Guevara y todos los procesos revolucionarios de Latinoamerica siguen alumbrando el camino de nuestra lucha. Desde RG recordamos a Guevara como un revolucionario ejemplar, que supo organizar y orientar al pueblo es su lucha antiimperialista y socialista. Como él, hoy tenemos la tarea de luchar por una Argentina libre, trabajando con humildad, desarrollando una militancia consecuente.A organizar para generar conciencia de cambio en el seno del pueblo.
“Si no existe la organización, las ideas, después del primer momento de impulso, van perdiendo eficacia, van cayendo en la rutina, van cayendo en el conformismo, y acaban por ser simplemente un recuerdo. “
Che