Fw: [ATTAC] INFORMATIVO 622 - DEUDA, EUROBONOS Y EUROPA



 
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Sent: Monday, October 03, 2011 1:01 PM
Subject: [ATTAC] INFORMATIVO 622 - DEUDA, EUROBONOS Y EUROPA

 

Latinoamérica

COLOMBIA:TIERRA CONCENTRADA, MODELO FRACASADO El Informe de Desarrollo Humano (IDH) 2011 del PNUD pone el dedo en la llaga: pocos son los dueños de la mayoría de las tierras en Colombia, principal causa de que el país tenga uno de los peores índices de distribución de la riqueza global. El Estado ha fallado en su modelo de desarrollo agrario.

ECUADOR LIDERA PROPUESTAS PARA NUEVA ARQUITECTURA FINANCIERA INTERNACIONAL. Suramérica está dando lecciones de solidez a los países del Norte del mundo afectados por una crisis de sus deudas soberanas, dijo el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, durante la presentación del informe anual del gobierno.

ARGENTINA: EXTRANJERIZACIÓN Y MODELO AGROPECUARIO: DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA. La “nacionalidad” de los terratenientes en nuestro país no hace la diferencia entre los cientos de miles de hectáreas de las mejores tierras que tienen el italiano Benetton, el húngaro Soros o los argentinos Bunge y Born y Amalia Lacroze de Fortabat.

Latinoamérica

COLOMBIA.TIERRA CONCENTRADA, MODELO FRACASADO

 

El Informe de Desarrollo Humano (IDH) 2011 del PNUD pone el dedo en la llaga: pocos son los dueños de la mayoría de las tierras en Colombia, principal causa de que el país tenga uno de los peores índices de distribución de la riqueza global. El Estado ha fallado en su modelo de desarrollo agrario.

La conclusión del IDH 2011 del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) fue contundente en determinar que la principal talanquera para el desarrollo humano en Colombia es la alta concentración de tierras en pocas manos.

El Informe afirma que el 52 por ciento de la gran propiedad está en manos del 1,15 por ciento de la población, algo que termina por verse reflejado en el denominado coeficiente de Gini (que mide la desigualdad entre ricos y pobres) que indica que en materia de concentración de tierras en Colombia es de 0,85, un número alto si se tiene en cuenta que la escala va de 0 a 1. El índice general para Colombia es de 0,58, uno de los peores del mundo.

El diagnóstico del PNUD señala que el modelo de desarrollo agrario que se ha venido aplicando en Colombia en las últimas décadas solo ha favorecido aún más la concentración de tierras. Después de la apertura económica, la lógica de “más mercado y menos Estado”, sumado al debilitamiento de las instituciones y al control de territorios por parte de los grupos armados ilegales dejaron como resultado una estructura agraria inequitativa. “Toda la estructura de tenencia de la tierra y estructura agraria que tiene el país impiden y dificultan el desarrollo humano”, reza el informe.

La tierra en Colombia, además, se ha convertido en un bien especulativo que se acumula para obtener rentas sin ningún esfuerzo productivo. Es símbolo de riqueza, estatus, y prestigio social, algo que no ocurre en otros países. Eso explica en parte las luchas que se han dado por tenerla y es una de las razones por las cuales no han prosperado las reformas agrarias que se vienen intentando desde los años 30 del siglo pasado.

Colombia es rural

Uno de los mitos que se derrumban con el informe es que Colombia es un país urbano, pues casi la tercera parte de la población es rural (en vez de un cuarto como lo dijo el censo de 2005), que señala que 75,5% de los municipios colombianos son rurales y representan el 94,4% del territorio,  según el nuevo índice de ruralidad construido por los investigadores. Por eso, si Colombia quiere modernizarse debe solucionar primero el conflicto agrario.

El informe explica que el país si bien tiene un potencial de 21,5 millones de hectáreas, solo cultiva el 22,7 % de las tierras aptas (4,9 millones de hectáreas). En cambio, hay una ‘ganaderización’ de la tierra en Colombia, pues 39,2 millones de hectáreas están destinadas para pastos, rastrojos y malezas, de las cuales 31,6 están usadas en ganadería bovina, donde hay menos de una cabeza de ganado por hectárea.

Ese territorio es 10,6 millones más grande que el de las tierras aptas destinadas para producción de alimentos. Esto resulta paradójico porque Colombia es de los pocos países del mundo, junto con Brasil que dispone de tierras para expandir su frontera agrícola.

Los conflictos por el uso de tierra para ganadería, agricultura, minería o para fines de conservación requieren una pronta solución. El narcotráfico es un elemento adicional que incide en el conflicto agrario de manera especial en Colombia y que se ha traducido en el despojo y desplazamiento de los habitantes rurales del país.

El informe cifra el despojo de tierras en 6,6 millones de hectáreas, es decir, el 12,9 por ciento de la superficie agropecuaria; de las cuales se han recuperado 495.493. De ese total, el 73 por ciento corresponde a minifundios y propiedades pequeñas de hasta 20 hectáreas.

Como consecuencia, en los últimos 13 años, unos 3,6 millones de personas han sufrido el desplazamiento forzoso, el 65 por ciento de ellas menores de 25 años y el 14 por ciento con menos de 4 años.

Así mismo se midió qué tan democrática ha sido la sociadad rural colombiana, en medio del conflicto armado que la agobia, vinculándose su carencia con una mayor pobreza de los habitantes.

Según un modelo aplicado por los investigadores, se encontró que en las poblaciones en donde hubo menos alternancia política y pesisitó el control de las elecciones por parte de un solo grupo o partido político, hubo más necesidades básicas insatisfechas, más miseria y más precariedad en los servicios.

Razones para la esperanza

El informe llega en un momento crucial, en que el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos se embarca en la aplicación de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, y justo cuando se está creando una nueva Ley de Desarrollo Rural que busca complementar la de las víctimas y generar oportunidades para que los campesinos tengan un futuro económico en el campo.

El PNUD propone una "reforma rural transformadora" para cambiar esa estructura inequitativa y democratizar la tenencia de la tierra. Esto no significa que todas las grandes propiedades deban ser desconcentradas, sino aquellas que no están siendo utilizadas de forma adecuada, como muchas de las que están dedicadas a la ganadería extensiva. La clave está en un reordenamiento territorial que permita la transformación que necesita el país.

Este es un acto, sobre todo, de voluntad política. El informe le dice al gobierno que no está solo, que se apoye en una red de investigadores, académicos y pensadores y propone acuerdos entre el Estado y la sociedad civil, abogar por la seguridad humana, la inclusión de los grupos minoritarios y la generación de confianza de la población hacia las instituciones.

Tomado de http://www.semana.com/nacion/tierra-concentrada-modelo-fracasado/164796-3.aspx

ECUADOR LIDERA PROPUESTAS PARA NUEVA ARQUITECTURA FINANCIERA INTERNACIONAL

                                                                                                                  Cristiano Morsolin

Sudamérica está dando lecciones de solidez a los países del Norte del mundo afectados por una crisis de sus deudas soberanas, dijo el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, durante la presentación del informe anual del gobierno.

 “La región está dando lecciones de crecimiento y solidez al llamado mundo desarrollado. ¡Cómo han cambiado los tiempos! ¿Qué será del Fondo Monetario Internacional que hace como cuatro años y medio que no nos visita?”, dijo el ministro en un discurso en la Asamblea Legislativa. Patiño agregó que “si alguna convicción recorre Latinoamérica en estos días es que la respuesta a la crisis económica mundial tiene que hacerse coordinada y regionalmente”, y en ese sentido destacó el papel que puede cumplir la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Según el canciller, desde ese grupo Ecuador se plantea impulsar el Banco del Sur, el Fondo del Sur y el Sucre -unidad de intercambio de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (Alba) -, que definió como herramientas para la “defensa de los recursos financieros y la estabilidad de la región”.

“La integración regional es la salida” es el planteamiento de Pedro Páez, quien encabeza la oficina ecuatoriana de Nueva Arquitectura Financiera Regional y es uno de los impulsores de mecanismos tales como el SUCRE, el Banco del Sur y la alternativa sudamericana al FMI. Alerta Perú conversó con el funcionario ecuatoriano en el marco de la Asamblea de la Red Latinoamericana sobre Deuda, Desarrollo y Derechos (LATINDADD), que se ha realizado a mitad de agosto en La Paz (Bolivia).

Páez destacó el buen funcionamiento del Sistema Unitario de Compensación Regional (SUCRE), una suerte de moneda virtual que sirve para reemplazar al dólar en los intercambios comerciales de los países miembros de la ALBA. “En el caso de Ecuador está cubriendo un tercio del volumen intra-ALBA”, destacó Páez, indicando que este mecanismo está siendo utilizado por los Estados, el sector privado y sectores de la economía popular y cooperativa. “Por ejemplo, hace seis meses una transnacional ecuatoriana que produce llantas hizo una exportación a Bolivia, y un trámite que le hubiera costado 587 dólares se redujo a 57”, explicó. Esto se produce gracias a los ahorros en el tipo de cambio y a un mecanismo de integración de los Bancos Centrales que hace innecesario el recurrir a los créditos de exportación, cada vez más caros debido a la crisis.

“Más allá de toda la propaganda en contra del SUCRE, que ha dicho todo tipo de barbaridades, este es un mecanismo muy pragmático que permite un ahorro significativo de costos”, señaló Páez, destacando además que se está promocionando su utilización “a nivel de las unidades de la economía popular, las cooperativas, las cajas de ahorro, las pequeñas empresas, las comunidades indígenas”. Páez consideró que el SUCRE permite un intercambio más horizontal que no tiene que depender de las grandes empresas, de los grandes bancos ni del Estado.

En cuanto al Banco del Sur, al que definió como un “banco de desarrollo de nuevo tipo”, Páez destacó que el mismo “ya tiene la firma de los siete presidentes y han sido ratificado por cuatro parlamentos: Venezuela, Ecuador, Bolivia y Argentina. Estamos esperando a los otros países hermanos para empezar juntos”. Sin embargo, Páez indicó que “hay urgencias, por la explosión de la crisis financiera que obliga a tomar acciones mas rápidas”. El funcionario propuso crear un fideicomiso que permita empezar una serie de proyectos lo antes posible.

Páez insistió en que entre las funciones del Banco del Sur estará “minimizar el uso del dólar sobre la base de la utilización de las monedas nacionales y eventualmente la moneda regional”. Esto permitiría “préstamos de desarrollo sin que todo sea endeudamiento en dólares”, con lo que “la presión sobre el sector externo de la economía disminuye”.

Por último, el funcionario consideró una “locura” lo que ocurre con las Reservas Internacionales de los países de América Latina. “Tenemos 700 mil millones de dólares en reservas de los Bancos Centrales, la mayoría en EEUU donde está el foco de infección y el riesgo de perder capital es grande, y con remuneraciones (intereses) cercanas al 0%”. Páez señaló que “la alternativa es crear instituciones financieras adecuadas que permitan tener una liberación de esos recursos hacia la inversión productiva”. “Es más que suficiente para sostener con nuestros propios recursos un proceso sostenido de inversiones productivas”, señaló, aunque indicó que para ello es necesario contar con una alternativa regional al Fondo Monetario Internacional, propuesta en la que también está trabajando la Comisión que preside ( http://alertaperu.lamula.pe/ ).

ALAI-AMLATINA (29.09.11).

EXTRANJERIZACIÓN Y MODELO AGROPECUARIO: DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA

                                                                                                               Fabiana Arencibia

La “nacionalidad” de los terratenientes en nuestro país no hace la diferencia entre los cientos de miles de hectáreas de las mejores tierras que tienen el italiano Benetton, el húngaro Soros o los argentinos Bunge y Born y Amalia Lacroze de Fortabat.

 La presentación por parte del gobierno nacional del “Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial (PEA) 2020” casi al mismo tiempo que el proyecto de “Protección al dominio nacional sobre la propiedad de tierras rurales” (más conocido como ley de tierras) son parte de la consolidación de un modelo productivo agroexportador sojero y extractivo.

Los beneficiarios solo se diferencian por su nacionalidad pero, en ambos casos, son propietarios de grandes extensiones de las mejores tierras de nuestro país y van camino a que se les habilite la posibilidad de seguir ampliando sus ganancias y la extensión de sus territorios.

Por medio de la ley de tierras, como ya dijimos en otro artículo (1), se les legalizará los cientos de miles de hectáreas que poseen en zonas estratégicas por sus recursos naturales (agua, petróleo, minerales, biodiversidad). Esto es así ya que el proyecto del Ejecutivo no toca derechos adquiridos, aun cuando las hayan comprado a precio vil y con prebendas de los poderes políticos de turno. En el caso del PEA llevará a consolidar “su” modelo agrario productivo (modelo sojero de producción y exportación).

Los perjudicados serán los de siempre: campesinos y pueblos originarios que sufren el paso de las topadoras que los expulsan de sus territorios. También pobladores que padecen los efectos de los agrotóxicos utilizados para sacarle a la tierra más de lo que por naturaleza quisiera dar.

Algunos datos pueden contribuir a mostrar que, en materia de tierras, no importa el lugar de nacimiento.

En el 2000, los primeros cuatro terratenientes del país eran el italiano Luciano Benetton (hoy, el mayor terrateniente de Argentina); el húngaro George Soros, propietario de Cresud; y los argentinos Juan y Jorge Born (Bunge & Born) y Amalia Lacroze de Fortabat. En conjunto eran propietarios de dos millones de hectáreas, una extensión similar a la superficie de Bélgica.

En el 2008, Eduardo Basualdo, investigador de FLACSO, realizó una investigación sobre quiénes eran los que tenían por entonces más de 20.000 hectáreas en la provincia de Buenos Aires. Cinco grupos económicos (Bunge & Born, Loma Negra de Lacroze de Fortabat, Bemberg, Werthein y el ingenio Ledesma de la familia Blaquier) eran propietarios de casi 400 mil hectáreas y 35 grupos agropecuarios reunían poco mas de 1 millón y medio. (2)

Como vemos, extranjeros y coterráneos que encabezan grandes empresas, se reparten las mejores tierras tanto por su fertilidad como por las riquezas que encierran sobre la superficie y debajo de ella.

El Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial (PEA) tiene como meta ampliar la producción agropecuaria de 100 a 160 millones de toneladas de granos, extender la superficie sembrada de 34 a 42 millones de hectáreas, y aumentar las exportaciones agroalimentarias en un 145 por ciento. “Esto se haría, evidentemente, a costa de nuevas tierras, que son frágiles como las del Chaco y Formosa, Santiago del Estero o Jujuy, de la expulsión de unidades familiares campesinas, de la deforestación y de todos los desastres ambientales (inundaciones, deslaves, agotamiento de los suelos) resultantes de esta extensión de la frontera agrícola”, afirma Guillermo Almeyra, historiador, ex profesor de la UNAM y actual columnista del periódico La Jornada de México.

¿Cuánto de “plan”, de “estratégico” de “alimentario” y de “industrial” tiene el PEA?

“Es un plan que no tiene planeamiento. Se definen metas y objetivos, pero no se han fijado las estrategias y las políticas para alcanzarlas”, afirmó la historiadora y especialista en geopolítica Elsa Bruzzone, en el programa Los Locos de Buenos Aires, de FM La Tribu.

 “No se puede elaborar un plan de estas características si primero no se ha resuelto el tema de la tenencia de la tierra y de la concentración de la misma. ¿Sobre qué tierras se va a avanzar? En este plan ¿dónde está la soberanía alimentaria? La soberanía alimentaria la dan los pequeños productores, los campesinos y no los grandes pulpos que manejan todo; los grandes grupos económicos que son los que tienen concentrada la tierra y todo el proceso de comercialización, desde la semilla hasta que el producto llega a las góndolas”, agregó.

Para Tomás Palmisano, politólogo e integrante del Grupo de Estudios Rurales del Instituto Gino Germani, el PEA es una intensificación del actual modelo de agronegocio. “De hecho, lo dice literalmente”, afirmó en una nota del mismo programa radial.

“Según explica este plan, no hay una caída de la soja sino una disminución relativa de su peso en relación con el resto de los granos. Hoy casi un 60 por ciento de la superficie granaría argentina está dedicada al cultivo de soja. Y el plan no está proponiendo dar un paso atrás con eso o al menos detenerlo”.

Respecto al incremento de 10 millones de hectáreas que plantea el PEA, Palmisano comentó que “esas tierras se presentan como vacías pero son tierras ocupadas por comunidades campesinas y por pueblos originarios que ya están en litigio por el avance sojero y por la extranjerización”.

El aspecto “alimentario” que dice tener este plan es, en realidad, agricultura pensada para el mercado externo, no solo para la producción de derivados de la soja que son alimento para el ganado de los países hacia donde se exporta, sino para la producción de biodiesel como paradigma de la industrialización del agro.

Otro aspecto interesante son los “actores” a quienes se consultó para elaborarlo. Si bien se trabajó durante un año, poniendo muchos recursos del Estado, tanto humanos como materiales, tratando de relevar información en diversas provincias, poco de eso se volcó luego al PEA. En ese sentido, Palmisano afirma la clara ausencia de los movimientos sociales organizados vinculados a la tierra. “Si uno interpela a unos actores que sabe que están ganando mucho con este modelo, claramente lo que se va a presuponer es una profundizaron del mismo”.

Respecto a la participación de las universidades, encuentra que “hay un monopolio completo de las que están vinculadas a la agronomía, a la economía y al agronegocio. Y una participación enorme de las cámaras empresarias y de exportación. Grobocopatel fue una de las personas que literalmente propuso pautas de este plan”, afirmó Palmisano.

Damián Verzeñassi, Subsecretario Académico da la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario, afirmó en nota publicada por Rosario 12: “La presentación celebrada y aplaudida de 160 millones de toneladas para el 2020 anuncia la continuidad de la agricultura dependiente de la química tóxica, de commodities y transgénicos. No es alimento para argentinos (...) La agricultura industrial es una manera de producir combustibles, no alimentos”.

Diversos referentes de organizaciones campesinas opinaron también acerca de este plan.

Benigno López, integrante del Movimiento Campesino de Formosa (MOCAFOR), afirma que el plan mantiene a la soja como el principal cultivo y opina que el incremento de las hectáreas sembradas “conociendo a quienes hoy tienen el manejo del modelo agropecuario, eso se hará eliminando a las posesiones de los campesinos y los indígenas. (…) Esto significa la desaparición de los pequeños productores y de los pueblos originarios”.

Por su parte, el Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) alertó en un documento sobre la profundización del modelo agropecuario y sobre el aumento de los desalojos, de los desmontes y de la utilización de los agrotóxicos. “Aumentar a 160 millones de toneladas de granos, forrajeros y no alimentarios, es sumar otras diez millones de hectáreas a las 20 millones que se cultivan de soja transgénica. Y no tiene otra forma de hacerse que a partir de los desalojos de las familias campesinas”.

No es casual que el gobierno haya presentado el proyecto que dice pretender frenar la extranjerización de la tierra casi conjuntamente con este plan. Tierras para todos…los pooles de siembra, las transnacionales que comercian granos y los terratenientes. Un plan continuista, sojero, extractivo y agroexprotador.

(1)    Las cosas por su nombre

(2)       Los 35 grupos agropecuarios eran: Gómez Alzaga-Balcarce-Larreta, Duhau-Escalante-Avellaneda, Pereyra Iraola-Anchorena, Beraza, Duggan, Santamarina, Santamanina-De Alzaga, Galli-Lacau-Rossi, Lafuente-Mendiondo, Lalor, Ballester-Tronconi, Paz Anchorena, Beamonte, Blaquier, Ochoa-Paz, Guerrero, Harriet, De Apellaniz, Anchorena Zuberbühler, Inchauspe, Sansot- Vernet Basualdo, Pueyrredón, Defferrar, Duhau Nelson, Bullrich, Pereda-Ocampo, Zubiaurre, Herreras Vegas, Arrechea, Harriet, Lalor-Udaondo, Fuchus Facht, Colombo-Magliaro, Ayerza-García-Zuberbühler y Lanz.

- Fabiana Arencibia - Red Eco, Argentina

http://www.redeco.com.ar/nv/index.php?option=com_content&task=view&id=6571&Itemid=130

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Edición Susana Merino


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