Fw: [ATTAC] INFO 573



 
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Sent: Monday, October 18, 2010 4:37 PM
Subject: [ATTAC] INFO 573


 

 
INFO 573                                                                                                  18 de octubre de 2010
informativo at attac.org                                                                        attac-info.blogspot.com
 
La tierra, humus para la paz
No olvidemos a Haití

 
 
Latinoamérica
 
¿QUIÉNES ESTRANGULAN EL "ALMA LIBRE DE LOS PUEBLOS"? "Hombres que habéis abusado de los derechos más sagrados del pueblo, por un sórdido y mezquino interés… ¡Con vosotros hablo, enemigos de la independencia y de la libertad!". Francisco Morazán
COLOMBIA: LA TIERRA, HUMUS PARA LA PAZ. “NUESTRO ECOSISTEMA PERTENECE A LA HUMANIDAD” “Las comunidades han decidido ejercer su derecho a la participación directa en la discusión de las grandes políticas públicas sobre los temas que van a afectarles en un futuro, como la explotación de hidrocarburos, las concesiones mineras y la construcción de grandes obras de infraestructura, entre otras”
LA AGRICULTURA CAMPESINA PUEDE ENFRIAR EL PLANETA Hay una crisis climática que nos afecta a todos, pero que está golpeando especialmente a los pueblos del campo. Ya casi no es posible predecir las lluvias, llueve cuando no corresponde, pasamos fácilmente de inundaciones a sequías, sufrimos de olas de calor o frío extremo, hay tormentas de viento que antes no se daban, el granizo es más frecuente, el agua está cada vez más escasa, etc. Esto es lo que llaman “cambio climático” o “calentamiento global”. Y su efecto es que cada vez mayor, haciendo más difícil vivir y producir en el campo. Si esta contaminación sigue el clima estará tan alterado que la vida de todos se hará realmente difícil.
HAITÍ Las calles de Puerto Príncipe, capital de Haití, son el refugio de cerca de 1,5 millones de haitianos y haitianas que están desamparados, sin tener acceso a la asistencia sanitaria ni alimentaria, desde que ocurrió el terremoto en enero de este año.
 
Latinoamérica
 
¿QUIÉNES ESTRANGULAN EL "ALMA LIBRE DE LOS PUEBLOS"? "Hombres que habéis abusado de los derechos más sagrados del pueblo, por un sórdido y mezquino interés… ¡Con vosotros hablo, enemigos de la independencia y de la libertad!". Francisco Morazán
 
                                                                                                                  Juan Almendares (*)
 La campaña mediática contra las organizaciones magisteriales hondureñas es local e internacional. La esencia de la propaganda es privatizar la educación y obstaculizar la liberación de los pueblos de América Latina.
 
El componente formal es presentar al magisterio como enemigo de la educación. Justificar la reducción del gasto público y la destruir las organizaciones magisteriales.
 
Dos personajes de la farándula mediática internacional han entrado en esta escena del performance teatral oligárquico. Ambos radicados en Miami. Una cantante y bailarina y el otro especializado en ridiculizar los valores culturales y los próceres de América Latina
 
María Conchita Alonzo (cubana venezolana) su presencia agosteña en Honduras fue para festejar el cumpleaños del "héroe" representativo del golpe militar sangriento, hacer campaña contra Cuba y Venezuela y justificar la represión contra los trabajadores de la educación y el Frente Nacional de Resistencia Popular.
 
Conchita tuvo el rechazo del pueblo cuando expresó: "La verdad está dentro de mí". En otras palabras "La verdad soy yo". En consecuencia al ser esta afirmación falsa; todo lo que dijo Conchita sobre Cuba, Venezuela, y Honduras se fundamentó en la falsedad.
 
Andrés Oppenheimer de Miami (argentino) ideólogo y defensor del capitalismo financiero. Soberbio vino a dar recetas sobre la educación (estigmatizar al magisterio). Ridiculizó las ideas de Morazán y Bolívar y recomendó que deberíamos olvidarnos de la historia y dirigir la mirada hacia adelante (El Norte) y ser insolidarios con los pueblos del SUR.
 
¿Porque olvidar a Morazán? ¿Quiénes son y han sido los que estrangulan aquella idea central de su pensamiento: "La educación es el alma libre de los pueblos"?
 
Controlar la educación de un pueblo es atentar contra la libertad, dominarlo y oprimirlo. Despojarlo de sus valores culturales. Deformar la conciencia crítica y reflexiva de los educadores. Alienar a los maestros y maestras para que aprendan y enseñen los valores individualistas de la violencia del capitalismo que empobrece y enferma nuestros pueblos.
 
El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional están conscientes que la educación, salud, la información y seguridad privada son mercancías valiosas que se le venden en paquetes metodológicos (fraude) a los países explotados y que es necesario aniquilar las organizaciones magisteriales para privatizar la educación a nivel local e internacional. ¿Quiénes son responsables de que en Honduras se gaste más en armas que en educación? La oligarquía dispone de más armas, balas y guardias privados; que la cantidad de quintales de maíz, frijoles y litros de leche disponibles para la merienda escolar
 
El aparato represivo ha puesto en práctica la pedagogía del terror y la tortura que aprendió en la Escuela de las Américas. Después del golpe militar se han producido, con respecto al magisterio 15 asesinatos y centenares de perseguidos y traumatizados por la brutalidad policial y militar.
 
Las pérdidas económicas totales por el golpe castrense todavía no han sido cuantificadas. Solo durante el cierre de las fronteras se dejaron de recibir 3000 millones de dólares. Cuarenta millones de dólares fueron retirados de la cooperación externa educativa inmediatamente después del Golpe Militar.
 
Constituyen inversiones onerosas que deberían ser empleadas en la educación : la movilización de tropas para reprimir al pueblo; los gastos en las bases y maniobras militares estadounidenses; los privilegios de la casta militar y policial y la cantidad de guardias de seguridad para cuidar los intereses de los altos funcionarios; los gastos invisibles en las campañas mediáticas y las estructuras del orejismo.
 
La estrategia de la oligarquía golpista y del complejo militar, minero agroindustrial y energético es privatizarlo todo y ser dueños de los ríos, costas marítimas, bosques, agua, aire y de todo el país y convertir a los pobres en desechos humanos sin educación.
 
Para realizar este horrendo plan, pretenden aniquilar el magisterio, promover la educación privada de los futuros robots y esclavos donde los pobres no tienen espacio socialLa oligarquía deforma los hechos no habla del profesor multigrado, del abandono de las escuelas campesinas y de los barrios pobres ni de la mercantilización de la educación privada.
 
La guerra mediática contra los maestros y maestras ha utilizado todos los mecanismos posibles de la propaganda y los instrumentos de la violencia.
 
La estrategia ha tenido cuatro ejes: el primero reducir el problema educativo a la responsabilidad del magisterio. El segundo es que el mayor gasto en la educación se centra en el profesorado.
 
El tercero descalificar la educación pública con el objeto de privatizarla y ponerla al servicio ideológico de la oligarquía y el capital financiero.
 
El cuarto estigmatizar al magisterio, desacreditarlo y justificar el uso de la fuerza militar, policial, mediática con el fin de aniquilar el movimiento magisterial.
 
La oligarquía deforma los hechos no habla del profesor multigrado, del abandono de las escuelas campesinas y de los barrios pobres ni de la mercantilización de la educación privada.
Educar para vivir y no educar para matar. ¡Menos armas y más educación!
 
(*) Miembro de la resistencia contra el golpe militar en Honduras. Ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, defensor de los derechos humanos y presidente del Movimiento Madre Tierra.
 
COLOMBIA: LA TIERRA, HUMUS PARA LA PAZ. “NUESTRO ECOSISTEMA PERTENECE A LA HUMANIDAD”
                                                                                                                            Sergio Ferrari*
 
Si no se resuelve el complejo problema de la tierra, cualquier apuesta a una solución política del conflicto armado y social en Colombia es difícilmente imaginable. Esta es la hipótesis central de Rafael Figueroa Rincón, abogado colombiano e integrante del Programa Suizo para la Promoción de la Paz en Colombia (SUIPPCOL) que aglutina a once ONG helvéticas activas en ese país sudamericano y que cuenta con el apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores. “Las comunidades han decidido ejercer su derecho a la participación directa en la discusión de las grandes políticas públicas sobre los temas que van a afectarles en un futuro, como la explotación de hidrocarburos, las concesiones mineras y la construcción de grandes obras de infraestructura, entre otras” subraya Figueroa iniciando esta entrevista exclusiva.
 
P: ¿Por qué la tierra juega un papel tan importante en la Colombia actual?
 
R: El control de los recursos naturales que se encuentran en los territorios de las comunidades y el acceso y apropiación de sus tierras son los botines de la guerra en Colombia. La tierra y sus recursos están siendo acumulados y explotados por grandes elites y poderes regionales que controlan verdaderos ejércitos privados. En este contexto de conflicto armado y despojo de tierras, se desarrollan grandes inversiones privadas, en muchos casos en correspondencia con intereses multinacionales, lo que evidentemente agudiza el panorama. Las 31 comunidades y organizaciones que integran la Red de Iniciativas y Comunidades de Paz desde la Base, no sólo han sido víctimas de la violencia y el conflicto armado sino principalmente del despojo de sus tierras y los recursos que existen en sus territorios. En este sentido, incluso representantes del nuevo Gobierno han identificado esta problemática como la piedra angular del conflicto armado.
 
Ambientar la paz desde el territorio
 
P: Podría darnos un ejemplo concreto para comprender mejor tales afirmaciones...
 
R: El despojo de tierras a las comunidades campesinas de El Garzal, al sur del Departamento de Bolívar. Estas comunidades, que han permanecido por más de 50 años en sus tierras dedicándose de manera exclusiva a la producción alimentaria, en los últimos diez años han sido objeto de presiones ilegales, amenazas y desapariciones forzadas. Han sido incluso víctimas del uso de la justicia y de las autoridades locales, quienes buscan desplazar a más de 300 familias campesinas y despojarlas de manera definitiva con el objetivo de entregar sus parcelas a un antiguo comandante paramilitar que dominó pública y abiertamente la región del Magdalena Medio durante más de 7 años. Dicho personaje, sin embargo, jamás se desmovilizó ni se entregó a la justicia sino, por el contrario, permaneció en la vida civil y fundó una compañía palmicultora. Es esta empresa la que promueve todas las acciones legales e ilegales para obtener las tierras de El Garzal e iniciar la siembra de palma africana para la producción de agro-combustibles. La palma africana en la región debería alcanzar, según las políticas agrarias del Gobierno, las 300.000 hectáreas para 2019. Esta compañía ha obtenido también el apoyo del Programa Presidencial de Acción Social, que presenta a dicha empresa como un modelo de desarrollo alternativo en la región. De ahí mi afirmación que si la tierra y los recursos del territorio de las comunidades en Colombia no son protegidos del despojo por el Estado colombiano, no podrá construirse una paz sostenible. El despojo de las tierras continuará siendo el principal motor del desplazamiento forzado, de las violaciones a los derechos humanos y del recrudecimiento del conflicto armado. Por esta razón desde el Programa SUIPPCOL nos hemos comprometido en el apoyo a comunidades como El Garzal en la lucha pacífica y legal contra el despojo como una de las formas más eficaces para ambientar la paz desde la tierra y el territorio.
 
El territorio, la misma “Madre Tierra”
 
P: En otros países de América Latina, los movimientos sociales ponen el énfasis en la tierra y en la reforma agraria como principal bandera reivindicativa y estratégica. Pero se refieren mucho menos al concepto del territorio. ¿Qué significa, en vuestra percepción colombiana, cuándo hablan de territorio?
 
R: En general, se presenta al territorio como el lugar y el cuerpo donde las comunidades campesinas, las minorías étnicas y las mujeres, tejen su vida colectiva, cultural, económica, social y política. El territorio es un horizonte mucho más amplio que el concepto de la tierra, que de manera casi exclusiva se refiere al espacio físico delimitado, ubicado en una zona rural, que puede ser explotado económicamente para la producción o explotación del recurso allí inscrito. El territorio comprende por supuesto a la tierra, pero va mas allá, ya que también incorpora todo el patrimonio inmaterial que se desprende de las comunidades mismas que lo han habitado y conservado, lo van cantando en canciones y puesto en historias, lo han hecho parte de sus usos y costumbres, de sus lenguas y dichos populares. Las reivindicaciones actuales en Colombia cada vez más no sólo se dirigen a la reforma agraria y al acceso y democratización de la tierra, sino que además exigen el reconocimiento de un estatus especial político y jurídico del territorio y de los derechos que de allí se desprenden. Estos estatutos incluso han sido recogidos en instrumentos internacionales como el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo y la Declaración de Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas.
 
P: ¿Con el nuevo Gobierno de Manuel Santos qué expectativas existen en relación a la tierra y el territorio?
 
R: El Gobierno actual ha dado un cambio en relación al anterior en lo que se refiere a la política agraria. Venimos de ocho años de absoluta negación por parte del conjunto del Estado de temas como el despojo o la altísima concentración de la tierra -que ubica a Colombia en el puesto 15 del mundo en inequidad en la propiedad de la tierra. Más grave aún fue la ausencia de una reparación y devolución de las tierras arrebatadas a los casi 4 millones de desplazados. Hoy, el nuevo Gobierno, por el contrario ha anunciado como uno de los temas fundamentales a resolver el despojo de tierras y la restitución a las víctimas a través del lanzamiento del proyecto de ley de Restitución de Tierras Despojadas. Sin embargo, las buenas intenciones no implican necesariamente una modificación fundamental en la política global agraria y en las visiones económicas más profundas. Las comunidades creen que con estas políticas se busca hacer más eficaz los modelos económicos agroindustriales y extractivos que han sido diseñados e implementados durante los últimos ocho años y que precisamente generan inequidad, concentración de la tierra y abandono de la economía campesina. Para el Gobierno nacional y para las organizaciones y comunidades en Colombia un reto fundamental es: no sólo asegurar el debate sobre los aspectos fundamentales de la restitución y la formalización del acceso a la tierra, sino también abrir una verdadera concertación sobre el modelo económico que asegure la permanencia de las comunidades campesinas, indígenas y afro-descendientes y la soberanía alimentaria de la nación.
 
“Nuestro ecosistema pertenece a la humanidad”
 
P: SUIPPCOL impulsa en la segunda quincena de octubre una campaña de sensibilización en Suiza sobre estas temáticas.
                                            ¿Cuál es su mirada sobre estas iniciativas solidarias provenientes de la comunidad internacional?
 
R: La solidaridad internacional directa juega un papel fundamental para la promoción de reivindicaciones legales y legítimas de las comunidades en Colombia a favor de su tierra y territorio. La Campaña en Suiza intenta promover un acercamiento entre la sociedad civil helvética y las comunidades y organizaciones que resisten al despojo y a la explotación irracional de sus recursos. Es importante que se entienda también como un aporte internacional para preservar estos territorios y ecosistemas, que por su valor en términos ambientales y alimentarios, deberían interesar al mundo entero, porque pertenecen a la humanidad entera. A través de esta Campaña queremos promover una iniciativa para convertir estos territorios en lugares protegidos por la sociedad civil suiza y por las demás organizaciones, pueblos y personas en el mundo que estén interesadas en esta construcción de la paz desde el territorio. Sin lugar a dudas, ello constituiría un paso fundamental para la preservación de la tierra y el territorio en Colombia. Y por ende, para la construcción de una paz sostenible y duradera. Pues los problemas que confrontamos en mi país sólo podrán resolverse a través del papel protagónico de la sociedad civil colombiana – especialmente de las comunidades y organizaciones que enfrentan día a día esta realidad. Pero en un hermanamiento activo con otros pueblos, organizaciones y personas de buena voluntad en el resto del mundo.
 
 
Retrato
 
Rafael Figueroa Rincón, 30 años, abogado es el Coordinador de la Estrategia de Incidencia en Tierra y Territorio del programa SUIPPCOL desde hace más de un año. Desde hace siete años, investiga y actúa en el sector de los Derechos de las Minorías Étnicas y los Derechos a la Tierra y el Territorio. Acompañó a varias comunidades y organizaciones afro-colombianas, indígenas y campesinas del país, especialmente en las regiones del Chocó, Guajira, Bolívar, Córdoba, Cauca, Magdalena Medio, Caquetá y Nariño. Actualmente su principal tarea consiste en apoyar a la Red de Iniciativas y Comunidades de Paz desde la Base. En su intento por frenar el despojo de sus tierras y territorios promovido por grupos paramilitares, poderes regionales económicos y políticos y los grandes proyectos extractivos, agroindustriales y multinacionales. Las dos principales acciones de dicha estrategia son la incidencia política y la acción legal. (Sergio Ferrari).
 
La reivindicación del territorio
 
El territorio ha sido definido de diversas formas por los diferentes sectores de la Red de Iniciativas y Comunidades de Paz desde la Base que acompaña SUIPPCOL.
 
Para las comunidades indígenas, el territorio va más allá de la frontera, de los límites que trascienden las montañas, los ríos, los páramos. El territorio es el espacio de vida, de sobrevivencia social y cultural – es la pacha mama, la madre tierra. Es su mundo donde el hombre se relaciona con los espíritus de las plantas, de los animales y todo ser que se mueve en el ambiente.
 
Para las comunidades negras del Pacífico colombiano, el territorio tiene significado en el marco de una relación particular entre comunidad, ser humano y naturaleza, en la cual ésta no es simplemente el entorno que rodea al ser humano, sino que tanto el individuo como la comunidad son sujetos que hacen parte de la naturaleza.
 
Para las comunidades campesinas el territorio es un espacio y escenario de cohesión, movilización y transformación social donde han generando experiencias autónomas y endógenas de desarrollo, que integran elementos estratégicos de defensa del espacio y de sus recursos naturales, así como nuevas formas de organización social para ejercer poder y control de sus áreas.
 
Las mujeres organizadas consideran su propio cuerpo como el primer territorio. Y denuncian que el mismo está atravesado por distintas formas de la violencia y la guerra. De allí la necesidad de reconocer e identificar las distintas violencias contra el cuerpo para poder recuperarlo en tanto territorio reconocido, autónomo y como espacio de convivencia cotidiana.
 
*Sergio Ferrari, colaboración de prensa de E-CHANGER, ONG de cooperación solidaria presente en Colombia y miembro de SUIPPCOL
 
LA AGRICULTURA CAMPESINA PUEDE ENFRIAR EL PLANETA
 
 GRAIN
 
Hay una crisis climática que nos afecta a todos, pero que está golpeando especialmente a los pueblos del campo. Ya casi no es posible predecir las lluvias, llueve cuando no corresponde, pasamos fácilmente de inundaciones a sequías, sufrimos de olas de calor o frío extremo, hay tormentas de viento que antes no se daban, el granizo es más frecuente, el agua está cada vez más escasa, etc. Esto es lo que llaman “cambio climático” o “calentamiento global”. Y su efecto es que cada vez mayor, haciendo más difícil vivir y producir en el campo. Si esta contaminación sigue el clima estará tan alterado que la vida de todos se hará realmente difícil.
 
Esta crisis o cambio climático se debe a que el aire está contaminado con una serie de gases a los que se les llama “gases invernadero” y que se producen por utilizar petróleo o gasolina, quemar los bosques, destruir los suelos, acumular basuras, criar animales en grandes granjas industriales, etc. Los países del mundo se comprometieron a reducir la contaminación, pero han hecho poco o nada. En diciembre de 2009 los compromisos debían ser renovados en una reunión de los gobiernos llevada a cabo en Copenhague, pero salieron de allí sin comprometerse a nada. Por ello, el presidente Evo Morales llamó a una Cumbre de los Pueblos sobre Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra. Miles de asistentes provenientes principalmente de organizaciones populares discutieron sobre las verdaderas causas del cambio climático y propusieron soluciones reales. En diciembre de este año (2010) los gobiernos se reunirán nuevamente en Cancún, México. Diversos movimientos sociales, incluidas la CLOC y la Vía Campesina, se preparan para realizar manifestaciones populares para exigir que los gobiernos ataquen las verdaderas causas de los problemas del clima y pongan en marcha soluciones reales.
 
¿Cuáles son las verdaderas causas de la crisis climática? La Cumbre de los Pueblos concluyó que es el capitalismo, debido a las formas de producción y consumo que promueve y a que pone las ganancias por sobre el bienestar de las personas y de la Madre Tierra en general. La Vía Campesina viene diciendo lo mismo desde el año 2007. También ha dicho que el sistema agrícola-alimentario industrial y el modelo agroexportador que se impone en el mundo es una grave causa de la contaminación que cambia el clima. La Vía Campesina también ha dicho claramente que las campesinas y campesinos del mundo están enfriando el planeta.
 
El año 2009 GRAIN hizo un estudio para determinar cuánta contaminación producía la gran agricultura y cuánto podían enfriar el planeta las y los campesinos del mundo. Los resultados confirman con creces lo dicho por la Vía Campesina.
 
El uso de fertilizantes, pesticidas, maquinarias y la destrucción de los suelos provocan algo más de la décima parte de los gases invernadero. Una de las principales causas de la destrucción de los suelos es que ya no se devuelve la materia orgánica al suelo.
 
La producción animal en grandes granjas y concentraciones es otra gran fuente de contaminación: muchos autores dicen que cerca de la quinta parte de los gases invernadero provienen de allí. Esto se debe a que las grandes granjas de crianza producen miles de toneladas de guano y orina que no pueden devolverse al suelo por ser demasiada cantidad. Al acumularse en grandes concentraciones producen toneladas de metano, uno de los gases más contaminantes.
 
Otra fuente de metano son las vacas que comen en exceso o comen muy poco. En las granjas industriales las vacas comen a destajo y, en la medida que las familias campesinas tienen menos tierra, sus vacas comen cada vez más mal. Los procesos simultáneos de concentración de la producción animal y la pérdida de tierras por parte de campesinos, pastores y pueblos indígenas provocan entonces calentamiento global.
 
La deforestación es otra gran fuente de contaminación. La destrucción de los bosques y de los suelos que antes protegían los bosques provoca también casi un quinto de los gases que contaminan y alteran el clima. La mayor causa de deforestación actualmente es la expansión de las grandes plantaciones forestales para producir celulosa, las plantaciones de caña de azúcar y palma aceitera para agrocombustibles y la expansión de los monocultivos de soja para alimentar los animales criados en las grandes granjas.
La contaminación sigue adelante con el procesamiento, comercialización y exportación e importación de alimentos. Alrededor de un tercio de todo el transporte terrestre es para llevar alimentos de un extremo del mundo al otro. El procesamiento industrial de alimentos, los envases y la refrigeración en el transporte, en los supermercados y en la casa producen más de un sexto de todos los gases con efectos sobre el clima. Y todo ello no le agrega nada a la calidad de nuestra alimentación. Por el contrario, el procesamiento industrial nos llena de conservantes, saborizantes, antioxidantes y colorantes que son una amenaza seria a nuestra salud y especialmente a la de los niños. Este es un sistema que, por ejemplo, hace que comamos carne y frutas que pueden tener más de un año de antigüedad.
 
Por último, los grandes depósitos de basuras -que aumentan mientras más alimentos envasados compremos- producen cerca del 5% de todos los gases invernadero.
 
Si sumamos todas estas fuentes de gases contaminantes, nos encontramos con que al menos la mitad de los gases invernadero provienen del sistema de producción agrícola y alimentario industrial.
 
Las alternativas
 
¿De qué forma la agricultura campesina puede enfriar el planeta? Si la agricultura campesina volviese a ser la agricultura predominante en el mundo, una primera forma de enfriar el planeta sería devolviendo la materia orgánica al suelo. Nada más haciendo eso, la contaminación con gases invernadero se reduciría en al menos un tercio. Con ello además mejorarían los suelos y además los fertilizantes serían innecesarios, porque la materia orgánica que hoy se pierde tiene más nutrientes que todos los fertilizantes que actualmente se consumen.
 
Una segunda forma de enfriar el planeta sería recuperando todas las prácticas campesinas para hacer una agricultura sin pesticidas, fungicidas o herbicidas
 
Una tercera forma de reducir la contaminación es desconcentrando la producción animal. Si se apoyara nuevamente la producción integrada y en pequeña escala de cultivos y animales, los animales no producirían montañas contaminantes de guano, sino el guano necesario para fertilizar el suelo. Tampoco necesitarían transportar alimentos para los animales de un extremo del mundo al otro.
 
Fomentar los mercados locales y más pequeños sería otra manera muy importante de enfriar el planeta. Con ello, comeríamos alimentos más frescos, necesitaríamos menos refrigeración y no se gastaría cantidades absurdas de petróleo en llevarlos al otro lado del mundo. Otro cambio importante es que los mercados locales nos permitirían deshacernos de tanto envoltorio y envase plástico y de procesamientos innecesarios.
 
Por último, eliminar las plantaciones, proteger e incluso recuperar los bosques sería otro aporte extremadamente importante al enfriamiento del planeta.
 
Si sumamos todo esto, nos encontramos con que la agricultura campesina e indígena podrían reducir los gases invernadero en hasta un 75%. Con ello, sería posible exigir a los otros sectores productivos que eliminen la contaminación restante e incluso se comience a limpiar la atmósfera de los contaminantes que se han ido acumulando. El planeta, efectivamente, podría ser enfriado.
 
Pero para que la agricultura campesina e indígena pueda hacer su gran aporte se necesitan otras condiciones. Se necesita, por sobre todo, que la tierra esté en manos de los pueblos campesinos e indígenas. Por lo mismo, la Reforma Agraria y la restauración de los territorios indígenas se hace hoy más urgente que nunca, como una forma fundamental de asegurar el futuro de la humanidad y de la Madre Tierra.
 
Necesitamos formas de investigación, apoyo técnico y crediticio que no amarre a las familias del campo a los agrotóxicos ni a los grandes poderes comercializadores o exportadores. Necesitamos el fin de los tratados de libre comercio para que la agricultura pueda cumplir su papel social fundamental de alimentarnos sanamente. Necesitamos terminar con las políticas que atentan contra las y los pequeños productores y que dejan a las y los jóvenes sin posibilidades de vivir de la agricultura. En otras palabras, necesitamos soberanía alimentaria y comunidades indígenas y campesinas que puedan vivir dignamente de su insustituible trabajo de alimentar a la humanidad.
 
- GRAIN es una organización no gubernamental que promueve el manejo y uso sustentable de la biodiversidad agrícola con sede en Barcelona, España.
 
HAITÍ
 
Las calles de Puerto Príncipe, capital de Haití, son el refugio de cerca de 1,5 millones de haitianos y haitianas que están desamparados, sin tener acceso a la asistencia sanitaria ni alimentaria, desde que ocurrió el terremoto en enero de este año. Cerca de 200 mil personas ni siquiera tienen una carpa o una lona que sirva de abrigo. Sólo el 4,5% de los albergues temporarios previstos fueron construidos. Y como si no bastara, toda esa población desamparada desde hace meses, Haití también tiene alrededor de dos millones de personas vulnerables a la desnutrición.
 
Es para intentar suavizar esta situación que mañana, 15 de octubre, se realizará el Día de Solidaridad con Haití. El acto de movilización solidaria es una iniciativa de Jubileo Sur Américas, que aprovecha la celebración de la ‘Semana de Acción Global contra la Deuda y las Instituciones Financieras Internacionales’ para destinar un día de socorro al pueblo haitiano. La idea es exigir el fin de la ocupación económica y militar y la anulación total de la deuda.
 
En algunos países de América Latina y el Caribe se realizarán actos en favor del país caribeño. En Buenos Aires, Argentina, habrá exposición de videos, en Río de Janeiro, Brasil, se realizará una presentación musical, en México, habrá un debate sobre la situación de Haití, y en Puerto Rico, se realizará una exposición fotográfica. Desde el día 7, Cuba realiza la Jornada de Solidaridad con Haití y en contra de la militarización, junto con otros eventos que se extienden hasta el próximo día 27.
 
Denuncias
 
Jubileo Sur y las organizaciones que militan en pro de Haití también exigen el retiro de las tropas de ocupación militar, alegando que los equipos de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH) demostraron inoperancia y fracaso por no atender las necesidades realmente fundamentales de la población haitiana.
 
De acuerdo con Jubileo Sur, el Fondo Monetario Internacional (FMI) había anunciado la cancelación de la deuda reclamada a Haití, pero la decisión estaría vinculada a la apertura de un nuevo proceso de endeudamiento para la reconstrucción del país, con negocios y beneficios para las grandes empresas multinacionales del área de la construcción.
 
La ayuda prometida por el Gobierno de Francia, a través de contribuciones por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ONGs y por la Cruz Roja, que sumaban 180 millones de dólares, tampoco llegó nunca.
 
Según relatos de Jubileo Sur, de los 1,3 millones de dólares recolectados por la Cruz Roja estadounidense y de los 609 millones de dólares por los Servicios Católicos de Socorro, sólo se gastaron hasta el momento 179 millones de dólares. Hasta septiembre, el pueblo haitiano recibió solamente el 19% de los recursos prometidos por la comunidad internacional para su bienestar.
 
ADITAL - Más informaciones en el sitio web: www.jubileosuramericas.org
Traducción: Daniel Barrantes - barrantes.daniel at gmail.com